Diván virtual: el psicólogo a un clic

Por Valeria Carina Massimino
Especial para RevistaOHLALA.com

Después de un agitado día de trabajo, Marcela llega a su casa, se pone cómoda y enciende la computadora. Sólo un clic en el programa Skype (sistema para comunicarse a través de video llamada) basta para iniciar la sesión con su terapeuta, que está del otro lado de la pantalla.

La terapia on line es una modalidad que en los últimos años es elegida por muchas personas. Está relacionada con la practicidad, en estos tiempos en donde todo es "ya" y se buscan soluciones "rápidas".

"Yo la práctico cuando una circunstancia lo amerita. Hay que aclarar que es muy importante conocer al paciente previamente, ya que hay que hacer un diagnóstico para saber con quién uno va a tratar. Y lo mismo sucede con el paciente que tiene que saber quién será su terapeuta", explica Sara Zusman, médica psicoanalítica especialista en adolescentes, familia y en sesiones a distancia, y miembro de APA (Asociación Psicoanalítica Argentina).

En la misma línea de pensamiento se encuentra Carlos Saavedra, presidente de APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires) , quien asegura que "las relaciones virtuales han avanzado y permiten una mayor comunicación". Aunque concede: "No es lo mismo hacer terapia presencial que virtual".

Y así es. La realidad virtual no puede sustituir al mundo concreto. Por eso existen muchos psicoanalistas detractores de esta práctica. Básicamente consideran que puede quitarle seriedad al tratamiento.

"No hay estadísticas sobre esto, no se puede evaluar la eficacia ni comparar con la sesión presencial", explica Saavedra.

Por otro lado, Marita Salgado, miembro de EOL (Escuela de Orientacion Lacaniana) considera que una sesión on line no es una terapia analítica. El encuentro debe ser con el analista, debe ser personal, cara a cara. Porque, de lo contrario, se desecha la experiencia analítica.

"No la condeno, no digo que sea perjudicial; explico que no es lo mismo. Si hay un previo conocimiento de la persona es otra cosa, y pueden hacerse excepciones si el paciente se muda, o viaja mucho. Igual nunca va a reemplazar la sesión presencial", señala Saavedra.

Para buscar antecedentes a este tipo de tratamiento, la licenciada Zusman recurre a la fuente primigenia de la psicología moderna. Cuenta que el mismísimo Sigmund Freud la aplicaba con sus pacientes ya que muchos de ellos viajaban y, para no perder el contacto, seguían la terapia por correspondencia. Claro que, antes de eso, el padre del psicoanálisis les hacía una prueba para ver cómo funcionaban.

Hoy por hoy las maneras de recurrir a un "Freud virtual" varían. Hay páginas en Internet en donde por veinte pesos se pueden hacer consultas. Los especialistas advierten que hay que tener cuidado , ya que, como en todo, pueden haber personas que aprovechen y lucren con esta práctica que no está reglamentada, ni prohibida, y tampoco tiene una regulación.

Es que al menos en Skype uno ve a la persona, pero hay sesiones que se realizan sólo por un programa de chat, y en ese anonimato es donde pueden generarse los engaños. "No sirve así, porque el problema continúa si la persona no puede decir lo que le pasa con palabras, viendo a la otra persona. No se trata de una confesión anónima", manifiesta Salgado.

Por supuesto que la terapia tal como se la conoce no es nada más que hablar: el psicólogo tiene que estar atento a los tonos de voz, a los fallidos, a la corporalidad, y eso solamente se observa en una sesión en vivo. "Hay que meterse en el inconsciente del paciente. Por eso nada va a sustituir la relación interpersonal", apunta Salgado.

El ser humano siempre trata de salir de la soledad, sin embargo, el mundo virtual está apoderándose del real, la conexión está más latente en el ciberespacio que en la realidad.

A simple vista la terapia parecería ser "la misma", pero hay puntos flojos, en donde se generan dudas. Todos coinciden que deben existir previos encuentros, generar lazos, y no olvidar la asociación libre que realiza el paciente para hacer un buen análisis.

Aceptar a un paciente nuevo siempre implica ciertos riesgos. "Puede ser un psicópata, por ejemplo. O ser una persona con tendencia a hacerse daño o hacer daño a terceros. Es un riesgo, por eso hay que hacer un par de entrevistas previas", revela la licenciada Zusman.

Entonces ¿Quiénes eligen esta manera de hacer terapia? Y ¿por qué la eligen?

Parece que los tiempos que corren nos hacen correr, nos olvidamos de lo real por lo virtual para hacer más cómoda la existencia. Tal vez no siempre se trate de estar cómodos.

Sara Zusman
Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Carlos Saavedra
Presidente de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires

Marita Salgado
Miembro de la Escuela de Orientacion Lacaniana