Cartelera de mayo en Buenos Aires: 5 excelentes obras de teatro que no deberías perderte

Cuando lo animal se mezcla con lo humano: este es un unipersonal tenso, altamente dramático. Una historia de abandono, soledad y locura; con dolor, silencios, sexo, temblores, aullidos y sangre. La actuación de Luciano Cáceres es realmente excepcional en esta 

obra -escrita y dirigida por Francisco Lumerman- que encuentra en la puesta en escena recursos muy simples y bien organizados para que los hechos se sucedan con fluidez espacial. 

Muerde se estrenó en 2020 -durante la pandemia- a través de una plataforma virtual, en 2022 se presentó en Lima con el actor peruano Alfonso Dibos y ahora llegó a los escenarios porteños: podés verla en Timbre 4. 

Preparen los pañuelos…

La pluma de Samanta Schweblin siempre merece una puesta en escena. Ya lo vimos con la película basada en y ahora lo ponemos confirmar con la obra que es una versión del cuento Nada de todo eso (del libro Siete casas vacías).

Esa fibra perturbadora e irónica donde se narran hechos que no son lo que en definitiva está sucediendo allí. Ese grotesco delirante que da gracia y conmueve. Es el tono exacto que logra Mariana Obersztern al dirigir Ese bow window no es americano (una de las frases que pronuncia la protagonista quien sale compulsivamente a mirar casas ajenas y arrastra a su hija en la locura).

La interpretación de María Merlino destaca y no se quedan atrás Mirta Busnelli ni Vanesa Maja. Algo curioso es que esta vez la sala del Dumont 4040 se distribuye a lo largo, formando un extenso pasillo de butacas frente a un escenario rectangular que propone un cambio a la perspectiva tradicional.

Es un espectáculo básicamente de danza aérea. Pero no sólo.

Acá, la directora y coreógrafa (Brenda Angiel, una pionera del género en nuestro país) es también la protagonista, que va a compartir con el público una historia personal -la muerte de su madre durante la pandemia-, un sentido homenaje y también, un argumento que trasciende el episodio puntual y que hablará de las formas del amor y la belleza de una manera ciertamente hermosa, donde la habilidad de los cuerpos vencen la gravedad y exploran otras dimensiones posibles.

T para T es como una poesía bailada, trepada, saltada, abrazada, contorsionada y hablada, en Aérea Teatro.

Danza, imágenes proyectadas y textos hablan de la hija de una madre y de la madre de un hijo. Y no es una obra que trate sobre la maternidad sino sobre  lo no dicho. Es un biodrama en el que María Ucedo narra -con sus palabras, su cuerpo y una puesta en escena muy poética- una historia familiar -la suya- que, en otros tiempos, hubiera sonado realmente atípica y hoy puede leerse de otra manera. El Rayo cuenta con música original de Martín Pavlovsky y un vistoso despliegue del vestuario creado por María Cecilia Ximénez. En la dramaturgia y dirección participa Valeria Correa, integrante del colectivo de actrices Piel de Lava.

Una obra que te va a hacer vibrar de la risa y te va a dejar pensando. Andrea Garrote hace un unipersonal excepcional desde hace cinco temporadas (y en cada una cambia un poco y mejora, doy fe) que vuelve a cartel y si no viste aún, deberías.

Es una profesora de filosofía que queda expuesta y se expone ante un alumnado y una sociedad que la saca de quicio pero no mella su necesidad de enseñar sobre pensamiento crítico.

Pundonor se presenta ahora el Picadero; está dirigida por la misma actriz en dupla con Rafael Spregelburd.