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Cáncer de mama. Historias de superación y claves para hacerte los chequeos


La ya tradicional campaña Tiñamos octubre de rosa de Issue.

La ya tradicional campaña Tiñamos octubre de rosa de Issue.



El color rosa se adueña de octubre. El lazo –que da una vuelta en forma de "ele"– se lleva como estandarte en remeras, camisas y corpiños. Es el símbolo internacional que instaló hace aproximadamente 30 años el grupo de marcas Estée Lauder Companies para crear conciencia y compromiso sobre esta enfermedad. Y, desde ese momento, lo vemos en campañas gráficas de todo el mundo, en embajadoras internacionales como Elizabeth Hurley, Kate Moss o Alicia Keys y locales como Natalia Oreiro, Vero Lozano o Maru Botana. Lo vemos en publicidades televisivas, en fotos y hasta en testimonios en primera persona, como el de Ana Paula Portela (@anipauportela), que hasta hizo un famoso bailecito tiktokero mientras se autochequeaba. En los infinitos hashtags, como #PoneleElPecho, #TimeToEndBreastCancer, #AcabemosConElCáncerDeMama, #OctubreRosa y ahora también nuestro #YoTocoMisTetas acompañando la tapa de esta edición, que busca, fundamentalmente, invitarnos a conectarnos con nuestro cuerpo, con nuestra salud, a darnos tiempos para llegar a tiempo. En eventos masivos, como la caminata anual que organiza Fundación AVON, que trabaja en esta causa desde hace 25 años. También, en el mamógrafo móvil, que llega a diferentes barrios de Buenos Aires para que más mujeres puedan hacerse el chequeo de forma gratuita.
Lo vemos en las campañas gráficas de impacto, esas que nos hacen frenar y quedarnos mirando, como la de Andy Clar. La creadora de Chicas en Nueva York mostró a actrices y modelos argentinas desnudas, tapando con una mano una de sus mamas. En la otra, solo se ve un vacío y una cicatriz, simulando la marca de la mastectomía. Inspirada en su mamá, que tuvo cáncer de mama y sufrió esta intervención, Clar quiso visualizarlo en una campaña. "Cuando me mostró su cicatriz, la miré y pensé: ‘Si todas viéramos esto, seguramente saldríamos corriendo a hacernos una mamografía’", había escrito en su cuenta de Instagram.
También, lo vemos en la iniciativa Tiñamos Octubre de Rosa, creada por la marca Issue junto con la Fundación para la Investigación, Docencia y Prevención del Cáncer (FUCA). La acción, que ya va por su sexta edición, invita a teñirse un mechón de pelo de rosa y compartirlo en redes con el hashtag #TiñamosOctubredeRosa.
Lo vemos en colecciones de lencería, porque el mundo de la moda tampoco se queda afuera. La diseñadora Stella McCartney hizo una colección en tono rosado, con Kate Moss como imagen de campaña. Un porcentaje de las ventas fue destinado al centro Linda McCartney, para la construcción de un centro de mamografía. Y todos los años, Estée Lauder Companies comercializa un kit con productos seleccionados de sus marcas durante todo el mes de octubre. El margen de ganancia se dona a una institución, que en nuestro país es la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC).

MÁS QUE UN LAZO ROSA

Las famosas se sumaron a la campaña Ponele el pecho by Andy Clar en 2018.

Las famosas se sumaron a la campaña Ponele el pecho by Andy Clar en 2018.

Sin duda, la cantidad de acciones vinculadas con este tema ya logró un cambio positivo y consiguió que el cáncer de mama esté hoy completamente instalado en la opinión pública. Según datos relevados por VOICES para Fundación AVON, el 76% de las argentinas lo considera un tema grave. Pero todavía el 25% de las mujeres no se siente informado respecto al cáncer de mama. Probablemente todavía quede mucho por hacer, ya que el lazo rosa –solo– no representa la importancia de llegar a tiempo en la detección. Debe estar acompañado por un mensaje.
Las campañas, que pueden llegar a lugares adonde la educación no llega, tienen la posibilidad de eliminar muchas de las barreras que obstaculizan el acceso a la salud. Justamente, brindar información clave para que quienes la reciban puedan evaluar y tomar decisiones. Porque, detectado a tiempo, en el 95% de los casos, el cáncer de mama puede curarse. Es importante dar a conocer esta cifra para ayudar a disminuir el miedo que aparece cuando nombramos la palabra "cáncer", asociada a la muerte.
Gracias a la investigación, los tratamientos y la detección temprana, cada vez más mujeres se recuperan completamente de esta enfermedad. Priorizar los datos positivos, borrar el estigma y convertir la información en nuestra gran aliada es el gran desafío. Por eso, es importante interpelar la comunicación que nos atraviesa, para fomentar nuestra autonomía. Para prevenirlo, detectarlo y curarlo.
El año pasado, en Kent, EEUU., la Campaña Bras Across the Crooked River invitó a mujeres a autochequearse y dejar su corpiño como símbolo de lucha conjunta.

El año pasado, en Kent, EEUU., la Campaña Bras Across the Crooked River invitó a mujeres a autochequearse y dejar su corpiño como símbolo de lucha conjunta.

Factores de riesgo

Son las características que aumentan la probabilidad de sufrir una enfermedad. Con el cáncer de mama, hay factores de riesgo que pueden modificarse y reducirse y otros que no se pueden evitar. Aun así, un diagnóstico precoz salva muchas vidas.

Factores no modificables

  • Ser mujer.
  • Tener más de 40 años.
  • Antecedentes familiares de cáncer.
  • Tener densidad mamaria.
  • Haber tenido la primera menstruación a edad temprana.
  • Edad avanzada en el primer parto o nunca haber tenido hijos.

Factores modificables

  • Sedentarismo.
  • Tener una mala alimentación.
  • El tabaquismo.
  • El sobrepeso.
  • Consumo de alcohol.

Soy la misma de antes, pero transformada

Por Ani Pau Portelo, resiliente de cáncer de mama.
"Soy Ana Paula, tengo 32 años y el 30 de noviembre de 2018 abrí el sobre que iba a cambiar el destino de mi vida. Era el resultado de una punción de la mama izquierda en el cual decía que tenía cáncer. Hoy, desde hace cuatro días, estoy libre de células cancerígenas en mi mama, aunque todavía falta un proceso largo de tratamiento". Así me presentaba en el primer posteo de mi cuenta de Instagram @anipauportela. Decidí crearla para que otras mujeres tuvieran un referente que hablara sin tabúes sobre el cáncer de mama, ya que yo no había tenido información que me anticipara lo que me iba a pasar. Atravesé la enfermedad con dos hijos chiquitos: Nina, de 2 años, y Vito, de un mes, al momento del diagnóstico. Me encontré un bulto mientras lo amamantaba y, a pesar de que en la clínica creyeron que era mastitis, yo sabía que algo no estaba bien. Pedí hacerme una eco mamaria y el resultado fue un fibroadenoma benigno. Seguía intranquila. Pedí que lo examinaran para saber qué tipo era y me realizaron una punción. A los diez días, la noticia del cáncer en mi mama izquierda me atravesó por completo.
Empecé el tratamiento rápidamente. Cada avance en las sesiones era más difícil, por las consecuencias físicas y emocionales. El día que la médica me recomendó que me cortara el pelo antes de que se me cayera, terminé de entender que tenía cáncer. Fui a la peluquería con Nina, para que ella comprendiera, de a poco, cómo mamá iba a sufrir cambios en el cuerpo. El tratamiento transforma hasta lo más cotidiano. Me acuerdo de esos meses: me golpeaba la frente con la puerta del freezer, por la pérdida de control en mis extremidades, y hasta le pedía a mi marido que me dejara los frascos abiertos antes de irse a trabajar porque no me daba la fuerza.
Toda mi familia me ayudó y fue fundamental. Mi mamá cumplió un rol esencial en el cuidado de Nina, que, al mes de haber empezado la quimio, quiso dejar los pañales. Además, tampoco podía ir a buscarla al jardín.
Finalmente, después de dos años de tratamiento, en septiembre de 2020, me dieron el alta definitiva. Soy la misma de antes, pero transformada, con los mismos valores y emocionalidad. Pero hoy, me elijo ante cualquier persona. Si me pasa algo, ¿quién cuida a mis hijos? Entendí que es fundamental valorarme y que la juventud no te hace superpoderosa. Me potencié a mí misma.

EL ESTUDIO MAMARIO, ¿ESTÁ EN TU CHECK LIST?

4 de cada diez mujeres de más de 40 años no se realizan mamografías anualmente. Además, 2 de cada 10 declaran nunca haberse realizado una; 3 de cada 10 no visitan al ginecólogo al menos una vez al año, lo que equivale a casi 5 millones de mujeres argentinas. Y 4 de cada 10, más de 6 millones, declaran que el ginecólogo no les realiza revisión mamaria una vez al año.
El cáncer de mama es la principal enfermedad oncológica en la mujer –11 millones de mujeres en el mundo y un millón de casos nuevos por año–. Esto significa que 1 de cada 8 mujeres podría ser diagnosticada con cáncer de mama en algún momento de su vida. Pero esta realidad se puede revertir gracias a los chequeos. Una vez que aparecen síntomas (dolor en la mama, bultos o durezas, cambio de color en los pezones, secreción, cambio de forma y tamaño o textura diferente), puede ser tarde.
No te olvides de sumar a tu check list la visita al ginecólogo para que te indique cuáles son los estudios que tenés que hacerte, correspondientes a tu edad.
Expertos consultados: Ana Inés Álvarez. Directora ejecutiva de Fundación Avon. Jorge Nadal. Oncólogo clínico y ex becario de FUCA (www.fuca.org.ar). Ana Paula Portela. Resiliente de cáncer de mama. Encuesta de la consultora VOICES, para Fundación AVON (www.fundacionavon.org.ar).

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