Newsletter
Newsletter

Un poco de garra




La imagen es simple: una pareja con dos hijos, urbana y moderna, sale a cenar. Pero ese encuentro que podría haber sido una noche de comida rica en un restaurante, charla, risas y sexo, deja al descubierto, en cambio, una crisis. La cena es un campo minado de silencio, desconexión, aburrimiento. Intimidad cero.
Esta es la escena que usó Sebas Wainraich para escribir el guión de la película Una noche de amor, que coprotagoniza junto con Carla Peterson y que refleja algunos de los conflictos que vive la pareja de hoy. Con aquel criterio de pintar tu aldea, tomó una imagen cotidiana para mostrar un conflicto cuasi universal.
"Yo creo que los conflictos en la pareja existieron siempre y fueron más o menos los mismos, pero lo que hace nuestra generación es que los muestra, los saca para afuera", nos dijo hace unos días Sebas cuando nos juntamos con él para charlar sobre su película, que se estrena a fin de mes. "Por suerte, ya no la careteamos tanto. Nos separamos mucho más que antes, nos dicen las generaciones anteriores, pero también le ponemos mucha más garra. Y es que otra no te queda. A la pareja hay que ponerle garra".
Y es cierto. Ahora nos importa, y mucho, que la relación de pareja funcione, que haya diálogo, que sea lo más sana posible. Gastamos tiempo, plata, palabras y energía en pulir la fórmula. Nos analizamos y analizamos al otro como psicólogas y astrólogas. Porque, si vamos a estar, queremos estar bien. Queremos saber por qué el otro actúa de tal manera, qué piensa cuando nos dice que no está pensando en nada y qué tendría que cambiar para ser la mejor versión de sí mismo.
Porque además, en todo este reajuste del vínculo, se modificó también la forma de encontrarnos. El emoji desplazó el cara a cara. Y esto aplica tanto para el encuentro como para tomar distancia. Incluso se va hacia lo inimaginable: si antes había que respirar hondo y sentarse a hablar para terminar una relación, hoy se puede contratar un servicio online para decirle a la otra persona que ya no queremos estar más juntos.
Lo cierto es que con tecnología o sin tecnología, con más o menos psicología en el camino, el contenido de la pareja sigue siendo el mismo. Y, lo más importante, los sentimientos no cambiaron demasiado. El amor y el desamor nos siguen dominando.
No hay recetas, está claro, para que la cosa funcione. Pero para empezar, tal vez podríamos ensayar enfocándonos en nosotras: alejarnos del ideal de perfección, acercarnos a esa realidad que nos toca y dejar de mirar con lupa al otro. Tratar de mejorar, sí. Y, como dice Sebas, ponerle mucha garra.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

La talibanización de nosotras mismas: claves para actualizar el software personal

La talibanización de nosotras mismas: claves para actualizar el software personal


por Soledad Simond

Después de la cima

Después de la cima


por Soledad Simond

Tapa de revista OHLALA! de marzo con Griselda Siciliani

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP