
“Para cambiar el mundo hace falta cambiar la manera de nacer”
17 de octubre de 2017 • 08:27

“Para parir con placer, hemos de empezar por explicar a nuestras hijas que tienen útero, que cuando se llenan de emoción y de amor, palpita con placer. Hemos de re-conquistar nuestros cuerpos y re-aprender a mecer nuestro útero, a conectar sus inervaciones voluntarias con las involuntarias; sentir su latido y acompasarlo con todo nuestro cuerpo...Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre." Casilda Rodrigañez Bustos

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Hace uno o dos años les hablé de un grupo de Facebook que se llama Para saber con quién parimos. Es un espacio en el cual unas seis mil mujeres intercambian información sobre médicos, instituciones y bibliografía acerca del parto respetado.
Está buenísimo porque uno puede buscar con la lupita a su obstetra y leer experiencias reales. Lo único negativo para mi, es que muchas usuarias responden algunas consultas (el muro se suele llenar de dudas sobre diversos aspectos del embarazo) como si fueran expertas en salud, pero si una sabe manejarse es una herramienta súper valiosa.
Verónica Marcote, su creadora, acaba de publicar el libro Nosotras parimos. Guía para un parto respetado (Paidós). Lo recibí esta semana y es muy muy bueno. Ella es madre, puericultora y doula. El libro tiene información sobre fisiología, intervenciones (necesarias e innecesarias), mitos, violencia obstétrica, pérdidas gestacionales, cesárea, parto después de cesárea, parto en casa y en institución y lactancia entre otros temas.

Nosotras parimos (Paidos)
¡Les comparto algunas partes que me gustaron mucho!
Cerebro primitivo
El prólogo es de Michel Odent (médico, cirujano y obstetra francés) y no tiene desperdicio. El título que le puse a esta nota “Para cambiar el mundo hay que cambiar la manera de nacer”, es justamente de él y a mi me cierra por todos lados. Les adelanto dos ideas del prólogo:
-“Al final del embarazo las mujeres se encuentran en un fase de su vida en la que deben prepararse para permitir que lo que podríamos llamar el cerebro primitivo asuma el mando.”
-“El neocórtex debe cesar su actividad, ponerse en reposo. Pese a los efectos producidos por la socialización de los partos desde hace milenios, aun resulta posible encontrar mujeres que paren con facilidad. Da la impresión de que se desconectan del mundo, se olvidan de lo que han aprendido o planificado. No actúan según lo que cabría esperar de ellas en cuanto mujeres civilizadas y adoptan posturas raras que nos parecen primitivas. En ese momento, hay que evitar estimular su neocórtex: no hablarles, no prender luces, no hacer ni decir nada que pueda atraer su atención en modo alguno.”
Fisiología del parto
Este es uno de mis capítulos preferidos.
-Hay tiempo: “Hay un mito, muy alimentado por el cine, que indica que la primera contracción es sinónimo de emergencia: ¡Hay que apurarse y correr contrareloj al hospital porque el niño nace ya!”. El trabajo de parto (salvo que haya alguna patología) no es una urgencia ni una emergencia y “dependiendo de cada mujer y de si es primípara o no, puede durar pocas o muchas horas, e incluso días”.
-El clima ideal: “El parto fisiológico requiere muchas condiciones similares a las de una placentera relación sexual: intimidad, un ambiente con temperatura y sonidos agradables para la mujer que está en labor de parto, comodidad para atravesar las contracciones en las posiciones que su cuerpo le pida en compañía de quienes ella elija y, sobre todo, tiempo, ¡Todo el que sea necesario”.
-Estímulos que inhiben el proceso neurohormonal: lenguaje racional, sentirse observada, monitoreo constante, luz, dolor (causado por la colocación de la vía y los tactos entre otras intervenciones), desprendimiento de membrana, rotura artificial de bolsa, anestesia epidural, maniobra de Kristeller, incomodidad.

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Oxitocina sintética ¿Tiene efectos colaterales?
¡Muchos! En el libro se enumeran varios de los efectos que puede traer el uso de oxitocina (lo que no quiere decir que siempre esté mal indicada o que si o si genere estos efectos): incremento de la necesidad de analgesia, por el aumento de dolor, mayor frecuencia de taquisistolía (aceleración en la frecuencia de las contracciones), mayor frecuencia de hipertonía del útero (tono muscular ato), mayor riesgo de rotura de útero (especialmente en mujeres con cesárea previa), mayor riesgo de sufrimiento fetal, mayor riesgo de hemorragia posparto, mayor tasa de partos instrumentales (uso de fórceps) o cesáreas.
Mitos
Esta sección del libro desentierra varios mitos a partir de frases que dijeron las mujeres respecto a su parto. Algunos de los mitos que desasna son:
“Me tienen que inducir o hacer cesárea porque llegué a la semana 40 y no comienza el trabajo de parto”, “Cuando se rompe la bolsa empieza el trabajo de parto”, “Si no te hacen una episiotomía te desgarrás”, “Una cesárea es más segura que un parto natural”, “La hora sagrada es un mito”, “El bebé no siento dolor con las intervenciones (pinchazos, baño, aspiraciones) y no lo recuerda”, “Tengo una cesárea anterior y me dijeron que si intento un parto vaginal se me puede romper el útero”, “Fui a cesárea porque el bebé estaba alto y no bajaba”, “Tengo trombofilia y voy a cesárea programada”, “Fui a cesárea porque el bebé tenía vueltas de cordón”.
Otros capítulos a mi juicio imperdibles son el destinado a violencia obstétrica, a la cesárea (sobre todo el apartado “trabajo de parto versus cesárea programada”) y el apéndice con la Ley de Parto Humanizado -la 25929- y cómo hacer un plan de parto.
¿Cómo pasaron el Día de la Madre? ¿Las que están embarazadas, festejaron? Para el viernes voy a preparar un GPS de compras vinculado con el embarazo. Si tienen tips o recomendaciones me las pueden enviar a crianzaentribuok@gmail.com
Debbie
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