5 jazmines para tener en tu casa y perfumar tus espacios

Es la reina de las trepadoras perennes. Con hojas grandes y brillantes, sus ramitas ondulantes y las flores en forma de estrella.

Necesita estar expuesta a sol directo y de suelos drenados. No requiere muchísimo riego. Si está en maceta, con hacerlo cada tres o cuatro días es suficiente.

Lo ideal es ponerle tutores o guías para llevarla a que crezca en la dirección que vos querés. Florece en los meses más cálidos y en invierno puede podarse un poco, pero no es fundamental. Se multiplica por gajos o por acodos.

Es la clásica flor con pétalos blancos que pueden llegar a medir entre 6 y 10 cm de diámetro. Se trata de un arbusto de follaje bien cerrado que, además de tener flores grandes, posee hojas en verde oscuro con mucha presencia. Se puede cultivar en maceta.

Necesita estar en un lugar muy iluminado, pero es importante cuidar que no le del sol del mediodía directamente. Lo ideal es trasplantarlo antes de que empiece a brotar –cada tres o cuatro años- y requiere ser abonada con un fertilizante compuesto (n-P-K) al empezar la primavera, antes de que aparezcan los brotes, y durante toda la floración.

A este jazmín suele atacarlo la mosca blanca, la cochinilla, la cochinilla algodonosa, los pulgones, las arañas rojas, los gusanos masticadores y los trips.

Es el que solés ver en las entradas de las casas. Al ser un arbusto apoyante se adapta muy bien a los muros y pérgolas. El punto fuerte es su perfume: que es intenso y perdura. Las flores son blancas con algunos filamentos rojizos.

Es ideal para lugares fríos, por su alta resistencia al invierno. Y si es un espacio con media sombra, también se la banca.

Necesita bastante riego, más aún en primavera y verano. Y es aconsejable podarla en invierno para despejar de ramas viejas, quebradas o enfermas y brotes de la base. Al terminar la floración deben quitarse las ramas floríferas. Suele ser atacada por orugas y cochinillas.

También es un arbusto apoyante y es de las especies que mejor se llevan con el invierno. Sus flores, con destellos rojizos, se agrupan en cimas terminales multifloras. Es el primero de los jazmines blancos en florecer, apenas al inicio de la primavera.

Sí, o sí lleva tutores porque no trepa sola.

Es una especie de caleidoscopio. Porque las flores van cambiando de color en cada momento de su proceso: son violetas cuando nacen, empiezan a volver pálidas hasta el lila y van perdiendo el tono hasta quedar blancas. Como pasan por estos tres estadios cromáticos se las llama las plantas de “ayer, hoy y mañana”.
Las flores aparecen al comienzo de la primavera con toda la fuerza y después, esporádicamente durante el verano.

Necesita sol, pero no en demasía, acepta estar a media sombra y requiere de un suelo húmedo así que tenés que regarla bastante (sin exagerar, claro).