
Cuando tenía veinte años, Sophia Amoruso robó un par de productos de esas grandes tiendas departamentales de Estados Unidos y los revendió en eBay. Después de varios intentos, la policía la pescó. Sin embargo, Sophia ya había visto el negocio: cambió los productos robados por prendas que compraba en mercados vintage, las fotografiaba en la casa de sus amigas con onda y las subía a la página de remates online a un precio bastante más caro que el que había pagado. Con el tiempo, la joven rebelde de California, cansada de trabajar en relación de dependencia a cambio de sueldos míseros, lanzó su propia página, NastyGal, una empresa que creció con el mismo modelo de negocio de eBay. Abandonó el vintage, lanzó colecciones propias y de otros diseñadores y, en poco más de ocho años, logró una facturación anual superior a los 100 millones de dólares. Amoruso se convirtió en un modelo de emprendedora. Escribió un libro, #GIRLBOSS, que fue bestseller inmediato.
Amoruso dio en el blanco porque tocó una fibra delicada en la mujer: la inseguridad en el trabajo, la falta de ambición y el pánico a quedar mal. Montó un discurso sólido en el que nos anima, a las mujeres, a ir por más. En definitiva, a creérnosla y a movernos por lo que queremos. A ser jefas de nuestras vidas más allá del puesto y del trabajo que tengamos. Sheryl Sandberg, la jefa de operaciones de Facebook, de quien ya hablamos en varias oportunidades, tiene el mismo objetivo: despertar a las mujeres. Desde una mirada femenina del poder, Sandberg quiere que seamos líderes, ocupemos la primera fila, que hablemos, que seamos audaces.
Desde hacía un tiempo teníamos la idea de hacer un dossier dedicado al mundo laboral. Por eso, este mes, decidimos darle el título más importante de la tapa a esta movida, mostrar cómo se mira hoy el crecimiento y el bienestar dentro de las empresas, escuchar cómo piensan algunas mujeres líderes. Para que logremos apropiarnos de nuestro lugar y mirar hacia delante. Para que no le temamos a la ambición, a la plata, a expresar lo que pensamos ni a pedir lo que sentimos que nos corresponde. Para derribar el prejuicio que dice que todo eso está mal visto.
Amoruso no se detiene. Ya hay un #girlbuss que recorre Estados Unidos. Las mujeres se reúnen para escuchar sus consejos. Y, por supuesto, Netflix prepara su historia. Vamos por más. •
En esta nota: