Padres en lucha: 5 películas para emocionarse

La habitación es el hogar de Jack, allí nació, come, duerme, juega, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada. Con gran ingenio, Joy ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Pero Jack cumplió 5 años y su curiosidad será el motor de Joy para intentar salir al mundo.

Una película de Lenny Abrahamson que resulta estremecedora, intensa y perturbadora. No sólo por lo claustrofóbica que puede ser durante la primera parte, sino por lo difícil que resulta la vuelta a la vida aún en el entorno más íntimo. Reintegrarse a la sociedad, a la familia, a los amigos y tolerar la mirada del otro. A su vez, resulta una película esperanzadora y valiente que muestra que nunca hay que dejar de buscar salidas, aún cuando estamos atrapados en situaciones que el paso del tiempo va agudizando. Cinco pasos hacia la libertad: “Camión – Zafarse – Saltar – Correr – Alguien”.

Elena y Tessa son dos mujeres muy diferentes, pero con una misma preocupación: La maternidad. Elena, es una joven griega con pocas perspectivas de futuro en su país, por lo que decide marcharse a Frankfurt en busca de una vida mejor. Allí descubre que está embarazada y necesita dinero, motivo por el cual empieza a trabajar de niñera para Tessa.

Tessa es una directiva de éxito que está desesperada por volver a trabajar, su pequeña hija Lotte tiene un año y ella intenta encontrar el equilibrio entre su reciente maternidad y su carrera profesional.

Tras las dificultades de los primeros días cuidando a Lotte, Elena empieza a disfrutar del tiempo que pasa con el bebé e incluso se hace amiga de Tessa. Pero un descuido hace que pierda de vista a la pequeña Lotte. A partir de ese momento sus vidas cambiarán para siempre. Un drama del director Christian Zübert, con tintes de thriller, llevado de tal forma que el espectador se identificará con ambas mujeres y difícilmente pueda tomar partido por alguna.

Esta película de Lorraine Levy habla de cuando el amor por los hijos nos lleva a derribar prejuicios y rencores encarnados.

Dos jóvenes, uno israelí y otro palestino descubren que fueron cambiados accidentalmente al nacer. Teniendo como contexto el conflicto palestino – israelí, ambos adolescentes deberán enfrentar una crisis de identidad profunda. Serán sus madres quienes con profundo espíritu colaborador, encabezarán este difícil proceso de adaptación. El rol de madres, será fundamental para posibilitar la aceptación y la integración. Ambas, desde su corazón generoso ya le han hecho un lugar al nuevo hijo que han sumado a sus vidas. Sus pequeñas hijas, de forma espontánea han comenzado a tejer lazos a través del juego. Pero tendrán que unir fuerzas y trabajar con los hombres para que ellos también se acoplen al ensamble.

La integración sólo es posible con empatía. Tener la capacidad de ponernos en el lugar del otro. Comprender al otro. Empatía, palabra clave para un mundo mejor.

Una película de Pablo Trapero que muestra la maternidad en la cárcel. Leonera, así se la llama a la actitud que toman las reclusas-madres con sus hijos. Aferradas a ellos con uñas y dientes, como su tabla de salvación, como su único mundo posible.

La lucha de Julia Zárate, por evitar que su hijo nazca en cautiverio y luego por retenerlo y criarlo tras las rejas. La transformación de una mujer que ingresa al penal frágil y desconsolada y el tiempo allí la vuelve dura y desafiante.

Una película filmada enteramente en escenarios carcelarios, con un elenco entremezclado de presas reales y actrices. Un mundo de contrastes donde conviven la violencia con la ternura, la agresión con el compañerismo, los motines con los juguetes.

Más allá de las rejas del film, Leonera plantea el desafío de amar a los hijos sin poseerlos. Abrazarlos fuerte y dejarlos ir en busca de sus oportunidades. Amarlos con generosidad, esencia de la maternidad. Pensar a su favor y que no sean ellos quienes queden prisioneros de nuestras limitaciones.

Un film que también muestra a tres generaciones y la intención de reparar ausencias y asperezas. Eso también es maternidad.

Bruno tiene veinte años. Sonia, dieciocho. Son una pareja que sobrevive en los suburbios de una ciudad belga, gracias a que ella cobra un subsidio mientras que él y su banda se dedican al robo. Viven el día a día. Son los marginados de Europa y mantienen una tierna relación a partir de la situación de vulnerabilidad en la que viven. Pero cuando Sonia da a luz a su hijo Jimmy, todo cambia…Sonia asume su rol de madre inmediatamente con amor, dedicación, protección y sabiendo que ya no pueden vivir sólo el presente; deben proyectar un futuro. Pero Bruno, entiende al bebé como una cosa más y lo vende como un objeto.

Sólo cuando toma conciencia del dolor extremo que le ha causado a Sonia, el único amor que conoce y que no está dispuesto a perder, comienza su proceso de maduración, recuperación y redención.

Un título de los hermanos Dardenne que refiere más al padre que al bebé. Un personaje que lejos de odiarlo, uno llega a comprender y creer en él. Una película sin concesiones. Cruda y áspera que muestra a un niño herido que podrá comenzar a sanar atravesando un duro camino que se inicia con su paternidad.

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