En el Opera House, emblema de Sídney, no solo encontrás obras de teatro, ballet y ópera, sino que además hay un mercado subterráneo de restaurantes. También podés comer en sus terrazas, con una hermosa vista al río. - Créditos: Juliana López May
Hace 12 años, hicimos con mi marido un viaje revelador. Nos fuimos a Australia, como una experiencia de prueba, y allí confirmé que iba a dar todos los pasos que siguieran junto a él: estábamos listos para formar una familia y el viaje fue un éxito en términos personales y turísticos. Por eso, volver a este país fue muy fuerte. No solo revalidé todo lo que recordaba haber vivido en el viaje anterior, sino que esta vez fuimos con nuestros hijos, lo cual cerró un círculo a nivel emocional. Además, pudimos descubrir otra Australia: un destino de tranquilidad, con otros tiempos, que invitan a la reflexión. A hablar y a escuchar. Donde la palabra vale.
Créditos: Juliana López May
Y es que es un lugar ideal, completo, que te enamora desde sus playas inmensas, sus cientos de mercados y ferias orgánicas, con grandes ciudades pero también con pueblos mini, mucho verde y un componente gastronómico que se cuela entre sus locales chic y en su original oferta culinaria.
Créditos: Juliana López May
Family trip
Si hay un destino para ir con chicos, es este: primero, porque es un país muy kids-friendly, lleno de familias numerosas, donde los peques están realmente integrados y son bienvenidos en todos lados. Y eso no es solo una declaración de fe, es un hecho que se comprueba en la costanera repleta de plazas blandas, sombra y agua; en los baños públicos impecables (con cambiadores) y en el paisaje de sus aguas, donde podés ver bebés chiquitos (¡de tres meses!) en el mar.
Créditos: Juliana López May
Las playas son inmensas y, al ser tantas en un país que no está tan poblado, es muy placentero disfrutarlas sin muchedumbres que se agolpan ni colas para ir al baño. Los chicos ganan autonomía yendo de acá para allá, porque es un lugar seguro.
Además, encontrás opciones healthy en cualquier lado, mercados orgánicos y una gran conciencia eco que aplican a su vida cotidiana.
LOCALES FOODIE
Los lugares para ir a comer son un capítulo aparte. Son divinos, gourmet y healthy. Además, el sistema es súper informal y expeditivo, olvidate de esperar a que el mozo te traiga el menú a la mesa: pedís en la barra, te dan un cartel que tiene un número y al rato te lo llevan a la mesa.
Créditos: Juliana López May
Eso sí, ¡no te cuelgues! Arrancan temprano y tienen otras rutinas: después de las 16, no hay cafés ni locales abiertos y los restós cierran TODOS a las 21.
Los mercados y ferias
En cada pueblo al que fuimos visitamos los mercados, donde conseguís miles de productos y alimentos, comida hecha en el momento, unos canastos geniales y flores.
Créditos: Juliana López May
¡Ojo, que cierran a las 14! Lo mejor es ir a eso de las 8, cuando abren.
-En Sídney, amamos Paddington Market (Oxfort Street & Elizabeth Street). Es enorme, tiene variedad y mucho diseño.
The Farm es otro multiespacio increíble en Byron Bay (92 Woodford LN, Ewingsdale). Tiene un restó con una estética muy cuidada, ideal para comprar jugos de caña de azúcar, smoothies y jugos cold press.
Aluciné con Bangalow, un pueblo muy cool en los Hinterlands de Byron Bay, con tiendas para morirse. Los cuartos domingos de cada mes se hace la feria en el medio del bosque, con lo más lindo de la zona.
Créditos: Juliana López May
Entre los localcitos para ir a comer, me quedo con Papichulo, en la zona del puerto de Manly, de donde salen los ferries. El menú es bastante latino, es espacioso y tiene una vista increíble (22-23 Esplanade Manly).
Hallazgos de súper
Los libros de Donna Hay: es la food stylist más grosa de Australia, y sus recetas son un absoluto must.
Utensilios: para abastecer la cocina, cuencos de cerámica y el clásico cuchillo francés Laguiole.
Créditos: Juliana López May
Opciones orgánicas: los mercados de las ciudades y pueblos son increíbles. Al ser un país súper healthy, encontrás en cualquier súper leche de almendra, helados de fruta 100% naturales, jugos detox con extracto de verdura o hamburguesas de zanahorias.
Verduras exóticas: como es una colonia inglesa, se da en su cocina una fusión alucinante entre lo occidental y lo oriental. Probá todo: la albahaca tailandesa es bien gustosa y la pitaia, una fruta asiática muy dulce.
Supermercados: Amé Green Garage, en Byron Bay. Es orgánico y conseguís productos listos para cocinar, como brochetas o kebabs.
El café
Créditos: Juliana López May
Los australianos son expertos en servir café. Te lo dan listo para tomar (con la cantidad exacta que les indiques de azúcar de caña o miel), a la temperatura justa y con la cremosidad de la leche ideal. El arte latte es otro de sus fuertes.
PILETAS NATURALES
Créditos: Juliana López May
En las playas de Sídney hay piletones de agua de mar, ideales para nadar tranqui (de hecho, las usan mucho nadadores ¡con antiparras y gorro!). Como no son muy profundas, los chicos pueden nadar. Esta es en Manly, camino a Shelly Beach.
SIN HUELLAS
Créditos: Juliana López May
La inmensidad de las playas desiertas es uno de los principales atractivos (vas a ver que muchas no tienen ni una huella). Tallow Beach está en Byron Bay y es tan larga y solitaria que es la elegida por los surfistas. No hay guardavida, así que si vas, ¡ojo!
LEJOS, PERO WORTHY
Créditos: Juliana López May
Fraser Island está cerca de Noosa y es la isla de arena más grande del mundo. Este es uno de sus 48 lagos, formados 100% con agua natural de lluvia, por lo que no hay vida animal. Llegás en ferry o podés alquilar una 4x4. Im-per-di-ble.
KID SURFING
Créditos: Juliana López May
The Pass es LA playa de Byron Bay. Sale del centro de la ciudad y termina en un peñón, desde donde ves delfines y tortugas. Es familiar y salen kayacs, botes para pescar, barcos de buceo. Ideal para surfear (hay muchos chicos aprendiendo).