
¿Tu bebé está por empezar a comer? ¡No te pierdas esta novedad editorial!
6 de octubre de 2017 • 07:56

Si sus hijos están empezando a comer, están selectivos con la comida o no abren la boca seguro conocen de las redes a Karina Eilenberg (pediatra y especialista en crianza) y Sabrina Gatti Wosner (médica de familia, ayurveda), las caras detrás de Olilu, un proyecto que nació en 2013 para asistir a las familias en la construcción y el cuidado de la salud.
Si bien dictan varias charlas y talleres, el caballito de batalla es el de introducción a la alimentación complementaria. Esta semana estrenan libro: Yo amo comer. Descubriendo los alimentos (Sudamericana) y yo se los quiero recomendar especialmente.
¡Les adelanto un poco de qué se trata!

Yo amo comer, de editorial Sudamericana
Prólogo
Primero lo primero: el prólogo es del pediatra español Carlos González, así que sí, me enamoró desde el vamos. Les copio una partecita:
“¿Acaso creen que su bisabuela tenía una batidora eléctrica para hacer el puré sin grumos? ¿Acaso creen que iba cada mes a preguntarle a un pediatra lo que tenía que comer ahora su hijo? Comida normal, la misma que comen los padres, cortada en trozos o aplastada con el tenedor, dejando que el niño coma por sí mismo con su propia mano (porque, cuando tienes cinco hijos, sin agua corriente y sin lavadora automática, no estás para hacer el avión con la cuchara durante una hora). Es lo que se ha hecho siempre, durante siglos y siglos, milenios y milenios.
No se trata ahora de aprender un método nuevo y misterioso, sino de recuperar lo que hacía nuestra bisabuela, y que hacían miles de madres antes que ella. Y ojalá podamos recuperar también, ya de paso, mucho de la dieta de nuestros antepasados: comida preparada con tiempo, muy poca sal, muy poco azúcar, pasteles sólo en las grandes fiestas, y para beber, sólo agua.”
La comida: ¿Cuándo y cómo presentamos los alimentos sólidos al bebé?
Este es uno de los capítulos que más me gustó. Tiene muchos tips e interrogantes que nos dejan pensando a los padres sobre cómo nos relacionamos con la comida y cómo formamos hábitos en nuestros hijos.
Me quedo con tres preguntas: “¿Si es rico es bueno?”, “¿Si dice que es para chicos es para chicos?”, “¿Si es para chicos es nutritivo?”.
Otros puntos que toca el capítulo son:
•El inicio: “En un comienzo comer no significa tragar. Es explorar, descubrir, escupir, experimentar con todos los sentidos, hacer arcadas, vomitar, ensuciar, jugar.”
•El que guía es el bebé: Si bien la edad establecida para empezar a comer son los 6 meses, Karina y Sabrina hablan de la importancia de registrar y conocer a nuestro hijo para poder evaluar si está preparado para empezar. ¿Se puede sentar sin apoyo? ¿Agarra las cosas con la mano? ¿Se las lleva a la boca? ¿Muerde sus juguetes?
•Horarios vs deseos: Otro de los mitos que desentierra el libro es que existen comidas establecidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y horarios rígidos que deben seguir nuestros hijos. Esta imposición social y cultural no debería influir en nuestros hijos, que deberían comer cuando tienen hambre.
•Sin peligro a la vista: Las arcadas “no son sinónimo de ahogamiento”, al contrario. “Significa que se está protegiendo y además que está aprendiendo a comer de forma segura”.

Sabrina Gatti Wosner y Karina Eilenberg con sus primeras hijas, Olivia y Luana

Imágenes de algunos de los talleres de alimentación complementaria que realiza Olilu
Nuevo año nueva etapa: selectividad, neofobias y modas alimentarias
En este capítulo las chicas se ocupan de un tema por el que la mayoría de los papás pasamos: “Mi hijo sólo quiere comer fideos”, “Le encantaba comer y ahora nunca tiene hambre” y otras versiones similares.
Miren que interesante este punto: “Los niños pequeños no son caprichosos, mañosos ni quisquillosos con la comida, simplemente no comen como los adultos lo esperan, ese es el gran conflicto: la expectativa errada del mundo adulto sobre cómo y cuánto deben comer. Atentos como corresponde al proceso madurativo y biológico específico del ciclo vital que están atravesando, los niños no saben ni de curvas de crecimiento ni de recomendaciones nutricionales, ni siquiera pueden distinguir qué es un fruta y qué una verdura. Y sin embargo, saben lo que necesitan, su apetito instintivo se los señala”.
El libro hace hincapié en que a partir del segundo y tercer año de vida los adultos tenemos que ayudarlos a fortalecer su autoestima y confianza en sí mismos, desentrama conceptos como la “neofobia” y analiza por qué no es conveniente darles sobornos, premios, castigos y consuelos, para “que no confundan la comida con el comer y el control”.

Uno de los tantos tips que se pueden encontrar en el libro
Recetas para toda la familia
Karina y Sabrina invitaron a Natalia Kiako –amiga de la casa- a seleccionar 30 recetas para compartir en familia. ¡Les dejo una que me encantó!
Masa para pizza (de lo que se te ocurra)
Ingredientes: 15 g de levadura fresca / 500 g de harina integral / agua tibia en cantidad necesaria / 10 g de azúcar mascabo / 50 cc de aceite.
Procedimiento: Disolver la levadura y el azúcar en un poco de agua tibia. Dejar reposar por diez o quince minutos hasta que burbujee. Colocar la harina en un bol, hacer un hueco en el medio y ahí agregar la levadura burbujeante junto con un poco de aceite hasta formar una masa suave, blanda y lisa. Terminar de amasar en la mesada. Cuando esté formada, dejarla descansar tapada con un repasador hasta que doble el volumen. Estirar con un palote y cocinar en horno fuerte hasta que se dore.

¡Las manos en el el plato hay que poner!
Otros libros imprescindibles si tu hijo está aprendiendo a comer:
1.Ñam Ñam, de Narda Lepes
2.Mi niño no me come, de Carlos González
3.Como Como, de Natalia Kiako
¡Buen fin de semana! Nos encontramos el martes.
Debbie
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