Seguimos hablando de nutrición, con los consejos brindados por TuAlmaZen.
Cuando decimos "comé lento" no queremos decir que tengas que descuartizar una rodaja de tomate ni mucho menos que te transformes en la rezagada de la oficina a la hora de almuerzo. Pero aprender a masticar mucho más los alimentos contribuye (y más de lo que creés) a mantenerte sana y en forma.
Todos escuchamos alguna vez el viejo consejo de que comer lento nos ayuda a perder peso. Pero ahora, ese fragmento de sabiduría popular es confirmado por los señores de guardapolvo blanco. Un nuevo estudio publicado por el Diario de Endocrinología Clínica y Metabolismo señala que unos conejillos de indias muy afortunados que ingirieron un pote de helado en 30 minutos obtuvieron mayores niveles de hormonas intestinales... ¿Cómo se relaciona esto con la posibilidad de comer menos? Los estudios señalan que la función de dichas hormonas es la de provocar la tan deseada sensación de saciedad que arañamos cuando el hambre nos ataca. Por otra parte, aquellos que se "atragantaron" (literalmente) con la misma cantidad de helado pero en el breve lapso de 5 minutos se descubrieron con más ganas de comer... ¡Insaciables!
Si bien no descubrimos la pólvora con esta noticia, se trata del primer estudio acerca de la actividad de las hormonas del intestino. The New York Times también rescató el valor de estas investigaciones y resaltó que los científicos descubrieron que si al mismo grupo de personas se les sirve la misma cantidad de helado en diferentes oportunidades, y se los insta a comer en diferentes velocidades, las personas tienden a sentirse más satisfechas cuando la prueba dura un lapso de 30 minutos que en la versión de 5.
Los científicos tomaron muestras de sangre para medir la insulina y las hormonas intestinales antes, durante y después de la ingesta. Y descubrieron que las hormonas que transmiten la sensación de saciedad y de satisfacción se manifestaban como respuestas ante las condiciones de ingesta lenta.
Entonces ahora que sabemos cómo funciona y entendemos por qué es efectivo el viejo método de masticar despacio como hace una gran variedad de animales, las invitamos a prácticar este hábito a partir de unos sencillos trucos ¿se animan?:
*Comé dándole significado a la comida: sentate en una mesa y abandoná por un rato el sillón. Si podés, evitá mirar la TV o comer en el auto. Prestá atención a cuánto tiempo te lleva terminar una comida.
*Hace "descansar" al tenedor entre cada bocado mientras saboreás tu comida y la tragás. Disfrutá de la conversación durante las comidas y recién después probá con otro bocado.
*Poné en práctica el hábito de que las comidas sean un momento de tranquilidad. Nos pasa muy seguido: comemos apurados a causa de la larga e indeclinable lista de responsabilidades. Agendá tus comidas para que sean tiempo de relax y disfrute de los alimentos.
*Detenete cuando promediás la mitad del plato: tomá un poco de agua y preguntate: ¿Estoy llena?
*Dale un "plus" a tus platos: dedicale un poco de tiempo a la variedad de sabores y texturas que podés conseguir en tu cocina, por más modesta que sea.
Cambiar los hábitos alimenticios y aprender a reducir la aceleración nos va a tomar un tiempo de práctica y de arduo trabajo. Pero vale la pena reconsiderar el tiempo de comer y tomarlo un momento para la recarga de baterías, así como nutrir el propio cuerpo y reparar el vínculo con lo que metemos - ¡nada más y nada menos!- en nuestros cuerpos. Y todo esto también ayudará a que nuestras hormonas reduzcan, finalmente, la cantidad de calorías que ingerimos a la hora de comer.
¿Ponés en práctica estos tips? ¿Pensás que dan resultado? ¡Opiná!
Ideas: Gentileza TuAlmaZen. Entrá y encontrá más recetas, notas y tips nutricionales.
En esta nota: