¿Qué tipo de amiga sos?

Nació sabiendo que lo único que quería en esta vida era casarse y tener hijos. Romántica incurable y fiel seguidora de la teoría de la media naranja, es la que se emociona hasta las lágrimas con la publicidad del cantante que suaviza la ropa con su canto, aunque el comercial es de jabón en polvo. Resistente a múltiples (y variadas) relaciones, ella siempre estuvo a la espera de su príncipe azul (si es que todavía no lo encontró). Su paciencia nunca se agota y es difícil contradecir su postura, ya que puede llegar a ocasionar horas y horas de filosofía marital tomos I y II.

Sus sueños se hacen realidad o sigue en la espera del príncipe alado, pero es la que organiza los reencuentros y no se enoja cuando desaparecés, aunque sea en la fecha de su cumpleaños. ¡Ojo! No por su espíritu "susanesco" es una tonta. No tires demasiado de la cuerda, se puede romper.

Tiene tres teléfonos celulares y no le alcanzan las manos para atenderlos. La ves caminando por la calle y tenés que correrte para que no te lleve por delante. Su día empieza a las seis de la mañana y termina a las doce de la noche. Combinar un almuerzo con ella es más difícil que ganar el Loto. Ni sueñes en verla el Día del Amigo, ella te va a explicar cómo funciona el "truco" de marketing, pero en el momento en que aparecen términos como "porcentaje" o "utilidad empresarial", preferís darle la razón y jurarle que no te habías dado cuenta de que era una conmemoración tan ridícula.

Es una mujer súper exitosa que está completamente enamorada y comprometida con su trabajo. Algo muy lindo, si no fuera porque no le queda tiempo para su vida personal. Aun frente a las repetidas negativas, seguí insistiendo: es lo mejor que podés hacer por tu amiga.

Nunca sabés dónde ubicarla, porque su contestador cambia día por medio. "iHola! ¡Me fui a la selva amazónica, dejame tu mensaje!" "Estoy en la Antártida salvando pingüinos, ¡te llamo a la vuelta!"

La capacidad que tiene para dejarse llevar por el momento es descomunal. Te enterás de su vida por mail, siempre redactados desde lugares insólitos. Mientras que para vos dejar fluir las cosas significa "Llego a casa y como lo que haya", para ella es "Me acaban de invitar a recorrer Jamaica en elefante,isalgo en dos horas!".

Fue y será siempre la colgada del grupo. Súper relajada, positiva y desapegada de lo material, es el perfecto ejemplo de la frase: "Viví el momento". Aprendé de ella sin hacer planes, porque su vida tiene el pulso del día a día. Preparate para su boda en el Sahara.

Es una especie casi en extinción, ¡pero tenés tanta suerte que es una de tus amigas! Para ella, todo es lamentable e insuperable. "Me olvidé de cambiar el celular de cartera ¡y me tenía que llamar el personal trainer! ¡¿Por qué todo me pasa a mí?!" Así podría estar todo el día, ya que toma los pormenores de la vida como dagas que el destino va clavando en su pecho, por alguna razón que todavía no descubrió. Extremista como ninguna, es la que se emociona hasta las lágrimas cuando consigue los jeans que buscaba y maldice al mundo cuando a cinco minutos de salir se le rompe una uña.

La querés acogotar cuando te despierta a la madrugada, porque se vino una ola polar y ¡no tiene ningún abrigo para ponerse! Es egoísta, caprichosa, para ella el mundo está confabulado en su contra, pero también sufre su propia cruz; así que dejale pasar los exabruptos.

Entrar en su cuarto es sentir que la máquina del tiempo te llevó al pasado. Los volados de las cortinas (y la cama) siguen intactos, aunque el rosado está mucho más pálido que el día de su fiesta de 15. En ese momento es cuando te surge decirle: "Creo que ya es hora de que vayas cerrando etapas y busques tu independencia". Frente a este tipo de comentarios siempre viene la misma respuesta: "¿Por qué me voy a ir de casa? ¡Si estoy bien acá!". Cabulera a muerte, cada vez que caminás con ella por la calle vas haciendo zigzag, porque no te pisa una baldosa suelta ni pasa por debajo de una escalera.

Está feliz en su pequeño mundo. Cuando te llama para que la acompañes a sacarse una radiografía, decís por dentro: "Si tan sólo estuvieses un día cambiando pañales, ien dos segundos madurás!". Probablemente sea cierto, pero ni se lo digas, ya le va a llegar el día...