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¿Cómo emprender y ser sustentable?: 5 historias de proyectos que lo hicieron posible

Ellos crearon proyectos que tienen el medioambiente en primer plano, cuidando lo social y el planeta. Conocé la historia detrás de cada una de estas marcas que buscan un futuro más consciente.


Fotos de Ramiro González

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Producción deVirginia Gandola



Ya no nos resulta disruptivo escuchar hablar de marcas de triple impacto, con foco en la sustentabilidad. El reinado de los materiales de un solo uso empieza a desaparecer y nosotras, como sociedad, debemos estar atentas para acompañar el cambio hacia un futuro más verde. Los emprendedores saben que todo proyecto que se piense hoy en día debe tener un nivel alto de consciencia, para generar un menor impacto negativo en el planeta y para conseguir que los clientes se inclinen por ellos. Dar un diferencial con conciencia ecológica y social es lo que hace resaltar, hoy, a las marcas emergentes.  

El modelo de consumo cambió. Los consumidores están poniendo la lupa no solo sobre los productos que compran, sino también sobre los procesos de fabricación. ¿Qué quiere decir esto? Que cada vez el público tiene más presente que el objeto que consume tiene un impacto. Y ese consumidor se siente más cercano o representado por productos responsables y es clave, para cualquier emprendimiento, compartir información sobre la materialidad y los procesos productivos para mostrar cuáles sus propósitos.

El planeta no da más, no podemos seguir usando recursos desmedidamente y, además, está lleno de crisis sociales. El cambio es ahora. Los emprendimientos que nazcan sin impacto y sin una conciencia social y ambiental se van a tener que reformular, porque una empresa solo de fin de lucro no va a tener lugar en el mercado que viene, no va a conseguir ni empleados ni consumidores. Por ejemplo, los centennials, la generación que nació de 1997 en adelante, están hoy marcando el comienzo de la fuerza laboral y ya está clarísimo que quieren ser empleados de marcas donde encuentren un sentido, no están dispuestos a trabajar en un lugar donde no tengan alineado su propósito y por eso, en un futuro cercano, será muy difícil retener talentos. Hay que pensar en las personas y en el planeta, este mantra los jóvenes ya lo tienen incorporado. Siguiendo esta línea, buceamos en la historia de cinco emprendimientos que intentan generar un impacto positivo todos los días. Conocelos y anotá los consejos que dejan. Es el camino.

1) YUNA: PRENDAS NATURALES

Virginia Reale es la creadora de Yuna, un proyecto de indumentaria sustentable

Virginia Reale es la creadora de Yuna, un proyecto de indumentaria sustentable - Créditos: Ramiro Gonzalez

Yuna Prendas Naturales nace en noviembre de 2018. Pero Virginia Reale, desde chica, tiene interés por cuidar el medioambiente y eso se le despertó todavía más en un viaje que hizo a Japón, donde hay un vínculo con la naturaleza que la impactó. Por otro lado, siempre le gustó diseñar, así que decidió investigar sobre la industria de la moda y, al descubrir que es súper contaminante, quiso accionar. Empezó a averiguar sobre géneros que no existían en nuestro país, y eso le provocó la primera dicotomía, porque la idea de que su marca fuera sustentable era que fuera local y no tuviera tanta huella de carbono: lo primero que hizo fue buscar un taller que tuviera empleados en blanco, en condiciones dignas, y después se embarcó en la tarea de conseguir géneros con proveedores que expliquen en qué condiciones producen. “Si no puedo saber cómo se produjo ni de dónde vienen, no los compro”, aclara. 

“Busco que la gente tome conciencia de lo que se pone al vestirse”.

Virginia Reale, creadora de @yuna.prendasnaturales.

Yuna es un nombre de origen japonés, que significa “poder”. La marca trabaja con géneros nobles de fibras naturales, sin ningún componente artificial ni sintético, que son teñidos de manera natural y artesanal. El propósito es, en parte, que la gente tome conciencia de lo que se pone. “El consumidor se volvió mucho más exigente. Yo intento que haya la menor cantidad de descartes en la producción y los que se generan los dono a instituciones que los reutilizan. Además, trabajo con Seamos Bosques, una empresa que reforesta las yungas tucumanas. Destino un porcentaje de las ganancias para plantar árboles y colaborar, así, con la captura de carbono”, explica Vir. 

Un consejo para emprender: “Pensá bien el proyecto y no te apures, un emprendimiento sustentable va creciendo con uno”. 

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2) HAULANI: ALIMENTOS PLANT-BASED

Victoria Torterola creó Haulani como un modo de hackear el modo de alimentarnos

Victoria Torterola creó Haulani como un modo de hackear el modo de alimentarnos - Créditos: Ramiro Gonzalez

Haulani arrancó siendo una marca de helados de leche de coco, hoy es una productora de alimentos a base de plantas. Para Victoria Torterola, el recorrido fue mágico e inesperado. Ella estaba en un viaje de autoconocimiento en Hawái cuando decidió crear este proyecto: “Había renunciado a mi trabajo y me fui sin nada. Estaba reflexionando en la playa, se me acercó un chico que me contó que hacía helados a base de leche de coco, y pensé en que yo podía usarlos como excusa para comunicar algo más”, cuenta. Con esa idea en mente, volvió a Argentina para fabricar helado. Pero, claro, cuando llegó no tenía trabajo ni ahorros, no sabía cómo pagar el alquilar y no tenía ni idea de cómo hacer helados. Desde ese primer comienzo, empezaron a pasar diversas cosas “mágicas” y, a pesar de las caídas, pudo avanzar de a poco. “Todo me mantuvo desafiada, encendida, entusiasmada”, dice. 

“Trato de cuestionar las cosas establecidas, por eso la marca busca ser disruptiva desde su comunicación y desde sus productos para hacerle un lugar a lo diferente”.

Victoria Torterola, creadora de @haulani_argentina.

En 2014, Victoria vendió su primer kilo de helado por Facebook y un año más tarde vendió los primeros helados en pote de polipapel a una dietética. Al principio, los hacía ella sola en el monoambiente en que vivía y al día siguiente, lo llevaba personalmente al comprador. Al comienzo era más la demanda que la capacidad productiva, pero, de a poco, el emprendimiento fue tomando forma y hoy se convirtió en una gran empresa. “Hacemos alternativas ricas y diferentes de las cosas que nos gusta comer. Trato de cuestionar las cosas establecidas, por eso la marca busca ser disruptiva desde su comunicación y desde sus productos para hacerle un lugar a lo diferente”. 

Un consejo para emprender: “Tené clarísimo para qué querés lo que querés. Te ayuda a no caerte frente a cada obstáculo”. 

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3) PAPA STUDIO & DARAVI: OBJETOS CON DESCARTES

Lorena Núñez, una de las socias de Daravi y Papa Studio, usando uno de los collares que hacen con eco-mármol, a partir de botones triturados

Lorena Núñez, una de las socias de Daravi y Papa Studio, usando uno de los collares que hacen con eco-mármol, a partir de botones triturados - Créditos: Ramiro Gonzalez

Primero surgió Papa Studio, hace más de 10 años, una marca de productos creados a partir de descartes industriales. Y al tiempo, Lorena Núñez y sus socias, Rocío González y Andrea Zelkowicz, se dieron cuenta de que era importante tener un lugar donde pudieran producir y por eso crearon Daravi, una fábrica de triple impacto. Ambos proyectos tienen el mismo concepto: son una empresa B certificada con compromiso social, ambiental y económico.  
Lorena explica que desarrollan objetos con descartes de otras fábricas para generar trabajo para mujeres y comunidades vulnerables: “Las capacitamos y entrenamos para que puedan crear un producto y armar, así, una red de trabajo. Hoy hay más de 50 mujeres, que trabajan de forma individual, en cooperativas y/o talleres protegidos para generar oportunidades sustentables y sostenibles”.

“Nos dimos cuenta de que lo social es lo que más nos moviliza, generar trabajo que transforme hogares".

Lorena Núñez, una de las socias de @daravifabrica y @papastudioco.

¿Qué hacen? Por un lado, productos textiles, muchos a partir de descartes de esa misma industria (como cortinas o banners), y por otro lado, tienen una línea que se llama Eco mármol, en la que producen collares y objetos deco a partir de botones triturados.  
“Nos dimos cuenta de que lo social es lo que más nos moviliza, generar trabajo que transforme hogares. Además, este es un proyecto que enamora a cualquiera, porque el producto en sí ya tiene todo el propósito adentro, ya está generando algo cuando lo comprás”, suma Lore, y agrega que es común que este tipo de emprendimientos sustentables crezcan un poco más lento al principio, pero cuando la gente los empieza a adoptar ya no hay vuelta atrás, porque la marca aparece para solucionar muchas cosas. 

Un consejo para emprender: “Encontrá un problema que te apasione, buscá una solución y viví de eso”. 

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4) MERAKI: CEPILLOS DE BAMBÚ

Francisco Mirabella, uno de los socios de Meraki Sustentable, los primeros en fabricar cepillos de bambú en Argentina

Francisco Mirabella, uno de los socios de Meraki Sustentable, los primeros en fabricar cepillos de bambú en Argentina - Créditos: Ramiro Gonzalez

Durante un viaje, Francisco Mirabella se encontró con la problemática del plástico y a partir de ahí se sumergió más en el tema: comenzó a estudiar Ciencias Ambientales en la UBA y, en el medio de la carrera, quiso hacer un proyecto relacionado al reciclado. En una videollamada, su hermano Miguel, que vivía en el exterior, le mostró un cepillo de dientes de bambú y automáticamente sintió que era por ahí: “Me puse a investigar, contacté a productores, creamos la marca y salió la primera orden de compra de 1000 cepillos sin mucha más ciencia que una corazonada”, cuenta sobre los comienzos. Junto con su hermano Miguel y sus socios, Marcos Aliaga y Santiago Fontán, le dieron vida a Meraki, la primera empresa de cepillos dentales de bambú de Argentina. “Meraki surge porque nuestra relación con el plástico está totalmente fuera de control. Producimos 350 millones de toneladas de plástico virgen todos los años y más de la mitad son de un solo uso. De todo lo que se produce, solo el 9% se recupera y se recicla. Estamos dejando en el ambiente millones de toneladas de plástico todos los años”, detalla Fran. 

"Producimos 350 millones de toneladas de plástico virgen todos los años y más de la mitad son de un solo uso. De todo lo que se produce, solo el 9% se recupera y se recicla".

Francisco Mirabella, socio de @merakisustentable.

Desde la marca buscan desarrollar productos de cuidado personal que sean amigables con las personas y con el planeta. Todos los productos -como los envases y packaging- buscan conservar y preservar los recursos naturales. Hoy, trabajan para tener una buena red comercial y estar disponibles en todos lados. También la empresa es miembro de la organización 1% For the Planet, y mantiene el compromiso de donar el 1% de sus ingresos a tres ONG de educación y conservación. 

Un consejo para emprender: “Empezá con algo que te llene como persona, con el tiempo va a dar sus frutos”. 

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5) PROYECTO MUTAN: LÁMPARAS, MUEBLES Y LENTES A PARTIR DE DESCARTES

Brochi Fasani, fundador de Proyecto Mutan

Brochi Fasani, fundador de Proyecto Mutan - Créditos: Ramiro Gonzalez

Cuando estudiaba Diseño Industrial en la UBA, Brochi Fasani notó que había muchas cooperativas de los recuperadores urbanos que tenían la capacidad de triturar el plástico, pero no lo estaban haciendo; ahí le surgió la pregunta de cómo se podía transformar ese plástico triturado en nuevos objetos. Investigó un tiempo largo y logró desarrollar las máquinas necesarias para el proceso: “Tardamos tres años en presentar el primer producto”, cuenta. 
Proyecto Mutan nació con la idea de darles un nuevo uso a los plásticos que ya tuvieron una vida. Son tapitas de un solo uso que se transforman en nuevos objetos y vuelven al mercado sin tener una función descartable. “Como diseñadores industriales, somos responsables de nuestros objetos, del material elegido para confeccionarlos y de su forma de descarte”, explica Brochi.  

“Los lentes tienen texturas cargadas de sentido, son casi un símbolo. Al público le gusta llevar un objeto que cuenta un consumo responsable, es una nueva forma de llevar los plásticos”.

Brochi Fasani, fundador de @proyectomutan

Primero salió una línea de lámparas, siguieron con mobiliario (mesas, bancos, macetas, composteras) y, durante un viaje a Nueva York, pensaron en crear un producto más portable; ahí nacieron los lentes que son, hoy, la estrella de la marca: “Los lentes tienen texturas cargadas de sentido, son casi un símbolo. Al público le gusta llevar un objeto que cuenta un consumo responsable, es una nueva forma de llevar los plásticos”. Para generar todavía más impacto, el plástico se lo compran a organizaciones y fundaciones, como la Fundación Garrahan, y cooperativas de recuperadores. Los lentes, por ejemplo, están hechos con 10 tapitas y los estuches los fabrica un colectivo de mujeres que se llama Entramadas reciclando bolsas plásticas. 

Un consejo para emprender: “Hay que contemplar el impacto que generamos, tanto social como ambiental”. 

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