Tu casa o la mía: todo lo que tenés que saber de la nueva comedia romántica de Netflix

Debbie (Witherspoon) y Peter (Kutcher) se conocieron hace 20 años. Después de una cita que no salió muy bien, se convirtieron en grandes amigos, aunque son totalmente opuestos. Ella, contadora y madre soltera de Los Ángeles, anhela la rutina y la estabilidad. Él huyó de los terremotos y se instaló en la ciudad de Nueva York, donde prospera como un consultor de marcas con mucho estilo. Debbie tiene que viajar a la Gran Manzana y ve una gran oportunidad para encontrarse con su amigo, pero el destino les ofrece la oportunidad de intercambiar casas (y rutinas) durante una semana; un tiempo de reflexión donde descubren que, lo que tienen, tal vez, no es lo que necesitan.

“Tenía muchas ganas de hacer una película para gente de cierta edad porque, a menudo, en las comedias románticas, cuando las personas de 20 años terminan juntas, a veces siento que ‘esos son 18 meses agradables, pero al final esa no es la persona con la que te vas a casar’”, cuenta Aline Brosh McKenna, guionista experta en relaciones complicadas de la pantalla, que acá debuta como directora. Aline, responsable de El diablo viste a la moda, 27 vestidos y Crazy Ex-Girlfriend, se propuso contar una historia sobre personas que han pasado por mucho y tienen “algunos kilómetros emocionales encima”.

Reese –fan del trabajo de Aline y también productora de la película– no dudó en sumarse al proyecto, al igual que Ashton, quien hace años viene buscando la oportunidad de compartir pantalla con Witherspoon: “Las comedias románticas son algunas de mis películas favoritas. Cuando leés una que tiene un punto de vista único y una perspectiva única, simplemente lo sabés. Este guion tenía su propia voz, su propio tono y su propia vibra”, admite el actor, que de este tema sabe bastante.

“El germen de la idea de Tu casa o la mía comenzó hace unos doce años cuando trabajaba en Nueva York y necesitaba un lugar donde quedarme”, explica la guionista y directora, quien terminó haciendo rancho en el departamento de un amigo soltero que vivía en Los Ángeles. En un punto, Aline sintió que sería divertido si empezaba a vivir su vida, incluyendo a las personas que formaban parte del día a día de ese amigo. Con el tiempo se sumó otra vuelta de tuerca: “¿Qué pasaría si él se quedara en mi casa y tuviera que ser mamá?

Este concepto de cambio de vida no es nuevo y en seguida nos recuerda a El descanso, un clásico moderno indiscutido de las navidades. La gran diferencia es el verosímil que Brosh McKenna le quiso impregnar a su historia, despojándola de esas fantasías más gastadas de la comedia romántica (ninguno de nuestros vecinos se parece a Jude Law, ¿no es cierto?), aunque no pueda ni quiera apartarse del final feliz para sus protagonistas.

Otra cosa que quería resaltar la escritora era la evolución de una relación a través de las comunicaciones. Desde las cartas, postales y llamadas telefónicas de veinte años atrás, hasta los Blackberry, los iPhone y las computadoras; y cómo es posible (en estos días) tener a alguien tan cerca cuando, en realidad, no está con nosotros. “A través de la era digital han sido compañeros, pero compañeros a distancia. Creen saberlo todo el uno del otro. En virtud de cambiar de hogar, descubren que hay mucho sobre la vida del otro que no se han contado”.

Tu casa o la mía llega a la grilla de Netflix este viernes 10 de febrero. ¿Ya viste este adelanto donde Reese y Ashton nos enamoran?