Ideas económicas para transformar pasillos largos en galerías, bibliotecas o rincones deco

Una opción simple y de gran impacto visual es armar una galería con fotos, ilustraciones, frases o cuadros pequeños. No hace falta gastar mucho: podés usar marcos desparejos pintados del mismo color, bastidores o incluso colgarlos con cintas o clips. Para un toque más moderno, jugá con la simetría o apostá al estilo “salón” con composiciones descontracturadas.

Los pasillos largos son ideales para ubicar bibliotecas finas o estanterías flotantes. Lo importante es cuidar que no obstaculicen el paso: se recomienda que no superen los 25 cm de profundidad. Otra alternativa es colocar estantes en altura, sobre una de las paredes, y aprovechar el espacio superior para libros o cajas decorativas.

Si hay buena luz natural, podés sumar plantas colgantes, en repisas o macetas de pie. También funcionan muy bien los cuadros vivos o mini jardines verticales. Si el pasillo es oscuro, optá por plantas de bajo mantenimiento como sansevieria o potus, o sumá iluminación dirigida para realzarlas.

Los pasillos tienden a ser angostos y con poca luz natural. Para contrarrestarlo, jugá con espejos, apliques de pared o tiras LED. Además, podés usar alfombras largas para sumar color, calidez y delimitar visualmente el espacio. Un revestimiento tipo madera, vinílico o con textura también puede darle carácter sin sobrecargar.

¿Tenés un pasillo más ancho o con algún “nicho”? Aprovechalo para armar un rincón de lectura con un banco y almohadones, una estación de café en un estante angosto, o un pequeño perchero para bolsos y abrigos. Lo importante es que se mantenga la circulación, pero sin perder la oportunidad de sumar utilidad.