EL BOLSON, Río Negro.- El perro va montado sobre el capot de la Studebaker que avanza veloz. El perro va con las cuatro patas tiesas pero seguras, y está tan incorporado a la camioneta que parece el jaguar metálico de un Jaguar. El nombre de la Studebaker apenas se lee entre la chapa descolorida que alguna vez fue azul. Nadie mira demasiado cuando pasa con tan curiosa esfinge adelante: la del perro es costumbre antigua en El Bolsón.
"No hay nadie como él en toda la Comarca Andina", dice el dueño, que se baja de un salto. Y lo dice en serio. El Bolsón, además, le ha resultado poco para definir las virtudes de su can. Tiene que extenderlo a la Comarca Andina, un concepto que, a diferencia de otros recién acuñados, tiene consenso popular, no es una idea impuesta.
La Comarca Andina del paralelo 42, además de El Bolsón, incluye El Maitén -un pueblo con nombre de árbol asociado primero con la industria ganadera y después con el tren-, El Hoyo -lugar privilegiado por su tierra fértil y clima benigno, totalmente protegido de los vientos-, Lago Puelo -uno de los pueblos más pequeños del grupo, pero el más rico en flora autóctona.
Además, Ñorquinco, Cushamen -población constituida por descendientes de mapuches-, Epuyén -una comunidad rica en producción agrícola- y Cholila, pueblo que se ha hecho célebre por las andanzas de Butch Cassidy y Sundance Kid, y por las comidas de Francis Mallmann.
Las alas del Piltriquitrón
En la plataforma del cerro Piltriquitrón, a más de 1000 metros de altura, la sombra de los parapentistas se proyecta sobre los que miran como la amenaza de aves de rapiña, sombras desproporcionadas que no dejan de revolotear sobre la parte más alta del monte. El festín de rapiña deja de ser tal cuando se eleva la vista.
Los parapentes son de colores estridentes y todo se parece mucho más a una fiesta. "Para mí es mucho más que eso -dice Ricardo Miloro, que cambió sus cursos de aviación por este deporte tan alado-. Volar así no se compara con nada.
Estás completamente ahí, conectado con todo. A veces me cruzo con un halcón peregrino que me mira casi como si fuera uno de su especie y lo veo al minuto ahí abajo, a punto de abalanzarse sobre una liebre." Dice además Ricardo Miloro que nada le gustaría tanto como algún día volar con su hijo, como si fuera un ferviente lector de mitos griegos.
Dice otra cosa curiosa: que antes de hacer parapentismo tenía un sueño repetitivo en el que volaba por horas y por distintos lugares del mundo, y que ahora, desde que vuela en parapente, nunca más volvió a tener ese sueño. Antes de salir preparó todo su equipo con verdadera conciencia de rito: desplegó la vela sobre una superficie plana, controló el suspendaje y todo su equipo: el altibario para marcar los metros que uno sube o baja por segundo, el handy para comunicarse con alguien en tierra o con otro parapentista. Y la brújula para guiarse cuando se mete entre las nubes.
Algo que sucede en este momento, precisamente. De pronto no se lo ve más y él dice que es una de las sensaciones que más lo atraen de estar ahí arriba. El Piltriquitrón le proporciona oportunidades varias, porque su mismo nombre indica que está colgado de las nubes, o que fuma las nubes que rodean su cima.
Los ríos paralelos
El Bolsón está indefectiblemente asociado con los ríos Azul y Quemquemtreu. La etimología del primero no es apta para despertar intrigas; la del segundo -anota Juan Domingo Matamala- ha dado lugar a interpretaciones tan variadas como disímiles: río de lugar donde crecen cortaderas, pleno invierno, ruido de cascadas o -en la versión más popular- piedras que hacen ruido al rodar.
En una cabaña a la vera del río Azul vive doña Rosa, que se instaló en esta comarca desde chica y que ya lleva casi cien años viendo la vida pasar. Tiene una quinta que trabaja ella todos los días, un jardín ídem, y un cigarrillo hecho a mano que no se le cae jamás de la boca, aunque no pare nunca de hablar.
Juan Domingo Matamala estudió Letras en Córdoba y después volvió a su pueblo para recuperar testimonios y hechos históricos de El Bolsón. Y entre todos los temas se ha centrado en el de los hippies, que siempre lo atrajo.
Los fines de semana su casa pasa por un proceso de mutación: se convierte en una suerte de museo en el que la gente puede cliquear una tecla de computadora y contactarse con alguna historia o algún personaje del lugar.
Con la de Martin Sheffield, por ejemplo, un texano que a fines del siglo pasado instauró una de esas historias de monstruos contemporáneos que más tarde popularizó el del lago Ness. Sheffield dijo haber visto un plesiosaurio en las aguas de la laguna Negra, en la zona del Pedregoso, y a partir de allí llegó a convencer a Clemente Onelli, director del Museo de La Plata, de que financiara una expedición para ir en busca de un monstruo de existencia dudosa.
María Cristoff
Cabañas de madera con sonidos del bosque
- Cómo llegar
Para llegar en avión hasta El Bolsón, se puede optar por volar hasta San Carlos de Bariloche (131 kilómetros al Norte) o hasta Esquel (170 kilómetros al Sur).
- Qué hacer
Desde El Bolsón se pueden realizar varias excursiones y conocer el resto de la Comarca Andina. Las siguientes son algunas de las opciones.
- Parque Nacional Lago Puelo: a 20 kilómetros de El Bolsón se encuentra el parque más pequeño de todos los andino-patagónicos, y el de aguas más templadas. Es ideal para actividades náuticas y para la observación de aves.
- Laguna del Plesiosaurio: a sólo unos 15 km de El Hoyo se encuentra la laguna en la que Martin Sheffield aseguró haber visto el plesiosaurio que tantas controversias creó a fines del siglo pasado.
- Lago Cholila: un lugar favorito de los pescadores; es poco frecuentado y las posibilidades de pesca son muchas.
El lugar cuenta con servicio de guías de pesca y embarcaciones. Desde allí se organizan trekkings para expertos hacia las nacientes del río Tigre y el Tres Picos. En la localidad de El Bolsón se destacan dos actividades para ver y experimentar.
- Cervecería El Bolsón: propiedad de Juan Carlos Bahlaj, un autodidacto de la cerveza, que aprendió por ensayo y error, y con muchos viajes a países con larga tradición en el tema. En un ambiente muy espontáneo, él mismo sirve los exquisitos siete tipos de cerveza que elabora a la vista de los clientes: blanca, negra y varios tipos de cervezas frutales. Se recomienda combinar con una picada de la casa, que incluye quesos y otros productos de la zona. Hay además un camping aledaño y muy bien equipado. Ruta 258 km 2. (0944) 92595.
- Feria regional: una feria que ya se ha convertido en sinónimo de El Bolsón. Nació en 1979 con 10 puestos y hoy cuenta con más de 200. Allí se comercian, además de artesanías, productos de granja, frutas, verduras y animales. Está abierta todos los martes, jueves y sábados del año, de 10 a 14.
- Dónde hospedarse
- Bungalows Martha: a unos 8 kilómetros de El Bolsón, encantadoras cabañas escondidas en el bosque de cipreses. Durante la noche se escucha sólo el rumor del río Quemquemtreu, que pasa a pocos pasos de las cabañas. Estas están muy bien equipadas y calefaccionadas. Se ofrece servicio de mucama y un riquísimo té con tortas. Abierto todo el año. Precios por bungalow entre $ 40 y 60. Gdor. Castello 3215. (0944)93133.
- Posada La Casona de Odile: un lugar inolvidable. Una posada muy cuidada, con estanque donde se crían truchas para servir platos deliciosos, y plantaciones de verduras y de hierbas aromáticas. Odile llegó desde Francia para instalarse allí y ella misma se encarga de supervisar hasta el más mínimo detalle. A orillas del río Quemquemtreu. Tarifa por habitación doble: $ 50 por persona con media pensión (sin bebida) incluida. (0944) 92753.
- Más información
Para mayor datos acerca de El Bolsón y demás puntos de la Comarca Andina, contactarse con la Secretaría de Turismo y Medio Ambiente. Municipalidad de El Bolsón. Telefax: (0944)92604.