

Cuando yo tenía cuatro años mis papás nos llevaron a mi hermana (6) y a mi por primera vez al teatro. Fuimos al Metropolitan a ver Vivitos y Coleando, la obra infantil de Hugo Midón que protagonizaban Roberto Catarineu, Andrea Tenuta y Carlos March. Mi mamá me puso un vestido bordó con medibachas blancas y una bincha haciendo juego, porque ella decía que al teatro había que ir bien vestidos. Me acuerdo que el escenario me cautivó, que salí maravillada con el vestuario y la música de Carlos Gianni y que al poco tiempo empecé a estudiar actuación en Río Plateado, la escuela de Hugo Midón. Pasaron 26 años, tengo una hija que acaba de cumplir un año y todavía canto –le canto– las canciones que escuché esa primera vez que fui al teatro.
Con Juli decidimos arrancar por Canciones de la Granja (que casualmente está en el Metropolitan City) ¿Conocen? Yo no soy muy fana de esos videos de YouTube pero, salvo excepciones, son las típicas canciones que todos conocemos de nuestra infancia y a Juli le encantan, así que nos pareció una buena forma de introducirla en el teatro.

Preparando la ropa para ir al teatro
El lunes a la noche Juli dio sus primeros seis pasos, justo después de ir al teatro. Yo me quede pensando en lo lindo que es hacer algo por primera vez. Esa mezcla de adrenalina, desconfianza y expectativa que nos mantiene vivos con un revoltijo en la panza molesto pero placentero. Como el primer día de trabajo o cuando alguien nos ofrece un alimento que nunca probamos. A diferencia de los chicos solemos ser desconfiados y temerosos. Ellos todos los días hacen algo nuevo por primera vez y lo hacen de una forma tan espontánea y con tanta felicidad que me emociona.
Cuestión que los dos días previos a ir al teatro le contamos de qué se trataba esto de ir a ver una obra. Desde que Julieta nació las palabras, el lenguaje, cobraron otro sentido para mi. A veces mis cuñados me cargan porque le explico TODO, con todo lo que eso significa. Y no lo empecé a hacer en los últimos meses. Lo hago desde que nació. Ojo, tampoco es que le quemo la cabeza, son explicaciones que le doy ante algo desconocido o previo a irme o a realizar una actividad que nunca hicimos. ¿A qué me refiero? Van unos ejemplos que no son tal cual pero reflejan esto que les quiero transmitir:
*"En un ratito vamos a ir a pasear en auto. Mami tiene que ir adelante porque va a manejar y vos vas a ir sentada en tu asiento. Yo se que no te gusta mucho el auto porque tenés que quedarte sentadita y no podés moverte mucho ni gatear ni tomar teta pero es un viaje cortito y si querés podés mirar por la ventana y avisarme cuando hay un perro que tanto te gustan. A mi también me gustaría llevarte a upa pero es por tu seguridad que tenes que ir en la sillita, igual si necesitás unos mimos me avisas y paramos y voy un ratito atrás con vos, ¿Te parece?"
* "Mañana vamos a viajar en avión (le cuento cómo es el avión), va a haber un poco de ruido, sobre todo cuando despega y aterriza, pero son ruidos normales y no hay que asustarse. También van a haber muchos asientos y gente de todas las edades, seguro que también hay otros chicos como vos. Yo te voy a llevar tus juguetes preferidos para que puedas jugar durante el vuelo, las galletitas que tanto te gustan y agua. Si querés también podés dormir. Lo malo es que vamos a tener que quedarnos sentados mucho tiempo pero nunca nos vamos a separar.
Obviamente que con 2, 5 o 7 meses, ni siquiera ahora con 14, entiende el cien por ciento de lo que le digo pero confío en que entiende mucho más de lo que pienso y que las medidas anticipatorias le ayudan a imaginarse lo que viene. No le doy explicaciones llenas de detalles ni con muchos nombres propios para no marearla pero sí le cuento, le describo, le explico, le pregunto.
Entonces antes de ir al teatro con mi marido le contamos que íbamos a estar sentados en una sala muy grande con un montón de otros chicos y adultos y que iba a haber un escenario donde iban a aparecer un montón de animales. Que la música capaz estaba un poco fuerte pero que iba a escuchar todas las canciones que a ella más le gustan. Que si tenía sed me podía pedir agua o teta y que si no le gustaba la obra nos podía avisar y nos íbamos antes pero que nosotros confiábamos en que le iba a encantar.
Ya mientras hacía la cola y veía otros nenes y los carteles de la obra sonreía. Cuando nos sentamos en nuestras butacas se hizo amiga de la señora que teníamos al lado y de una nena que estaba atrás. Lo malo es que Juli odia una canción (Bartolito) y justo la obra empezó con esa así que empezó llorando, refugiada en la teta mirando de reojo el escenario. Pero pasó ese tema y se conectó a full con la obra y los personajes.





Duró una hora y aunque se la bancó re bien creo que fue mucho para ella, ya que al final estaba agotada. Miren como quedó:

Seguramente en vacaciones de invierno repetiremos la experiencia. Además ya se anotaron para llevarla mis papás, mi suegra y mi hermana, Más adelante les prometo una nota con obras recomendadas para disfrutar con los chicos.
¿Cómo fue la primera experiencia de sus hijos en el teatro? ¿Utilizan las medidas anticipatorias en el día a día?
Debbie
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