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Que el paso del tiempo es implacable todas lo sabemos. Por eso estamos atentas a cada nueva arruguita que se quiere instalar en nuestra piel o a las canas que no quieren darnos un respiro y se empecinan en aparecer cada vez con más frecuencia. ¿Pero qué pasa con nuestra vista cuando ya atravesamos el umbral de los 30? ¿Los ojos también envejecen y entonces sufrimos cambios en la visión? Para despejar algunas dudas y tener un panorama más claro de cara a los 40, hablamos con tres especialistas que nos explicaron cuáles son los cambios más significativos que se producen en esta etapa de la vida. Tomá nota y -si considerás que es necesario- pedí un turno con un oftalmólogo para chequear tu salud visual.
Muchas cosas cambian con la llegada de la tercer década pero esta vez quedate tranquila porque "definitivamente no aparece miopía, es decir una dificultad para ver claramentelos objetos distantes, a partir de los 30 años. Lo que podría ocurrir es que la paciente tenga una pequeña miopía no diagnosticada por asintomática y que comience a tener sus primeros síntomas, como por ejemplo: mala visión nocturna o pérdida de calidad visual crepuscular", asegura el Dr. Fernando Guiñazú Lemos, médico oftalmólogo integrante de la Comisión de Refracción y Contactología Médica del Consejo Argentino de Oftalmología.
La miopía representa algo menos del 30% del total de los problemas refractivos de la población adulta y es mayor cuanto más temprano aparece. Si bien hay algunos casos en los que aparece en personas jóvenes (no niños) suelen darse durante los 20 años y en relación con la cantidad de horas de lectura. De todos modos, "si tenés fluctuaciones en la visión tanto de lejos como de cerca a lo largo del día; si notás que en determinadas situaciones, si enfocás, ves mejor de lejos (sobre todo al final del día o después de haber trabajado muchas horas fijando la vista) o si te estás acostumbrando a los dolores de cabeza frontales con la lectura o el trabajo con la computadora, lo mejor es que consultes a tu oftalmólogo", indica la Dra. María Florencia Cortínez, médica de staff del Servicio de Oftalmología del Hospital Alemán.
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Otro de los grandes interrogantes que circulan en relación a la vista, tiene que ver con las supuestas fluctuaciones en la visión que se producen con los embarazos. "Al final de la gestación, la retención de líquidos puede producir alteraciones en la curvatura y el grosor corneal (la córnea es la parte transparente que está por delante de la parte de color del ojo o iris), por lo que es aconsejable posponer la prescripción de anteojos o lentes de contacto hasta algunos meses después del parto. También aumenta la sensibilidad de la superficie del ojo y esto puede generar sequedad ocular en algunas pacientes por lo que puede haber intolerancia al lente de contacto. Estas molestias suelen desaparecer algunos meses luego del parto", agrega Cortínez. Pero es cierto y comprobable que muchas mujeres experimentan variaciones en la visión durante el embarazo relacionados a los cambios hormonales. ¿Algunos de ellos?
- Sequedad e irritación en los ojos. Sobre todo sucede en aquellas mujeres que ya tenían ojo seco previo, y se da por cambios inflamatorios relacionados a la producción de lágrimas. Las usuarias de lentes de contacto pueden tener intolerancia al uso de las mismas.
- Disminución de visión. Durante la gestación la embarazada podría notar visión borrosa. "El motivo es un cambio en la curvatura de la córnea. Por eso, el embarazo no es un buen momento para cambiar de anteojos o someterse a una cirugía refractiva, ya que la graduación puede variar nuevamente después de que haya nacido el bebé", recomienda la Dra. Betty Arteaga, médica oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.
De todos modos, hay una serie de indicativos para que puedas estar atenta a tus necesidades particulares y considerar si tu caso requiere ser evaluado por un profesional. ¿Cuáles son esos signos? Menor calidad de las imágenes con la luz con la que antes veías bien, dificultad en la lectura con mal contraste (por ejemplo letras grises, no negras o fondos sepias, no blancos). "También la inseguridad en la conducción de vehículos (especialmente en condiciones críticas de luz como la aurora y el crepúsculo), la dificultad para ver subtítulos o la hora en la televisión, notar que no se ve bien algo que otros ven con facilidad o la presencia de reflejos anómalos en las luces (estrellados o coloreados) son síntomas que deben llevar a la consulta oftalmológica", concluye Arteaga. Eso sí, asegurate de que sea un profesional idóneo quien te recete los anteojos si es que sos candidata para usarlos. Nunca compres los que venden en supermercados o farmacias ya que esta solución provisoria puede ser el puntapié de un problema mucho mayor.
Expertos consultados: Dr. Fernando Guiñazú Lemos. Médico Oftalmólogo-Integrante de la Comisión de Refracción y Contactología Médica del Consejo Argentino de Oftalmología. Dra María Florencia Cortínez. Médica de staff del Servicio de Oftalmología del Hospital Alemán. Dra. Betty G. Arteaga. Médica Oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.
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