5 frases célebres de Meryl Streep

 

Fueron 21 nominaciones al Oscar y 3 galardones ganados lo que la convirtieron en la actriz con más presencia en la historia de los Oscar. El primer Oscar lo recibió en 1979, un año después de su primera nominación, con ‘Kramer contra Kramer’, como mejor actriz de reparto en el film de Robert Benton.

 

En 1982 se convirtió en la mejor actriz con La decisión de Sophie’ (1982) y en 2011, luego de más de 13 nominaciones, logró su tercer galardón con ‘La dama de hierro’ de Phyllida Lloyd en la categoría de mejor actriz. Sin dudas, ella está en la cima de la historia del cine.

1. "El gran don de los seres humanos es que tenemos el poder de la empatía. No confundas tener un título universitario con tener educación. El título es un papel, educación es responder cuando te dan los buenos días".

2. "Prefiero ser rebelde que esclava, insto a las mujeres a la rebelión", y enseguida agregaba: "Mis acciones son lo que me representan como ser humano, no mis palabras".

3. "La belleza y el atractivo no se basan en un número, sino en la inteligencia, el sentido del humor y con cuánto interés y curiosidad ves la vida. Que nadie me arrebate las arrugas de mi frente, conseguidas a través del asombro ante la belleza de la vida: O las de mi boca, que demuestran cuánto he reído y cuánto he besado; Y tampoco las bolsas de mis ojos: en ellas está el recuerdo de cuánto he llorado. Son mías y son bellas", dijo en distintas entrevistas en respuesta a por qué nunca se había sometido a ninguna cirugía estética para eliminar los signos de la vejez. 

4. "En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar a las personas. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y, por encima de todo, ya no tengo paciencia ninguna para quién no merece mi paciencia".

5. "Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, envidias, criticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quién no agrado, de amar a quién no me ama y de sonreír para quién no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto de mi tiempo a quién miente o quiere manipular a mi misma u a otras personas".