Alguien tenía que decirlo: los prejuicios alrededor de la relación que las mujeres tienen con los autos y la mecánica abundan, sí, pero la tendencia a no reconocer (aunque sea mínimamente) su sustento en la realidad también. Sin entrar en la escabrosa cuestión de cómo manejan (que quizás sea otro gran prejuicio), una guía práctica para reconocer ciertas fallas a primera vista es ideal para aquellas que manejan todos los días pero jamás se animaron a cambiar una rueda.
En algunas oportunidades, al subirnos al auto detectamos que algo anda mal y por desconocimiento no sabemos cómo actuar. Estos son algunos tests de diagnóstico preliminar y rápido que te ayudarán a tomar la decisión más adecuada cuando se presente el problema o correr a pedirle ayuda al mecánico.
FRENOS
Freno de pie: Si te das cuenta de que al presionar normalmente el pedal del freno se hunde más de la mitad de su curso, algo no está funcionando bien. Como regla general, el pedal debe descender hasta la mitad y ahí sentir que no puede avanzar más. Si se pasa o se percibe demasiado suave, tampoco está bien. En algunas ocasiones es probable que sea falta de líquido de frenos (ver lámpara testigo en tablero). Si sucede esto cuando manejás y los frenos no responden, tratá de "bombear" el pedal varias veces y el freno "regresará" momentáneamente. Ahí no te queda otra que llevar el auto a una revisión profesional para verificar el verdadero problema.
Freno de mano: Para comprobar que está en orden, tirá del freno de mano hasta hacer tope, poné primera y tratá de mover el vehículo. Si se mueve con facilidad hay que regularlo o en su defecto hay un desgaste. Nunca lo uses como alternativa en caso de quedarse sin freno de pie, porque produciría un "trompo" y perderías el control.
AMORTIGUADORES
Podés fijarte si están ok, presionando encima de cada rueda para que el auto se mueva hacia abajo y hacia arriba. Si el vehículo se balancea más de una vez, hay que cambiarlos, porque repercute en la estabilidad y en un mayor desgaste de los neumáticos.
NEUMÁTICOS
Tené en cuenta lo siguiente: se llama presión normal al desgaste parejo de los neumáticos, presión insuficiente al desgaste en los bordes y presión excesiva al desgaste en el centro. Debido a que existen estos diversos tipos de desgaste, es necesario realizar un control mensual de la presión (o más veces).
Los surcos de los neumáticos tienen que tener 2mm. de profundidad como máximo. Si no es así, no te arriesgues a transitar. Si tenés la posibilidad comprá neumáticos que permitan la expulsión del agua a través de sus surcos, así logrará mayor agarre al pavimento y estabilidad. No olvides hacer verificar que las ruedas roten y estén balanceadas.
COLOR DEL HUMO DEL CAÑO DE ESCAPE (autos a nafta)
Si sale humo negro puede ser por un mal ajuste del carburador (o inyectores de combustible, según el motor) o por una obstrucción en el filtro de aire. Requiere lo que se llama Afinación.
Si sale humo azul (habrás escuchado la frase popular), "quema aceite". Esto es grave y costoso de reparar. Por eso hay que tener cuidado cuando se compra un auto usado porque los vendedores tratan de disimular el problema con aditivos para no detectar el color.
El humo blanco indica una fuga de líquido refrigerante, el que permite que el motor no se recaliente. Es necesario revisar mangueras. En todos los casos es conveniente que recurras a un especialista.
SOBRECALENTAMIENTO
En caso de emergencia, cuando el motor se sobrecalienta, lo más probable es que al estar el vehículo detenido por mucho tiempo (como sucede con los embotellamientos en el microcentro porteño), haya exceso de calor y no circula suficiente aire por el motor para enfriarlo. Para que el motor regrese a su temperatura ideal, es recomendable que apagues el aire acondicionado y enciendas la calefacción al máximo. Es conveniente abrir las ventanas del auto para expulsar el aire caliente. La calefacción forma parte del sistema de enfriamiento, y al encenderlo liberás parte del calor del motor.
Por Omar Reigada
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