


Hay tres sistemas que trabajan de manera coordinada para que el cuerpo esté sano: el nervioso, el endocrino y el inmunológico. Este trío actúa interrelacionado, por eso, ante cualquier alteración en nuestras defensas o en el sistema neurológico y emocional, las hormonas se vuelven locas. Pueden surgir cambios anímicos y respuestas emocionales que afectan nuestro bienestar.
¿Hormonas femeninas?
Tenemos las mismas hormonas que los hombres, pero en distinta proporción y con un impacto desigual en los órganos en que actúan. La gran diferencia es que, en nosotras, el cuerpo nos da señales cada 28 o 30 días.
El laboratorio corporal es un aceitado mecanismo que mantiene la regularidad del ciclo menstrual. En este caso, las hormonas tienen la capacidad de actuar a distancia, o sea que se pueden sintetizar y segregar en el cerebro primero y, después, causar efectos en órganos bien alejados, como los ovarios.
Justamente porque está todo relacionado, está comprobado que podés dejar de ovular por vivir circunstancias angustiantes (como el estrés, un duelo) o incluso por emociones fuertes y positivas (como casarte, hacer el viaje que siempre soñaste o una mudanza). También una dieta excesiva o una rutina física muy exigida pueden desbalancearte hormonalmente.
Está bueno conocerlas para saber cómo repercuten y, si es necesario, restablecer el equilibrio.

Catálogo hormonal
Estrógenos: son hormonas femeninas asociadas con el ciclo menstrual y la reproducción. Responsables de los cambios de humor y del síndrome premenstrual que padecen muchas mujeres, son también los que nos dan los caracteres sexuales secundarios femeninos, como el desarrollo mamario y la distribución de grasa. Cuando los niveles son muy bajos, se produce amenorrea (falta de menstruación), fatiga, insomnio, depresión y caída en picada de la libido.
Progesterona: es una hormona fundamentalmente femenina, pues es segregada principalmente en el ovario en la segunda mitad del ciclo menstrual. Cuando su nivel está alterado, podés sufrir amenorrea y se afecta la posibilidad de lograr un embarazo.
Oxitocina: es la encargada de aumentar el deseo sexual y el placer en las relaciones sexuales. Refuerzo del vínculo materno filial, facilita el parto y la lactancia del bebé.
Melatonina: esta hormona regula el ciclo sueño-vigilia. Su déficit induce episodios crónicos de insomnio y cansancio.

Hormonas tiroideas: son el combustible del cuerpo, ya que actúan en el metabolismo de las diferentes estructuras. Intervienen en el control del humor, la libido sexual, la energía física y mental, el apetito, la digestión y evacuación, el peso corporal, el metabolismo óseo, el ciclo menstrual, la temperatura interna, el embarazo, el crecimiento de pelo y uñas. En la mujer, la alteración más común es el hipotiroidismo. Generalmente, se produce por autoinmunidad y el tratamiento es crónico. El hipertiroidismo puede causar hiperactividad con taquicardia, nerviosismo e irritabilidad y confundirse con crisis de pánico.
Testosterona:es la hormona masculina por excelencia, aunque las mujeres también la segregan en pequeñas cantidades. Tiene un papel importante en el desarrollo de los músculos y el pelo, interviene en los niveles de grasa corporal, en la regulación de la energía física y en los niveles de libido. Cuando se produce en exceso, puede provocar ovario poliquístico.
Prolactina: es una hormona ancestral, una de las más viejas de las que se tenga conocimiento. Es liberada por la hipófisis y resulta muy importante porque cuando sube la prolactina –puede pasar a causa de un hipotiroidismo o del uso de ciertas drogas lícitas o ilícitas, por ejemplo–, tiende a bajar la FCH, la otra hormona clave para estimular el ovario. Eso provoca irregularidades menstruales que pueden terminar en amenorrea.
Serotonina: es un neurotransmisor que influye en el humor, el estado de ánimo, el sueño, el control e inhibición de la ira y el comportamiento sexual. Su alteración trae aparejados depresión y ciertos trastornos mentales.
Adrenalina: conocida como la "hormona del estrés" y de los acontecimientos emocional o físicamente intensos. En exceso, aumenta la ansiedad y produce efectos dañinos en la función cardiovascular.
Dopamina y noradrenalina: son dos neurotransmisores primordiales del control del estrés, de la atención, el nivel de alerta hacia los eventos cotidianos, el control de la ira, los reflejos, la sensación de miedo.
Endorfinas: son hormonas del bienestar que se segregan principalmente realizando ejercicio físico o actividades corporales placenteras como el baile, la risa o el sexo. Su déficit produce fatiga y desgano

Visitar al médico
Consultá si... tenés alteraciones en el ciclo, te sentís extremadamente cansada, apática, se te cae mucho el pelo o tenés débiles las uñas, sos muy friolenta, tenés abundante vello y acné, estás más irascible, no podés dormir a la noche o estás todo el día de mal humor.
Pasos a seguir: te van a hacer un interrogatorio clínico para que el médico se aproxime a un diagnóstico. De acuerdo con la presunción del profesional, van a indicarte una batería de análisis de laboratorio.
Dato: el momento del mes para evaluar las hormonas es entre el tercer y el quinto día de comenzada la menstruación, porque todas, excepto la prolactina, van cambiando los valores a lo largo del ciclo menstrual.
Cuidate: llevá una vida saludable, con buenos hábitos de alimentación libre de toxinas, de tabaco y de alcohol, y realizá actividad física periódicamente.
Expertos consultados:
Dr. Pedro Bernardo Scala, Director del Departamento de Homeopatía en la Universidad Maimónides y profesor titular de Medicinas Alternativas en la Universidad del Salvador. Y Prof. Dr. Manuel Nolting, Integrante del Comité Científico de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva y jefe de Sección Endocrinología Ginecológica del Hospital de Clínicas Gral. San Martín.
Valeria García Testa
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