PUERTO SAN JULIAN, Santa Cruz.- Cuando Fernando Behm comenta con una sonrisa cordial : "Uno desea que se sientan como en compañía de su propia familia, como en su casa", se refiere a la visita a su estancia La María, ubicada en plena meseta patagónica, a unos 150 kilómetros al noroeste de Puerto San Julián, en Santa Cruz.
En el campo de Behm se halla una de las manifestaciones del arte rupestre más importantes del país, incluso de mayor magnitud en cuanto a riqueza y abundancia de motivos que el monumento histórico Cueva de las Manos.
En el sitio arqueológico que lleva el nombre de la estancia, se han relevado y sistematizado hasta el momento 86 cavernas con pinturas rupestres de diferentes estadios; el asentamiento más antiguo se calcula que tiene cerca de 13.000 años, y es posible que métodos más modernos permitan corroborar una edad mayor.
Si bien no hay duda de que el atractivo máximo de la visita es conocer este extraordinario patrimonio arqueológico de la mano de Behm, también lo es la posibilidad de experimentar cómo es la vida en medio de la meseta patagónica, que contrariamente a lo que puede parecer, aquí dista de ser un desierto monótono.
Tiempo para estar
Las visitas guiadas a las cavernas se organizan mediante caminatas de tres horas por la mañana y otro tanto por la tarde, con un almuerzo en el medio.
El ritmo es muy suave para que no haya limitaciones de edad. En este aspecto han recorrido La María turistas de más de 80 años y chicos de 5. Se destina tiempo para sentarse, contemplar a gusto cada caverna, y apreciar en toda su magnitud lo que es esta extraordinaria manifestación humana, grabada en forma indeleble en las rocas volcánicas terciarias que forman los resguardos. A este ritmo, el turista ve por día unas treinta cavernas.
Alrededor del fuego
El almuerzo, muy patagónico, incluye el infaltable cordero al palo, una típica bifeada o una abundante parrillada.
Si el día está gris y ventoso y si a la gente le agrada, se prepara un guiso campero con fideos, papas, zanahorias y carne, para olvidarse de inclemencias climáticas.
Después de la visita a las cavernas, todos se reúnen alrededor del fogón a tomar unos mates o café, acompañados de dulces, manteca, pan casero y tortas fritas.
Para quienes deseen andar a caballo hay varios sitios interesantes para recorrer.
Montados en animales mansos se puede llegar a un pequeño yacimiento de troncos petrificados, o a lugares donde abundan cuarzos, amatistas e incluso piedras semipreciosas de mucho colorido. En la estancia hay canteras de explotación de caolín, material de arcilla fina que se emplea para fabricar porcelana y cerámica. Hay que destacar que unos 30 kilómetros al Este se encuentra el yacimiento aurífero Cerro Vanguardia.
Cómo llegar
En Puerto San Julián, la estancia dispone de un servicio de combi, a 15 pesos por pasajero, ida y vuelta. Para alojarse, La María cuenta con tres habitaciones con baño privado, capacidad para nueve personas, en un edificio nuevo; o un área de camping con servicios y agua caliente. El alojamiento en la casa, comidas, excursiones sale 90 pesos por día; en el camping: la carpa 5 pesos y 4 pesos por persona.
Para informarse, en Puerto San Julián, por el 0962-52328; en Buenos Aires, el Centro de Información Turística de Santa Cruz, por el 325-3098/3102.