Karen Barg y sus consejos para las apps de citas: “No intento seducirlos”

 

Qué cosa más difícil elegir fotos en las que salgas bien, interesante, sexy pero no tan sexy, etc.

Y, después, el terror máximo: describirte. ¿Qué digo? ¿Te cuento toda la verdad?

"Hola, soy Karen, me acabo de separar, me hago la que no quiero nada serio, pero muero por ver una peli con mi nuevo amor tapada con una manta suavecita y tomando Coca light con hielo".

Es mucho, se va a asustar.

Entonces me decido por algo que no dice mucho, pero tampoco miento.

"Argentina disfrutando Madrid". Y vemos qué pasa.

 

Los likes no tardan en llegar y mi autoestima tampoco tarda en subir. Pero al poco tiempo me doy cuenta de que todos te hablan solo para “follar” (recordemos que vivo en España). Y mi autoestima baja en picada.

Me cierro todas las apps y decido salir de la manera tradicional. Me maquillo, me visto potra, me peino y salgo con amigas.

Me siento la más fea, todo me da inseguridad, no sé de qué hablar con los tipos, me siento una boluda.

Me vuelvo a mi casa con la autoestima por el piso.

 

Tengo terapia y descubro que el problema no son las apps ni la salida: el problema es mi autoestima. Uno puede maquillarse, peinarse y ponerse la ropa más linda del mundo, pero cuando te sentís una mierda te sentís una mierda y punto.

Así que decidí que, mientras recupero mi autoestima con el #ProyectoPerra (pueden ampliar en esta columna anterior) voy a tomarme las cosas como un juego, voy a usar las apps y las salidas para divertirme, sin pretender nada.

Parece refácil decirlo, pero ¡mamita, qué difícil hacerlo!

Y aquí volvemos al famoso y amado Fake it till you make it (fingilo hasta que lo logres).

Después de unos días sin apps, decidí volver. Me dije que iba a volver de a una app a la vez, pero nunca le creas a una ansiosa. Abrí todas juntas de nuevo y empecé a jugar el juego apps.

¿Te preguntás cómo se juega? Les hablo a todos los que me atraen, les hago bromas, los peleo un poco, no intento seducirlos; si algo que me dicen no me gusta, pongo los puntos.

Si hablando me resulta un embole, chau match.

 

Salgo solo con aquel con el que me dan muchas ganas de salir. Ya sé que te estoy fallando en esta, Luchi, pero todavía soy un poco quisquillosa. Igual, el día que arreglo para salir, me muero un poco de nervios y me arrepiento, pero intento no cancelar.

¿El resultado? Por ahora, solo buenas experiencias. La gente en vivo es mucho más relajada que en las apps.

Tengo pocas noches para salir pues #madre, pero me organizo para una de esas noches ver amigas y otra noche a la cita de turno.

Ojo que también se puede salir a la tarde y va bien.

Consejo: no hagan dos citas en un día… me lo contó una amiga… les amplío otra vez.

Me encantaría traerles un final feliz, con una mega love story, pero por ahora son solo citas divertidas. Para mí, igual viene siendo una historia feliz.

Por último y acá lo escribo para decírtelo y decírmelo: si estás medio flojita un día no uses apps, se va mucha energía en eso. Cuidate ese día y las abrís al otro, que seguro te sentís mejor y todo fluye más amorosamente.