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8 cosas que seguro te están estresando en diciembre y cómo sobrellevarlas


¿Qué me quema en diciembre? En un mes que siempre trae algo (o bastante) de locura, te acercamos algunas ideas para no terminar en llamas.

¿Qué me quema en diciembre? En un mes que siempre trae algo (o bastante) de locura, te acercamos algunas ideas para no terminar en llamas. - Créditos: Ilustración de Eugenia Mello.



Siempre pasa igual: estamos quemadísimas y con cara de felices fiestas. ¿A quién queremos engañar? El último mes del año claramente no te agarra ni fresca ni distendida. Por un lado, estás con el agotamiento de meses de trabajo, intensificados ahora por los cierres, reportes e informes de fin de año. Por el otro, el estrés propio de un mes repleto de actos escolares, brindis, reuniones, compras, festejos y preparativos para las vacaciones.
Las emociones a esta altura del año son un capítulo aparte. Por lo que fue: agotamiento. Por lo que ya fue: melancolía. Por lo que no fue: bajón. Por lo que está siendo, euforia y estrés. Por lo que se viene, expectativa y ansiedad. Como ningún otro momento del año, en diciembre nos conectamos con el pasado y con el futuro a la vez... ¡en un presente que nos exige dar el 100% de nosotras!

1. LOS EVENTOS SOCIALES

Por qué te queman
Al 24 y el 31, sumales la cena de fin de año con los del laburo, la fiestita del jardín del más chico, el acto del más grande, la reunión de fin de año con tu grupo de amigos, el brindis con las chicas de Pilates, la salida con las mamás de la escuela, la otra salida con las otras mamás de la escuela, el asado con los amigos de tu marido, la fiesta de largo por los 10, 15 o 20 años de egresados... ¡y cruzá los dedos para que no se te sume un solo cumpleaños o colapsamos!
Cómo enfriar
Asumí que no vas a poder anotarte en todas. Por supuesto, hay un par de cosas a las que no podés ni querés faltar. Las fiestas escolares, por ejemplo. Pero la reunión con las chicas de Pilates, por ejemplo, o la de los compañeros del máster..., ¿hace falta que sea en diciembre? Hacé tu lista de prioridades. Y si decidís que no te vas a perder nada, entonces, al menos, no tomes demasiada responsabilidad. No te postules a organizarlo todo; intentá delegar algunas cosas. Este año probá disfrutar con más liviandad.

2. LOS EXCESOS (¡DE TODOOO!)

Por qué te quema
Todos los años sale alguna nota sobre cómo evitar el atracón de fin de año, la lista de calorías del turrón, el pan dulce y el pionono. Y nunca falta la nutricionista en la TV recordándote que las bebidas alcohólicas, aunque no parezca, engordan a morir. Diciembre propone una ruptura con todos los hábitos, y los alimenticios están a la cabeza. ¿Quién quiere almorzar calabazas asadas cuando en la oficina hay una bandeja de sándwiches de miga? ¿Qué tan apetecible puede ser una manzana cuando las góndolas están abarrotadas de confites de chocolate? ¿Te vas a pedir un agua sin gas en la cena de fin de año con las chicas? Por estos días, tu cocina es tierra de nadie y al horno solo le falta el cartel de clausurado. El tema es que estás: 1) pesada, 2) con acidez, 3) hinchada, 4) con culpa por el atracón, 5) ¡preocupada por el traje de baño! Claramente, hay que encontrar el balance.
Cómo enfriar
La comida y la bebida son dadoras de placer. Estás exhausta, eufórica..., ¡entregada! Es probable que te desquites comiendo y tomando en exceso. Para romper la espiral de diciembre, hay que volver a encontrar placer en lo saludable. Si sabés que a la noche tenés una cena, durante el día comé liviano sin matarte de hambre, obvio; tomá mucha agua (¡con la botellita a todos lados!); dosificá las cantidades de alcohol; llevate tupper para evitar las tentaciones en el trabajo y, cuando estés frente a un banquete, mirá qué hay y, antes de abalanzarte, elegí qué vas a comer. Y bueno, si te diste una flor de panzada, por favor no te autoflageles ni te vayas a hacer 700 horas de gimnasio. Solo chequeá cómo está tu estado de ánimo. Por qué sucumbiste así. De esta manera no vas a repetir la conducta en cada evento que tengas.

3. LOS REGALOS

Por qué te quema
Para los chicos, tus hermanos, tu tía, tus cuñados, tus suegros, tus sobrinos, tus primos, el hijo de tu ex y la tía abuela de tu marido que está sola y se viene a pasar las fiestas con ustedes. Primero, no hay aguinaldo que aguante. Segundo, andás como bola sin manija en un shopping –único lugar con aire acondicionado– persiguiendo las promociones de los bancos y maldiciendo a tu cuñada que pone la vara alta con sus regalos, a tu pareja que nunca se ocupa de esto y hasta a los chicos porque no encontrás el jueguito exacto de la Play que querían. Lo de Mamá Noel no es para vos.
Cómo enfriar
Por más que quieras –y dado el contexto económico–, es muy factible que no llegues a hacer EL regalo para cada uno. Dos ideas: el tan amado "amigo invisible" es genial, así a cada uno le toca hacer un solo regalo. De esa manera das y recibís una cosa personalizada y no un jaboncito o colonia genérica. La otra: preparar regalos para los más chicos solamente, y para los grandes unos pequeños presentes, por ejemplo, unas bolsitas de papel con pulseras para ellas y llaveros para ellos. Los comprás todos en el mismo lugar y el mismo día. ¡Asegurate, eso sí, de que todos tengan la misma postura!

4. SER ANFITRIONA EN LAS FIESTAS

Por qué te quema
Qué maravillosas son las celebraciones, qué bien lo pasamos, cómo reímos, comemos ¡y bailamos!, ¿nooo? Pero mejor que la organicen otros. ¿Pensaste esto alguna vez? ¿Cuánto comprar? ¿Cuánto hay que cocinar? ¿Qué le preparás a tu prima que es vegana? ¿Y a los chicos que no gustan de los platos fríos? ¿Faltará comida? Ay, no te entran las botellas en la heladera. Y la vajilla..., ¡no alcanzan los platos! ¿Cómo poner la mesa? Ay, no pensaste en la decoración. ¿Y Fulana, que se peleó con Mengano? ¿Los sentás a uno en cada punta? Puffffffff... ¡Qué estrés! ¿Por qué te volvés a clavar así todos los años? "Nunca más, Diego, haceme acordar que no me inmole nunca más recibiendo en casa".
Cómo enfriar
Si te ocupás de todo solita, en las fotos se va a ver todo divino, excepto vos, que vas a estar con más ganas de irte a dormir que de brindar. Si sos la típica organizadora serial, este año planteate un descanso. Y si igual vas a ser anfitriona, repartí tareas. Que cada familia se encargue de una parte del menú. Y que lo traigan en una fuente. ¡Nada de tuppers! Asegurate de que haya un lindo mantel navideño, un jarrón con flores y chau pichu. En cuanto a los conflictos entre familiares: anticipate, pero no te los cargues. Si hay dos personas peleadas dentro de la familia, dejalas que tomen sus propias decisiones. Lo que sí podés prever es sentarlos en lugares distantes. En el medio, poneles gente agradable y vos buscate un "distractor": jugar con los nenes chiquitos, por ejemplo.

5. EL CONTEXTO SOCIAL

Por qué te quema
Desde diciembre de 2001, en nuestro país diciembre es un mes caldeado, cuando el humor social se pone delicado. Este año, con la suba del dólar, la inflación y otras cuestiones, se viene anunciando un diciembre complejo. Prendés la tele y junto con el alerta naranja por el calor hablan de cuánto aumentó la canasta navideña y de las protestas acá y allá, siempre con esa sensación de "este es el acabose".
Cómo enfriar
Es muy difícil abstraerse de lo social. Pero se trata de "descatastrofizar": saber que las cosas que están pasando a nivel social, político y económico vienen pasando desde hace bastante tiempo. Hasta acá la piloteaste involucrándote, desahogándote, distrayéndote. Tenés herramientas para sobrellevar el humor social de este mes. Leete los diarios a la mañana o en algún momento de la tarde, pero durante el resto del día desconectate de la tele y las redes. Sobre todo antes de irte a dormir.

6. EL BALANCE PERSONAL

Por qué te quema
A alguien se le ocurrió la feliz idea de que diciembre es un mes ideal para hacer un "debe y haber" del año. Es decir que, mientras seguís con tu agenda abultada, cansada, estresada y muerta de calor, deberías tener resto para hacer una listita que enumerara cosas como: "Dejé el gym a mitad de año", "No fui a la dermatóloga", "No saldé la deuda con mis viejos" y varios etcéteras. Suena como un poco demasiado.
Cómo enfriar
¿Quién dijo que el balance se hace en diciembre? Podemos hacerlo en enero; vas a mirar las cosas con un filtro más colorido. Le sacás el enojo y la melancolía a lo que no salió bien y vas a estar más pilas para lo que viene. Un consejo: hacerlo de forma mental no ayuda mucho. Hay que descargar. Agarrá un cuaderno y escribí de puño y letra lo que lograste, lo que no y lo que querés para 2019. Fijá objetivos a corto, mediano y largo plazo. Tenés todo el año para ir reformulándolos (de paso..., ¿ya tenés tu Project Planner ohlalero de 2019?).

7. ORGANIZAR LAS VACACIONES

Por qué te quema
Pasajes, estadía, armar el equipaje... ¡¿y dónde está la bikini?! ¿Todavía te entra? Depilarte, el protector solar para los chicos, el repelente, la lona, la sombrilla, el equipo de mate. ¿Quién te cuida el perro, el gato, el canario...? ¿Quién te riega las plantas? Pagar los impuestos por adelantado... ¡Ufffff!
Cómo enfriar
Hacé listas con todos los ítems. Y escribí a quién le vas a delegar cada cosa o cuándo la vas a hacer. Organizarte de antemano es crucial. Es más: hacelo durante los primeros días del mes antes de que el frenesí se instale y con el ananá fizz subido a la cabeza ya no recuerdes ni a dónde era que te ibas.

8. EL SUBIBAJA ANÍMICO DEL MES

Por qué te quema
Te planteaste hacer el pan dulce vos misma y ahora no tenés ganas ni de bajar a la panadería a comprar uno hecho. Te propusiste envolver los regalos con una técnica japonesa di-vi-na y ahora compraste un papel genérico para todos. Quedaste en reunirte con medio mundo "antes de que se termine el año" y ahora lo único que querés es quedarte en la cama viendo Netflix. Diciembre es un mes "montaña rusa". Pasás de la actitud positiva en extremo al bajón y la sensación de desgano sin escalas.
Cómo enfriar
En el último mes del año pareciera que destila todo lo que pasó en los 334 días anteriores. Si te separaste, si no conociste a nadie, si no lograste ese ascenso que querías. Todo depende de dónde te pares a mirarlo. Un fracaso amoroso o laboral visto como una falla personal te va a bajar la autoestima. Pero si pensás en ellos como aprendizajes, vas a ver el para qué de las cosas. Quizá tengas que aprender a hacerlo de otra manera, tal vez no era el momento adecuado. Ya en enero, más serena y relajada, lo podrás revisar. Lo importante quizá sea permitirte esas emociones –las buenas y las no tanto– y observarlas sin que te tomen.
Experta consultada: Milva Martorell, Lic. en Psicología, posgrado en Terapia Cognitiva Conductual.; www.bienestarmental.com.ar. FB: bienestarmental IG:@bienestarmental.

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