9 claves del sexo oral, una práctica que requiere sus cuidados

Al realizar encuestas en mi Instagram (siempre con el afán de conocerlas más), fui observando que el 20% de las mujeres encuestadas no siente una inclinación especial hacia el sexo oral, ya sea al darlo o recibirlo. Además, cuando pregunté acerca de la posición del 69, que implica dar y recibir sexo oral simultáneamente, me sorprendí  cuando el 53% afirmó que no la consideraba una práctica especialmente placentera. Estos datos son reveladores y demuestran que las experiencias sexuales son tan variadas como las personas mismas.

Me gustaría definirles algunos términos que refieren a prácticas del sexo oral: cuando la boca besa una vulva le llamamos cunnilingus; si se enfoca en un pene, lo denominamos fellatio, y cuando se orienta al ano, estamos entrando en el reino del anilingus.

Ahora, centrémonos en el cunnilingus, una práctica que implica la estimulación oral de la vulva. La pregunta clave es: ¿cómo preferís que te lo hagan? No existe un manual universal que nos diga cómo hacerlo, ya que lo que es placentero varía de persona a persona. Lo esencial es hacerlo con entusiasmo y deseo genuino.

El clítoris es una zona altamente sensible, por lo que es aconsejable no comenzar directamente en esta área. Iniciar con besos y caricias en otras partes del cuerpo, como los labios, el monte de Venus y los muslos, puede generar una mayor excitación. Además, variar los ritmos y las presiones es clave para mantener la sensación de placer.

Si no te sentís inclinada o lo haces únicamente para complacer a tu pareja, el resultado puede ser decepcionante. Debe ser una experiencia mutuamente placentera y consensuada.

En el sexo oral, el olor y la higiene son factores a considerar. Cada persona tiene su aroma característico, y probablemente a mucha gente le encante el aroma de su pareja; otras personas preferirán que “huelan a rosas”, algo que no es muy habitual en el sexo oral.

Pasemos al fellatio, o sexo oral en un pene. Esta práctica puede ser una fuente de placer tanto para quien la realiza como para quien la recibe. Es hora de desechar los estereotipos y verla como una forma de proporcionar y recibir placer sin juicios.

Sin embargo, algunas pueden sentirse incómodas o incluso subyugadas por esta práctica. Es importante recordar que el sexo oral hacia un hombre no debería ser visto como un acto de sumisión; es simplemente una forma de dar y recibir placer.

Lamentablemente en los cánticos de lugares como una cancha de fútbol, o gestos que demuestran que el sexo oral hacia un pene generan sumisión o menosprecio, deberían ser desterrados, porque no suman nunca.

Muchas mujeres encuentran que el sexo oral a sus parejas es una experiencia sumamente placentera, incluso más que recibirla. Otras, por el contrario, no. Como dijimos, cada persona es única en sus deseos.

Al practicar el sexo oral en un hombre es crucial ser consciente de la sensibilidad del área del glande. Por eso está bueno comenzar por acariciar otras zonas, como el perineo, los testículos, las nalgas antes de llegar a la zona del glande, ya que puede resultar más placentero. Como dijimos en el cunnilingus, es importante variar los ritmos, las presiones y los modos y prestar atención a las señales de nuestra pareja: recordemos que es un ritmo de baile compartido.

Así que, es importante hablar, expresar sus deseos, compartir sus fantasías y escuchar los deseos de su pareja. No existe una forma "correcta" de hacerlo. Lo importante es que ambos tengan ganas y disfruten de la experiencia, por eso es esencial escuchar a tu cuerpo y al de tu pareja para garantizar que ambos se sientan cómodos y conectados.

Te recuerdo que no existe la obligación de alcanzar el orgasmo o de tragar ningún fluido (también aumentaría el riesgo de ITS). Lo importante es asegurarnos que, cuando estemos ahí, nos sintamos cómodas de lo que encontramos. El sexo oral es una opción más para disfrutar, explorar, sentir, gozar pero siempre debés usar protección para prevenir infecciones sexualmente transmisibles. 

Siempre tené en cuenta que que solo es una opción más del enorme mundo de la intimidad sexual, y cada cual debe decidir cuándo y cómo desea participar en las prácticas que le gusten. Lo más importante es hacerlo porque te nace y te sentís cómoda, y siempre con responsabilidad y cuidado de la salud sexual.