Livings alargados con estilo: 6 ideas para reformarlos sin entrar en obra

En lugar de alinear todo contra las paredes, una buena idea es dividir el living en zonas. Podés armar un área de estar con sillones y mesas bajas, y otra más íntima con un sillón individual o un escritorio pequeño. Esto ayuda a “cortar” la sensación de pasillo.

Las alfombras son aliadas para sectorizar y dar calidez. Una grande puede unificar el espacio, mientras que dos más chicas ayudan a marcar áreas diferentes dentro del mismo living.

Los espejos amplían visualmente los ambientes y hacen que el espacio se vea más luminoso. Sumalos en una de las paredes largas para evitar la sensación de encierro. Además, sumar lámparas de pie o de mesa en distintos rincones equilibra la luz y genera atmósfera.

Si el espacio es muy largo, lo ideal es usar tonos claros en las paredes y darle acentos de color con textiles, obras de arte o accesorios. Otra opción es pintar una de las paredes cortas en un tono más intenso para acortar visualmente la proporción.

Un banco bajo que también sirva de espacio de guardado, una biblioteca angosta, mesas nido o un sillón modular son opciones prácticas que se adaptan al formato alargado sin sobrecargar.

Colocar cuadros grandes o series de láminas en la pared ayuda a generar un punto focal y a cortar el efecto túnel. También podés sumar plantas en distintas alturas para dar frescura y movimiento.