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ESI: cómo hablar de sexualidad con los hijos

En la semana de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) nos preguntamos: cómo hablar de sexualidad con las infancias, cuándo hacerlo, qué decir. Especialistas nos guían para tener una conversación que informe con afecto.


ESI: cómo hablar de sexualidad con las infancias

ESI: cómo hablar de sexualidad con las infancias - Créditos: Getty



La ESI, la ley de Educación Sexual Integral, tiene cada vez más presencia en las conversaciones familiares, en la escuela, entre amistades, en los medios. En la semana de la ESI nos preguntamos cómo hablar de sexualidad con las infancias.

Debido al activismo, la sociedad está más abierta a recibir información sobre sexualidad, hay cada vez más vías para informarse y, dentro de las políticas públicas, también hay un foco en orientar, educar e informar sobre sexualidad en todas las etapas de la vida.

Lo primero para decir es que se tiene que hablar sobre sexo con los chicos cuando pregunten. Pero ¿qué decir? Lo que pregunten, ni más ni menos, teniendo en cuenta la edad del niño o adolescente. Hay que encontrar el equilibrio entre no brindar información en exceso, ni sólo proveer algo muy básico. Y eso sí, nunca el silencio será conveniente como respuesta.

Otro punto es el ¿cómo hablar? Para que el pudor y la vergüenza no actúen como inhibidores de posibles charlas es primordial que el adulto pueda generar un clima de confianza y respeto sobre estos temas. Hablar con seriedad no significa que no pueda introducirse el humor, como elemento que distiende, claro. Somos los adultos quienes debemos naturalizar estas conversaciones y la sexualidad en general, como para que los más pequeños y los adolescentes puedan preguntar y contar sus cosas sin sentirse expuestos. Si existe una información incompleta o que no se entiende del todo, los chicos habitualmente repreguntan y hay que escuchar y contestar eso que les provoca dudas, de lo contrario, seguramente buscarán en otro lado.

Como sabemos, en internet circula mucha desinformación o información mala o peligrosa (porno que dista mucho de la realidad y por ende maleduca, por ejemplo, o el odio transmitido en las redes sociales). Por eso la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) es una gran herramienta para docentes, padres, niños y adolescentes ya que garantiza acceso a buena información. Con estos materiales se pueden prevenir violencias y abusos, hablar de los sentimientos, los derechos, la igualdad, el consentimiento, las infecciones de transmisión sexual, etc. todo desde una perspectiva de género y diversidad. De este modo, las familias no estarán solas educando en sexualidad a sus hijos, sino que cada escuela también será un agente de salud responsable.

Te acercamos algunos puntos que te pueden ayudar a conversar con los peques.

  • Las cosas por su nombre: es tragicómico que algunas personas hablen de sexualidad frente a niños, incluso entrados ya en la pubertad, con términos vulgares o inadecuados para nombrar aquello que a los adultos les incomoda nombrar. Términos como mariposa, pitito, cigüeña o cola, no son los adecuados. Lo peor de este tipo de conductas es que contribuyen a que los niños tomen al sexo como algo tabú: de eso no se habla o debe hacerse en código.

    Por otro lado, terminamos generando más confusión anatómica y biológicamente hablando. Los genitales y los procesos fisiológicos se deben llamar por su nombre. Vulva, vagina, pene, escroto cuando son pequeños y van reconociendo su cuerpo: nombrarlos nos da pie para enseñarles que nadie puede tocarlo sin su consentimiento, y eso mismo vale para todas las personas, por lo que tampoco ellos pueden tocar o hacer algo sin el consentimiento de otra persona. Ya en la pubertad, se pueden introducir temas como menstruación, acto sexual, sexo anal o masturbación y nada de eso debe esconderse o considerarse mala palabra.

  • El respeto por el cuerpo propio y de los demás: este es un aspecto sumamente importante, que va mucho más allá de la prevención del abuso sexual. Como adelantábamos antes, el cuerpo es nuestro espacio íntimo y hay muchas actitudes violentas o invasivas muy sutiles: obligar al niño a dar un beso o abrazo cuando no lo siente, burlarse del cuerpo de los demás, hacer comentarios o gestos obscenos entre adultos, andar en casa sin ropa si a alguien le genera pudor o incomodidad… todas son actitudes que para un adulto pueden estar naturalizadas, pero para alguien pequeño pueden representar algo chocante o fuera de contexto.

  • El respeto a la diversidad sexual. Es un tema que es necesario abordar en la infancia. Más allá de los avances y de las leyes (como la de Ley de Matrimonio igualitario o de Identidad de género) todavía se desacredita, discrimina, excluye o se atenta contra la diversidad sexual de muchas formas. Muchos hablamos de libertad y diversidad sexual, pero muchas veces etiquetamos o juzgamos a personas por el solo hecho de tener una orientación sexual que no es la hegemónica (la heterosexual). Como los niños aprenden más del ejemplo que del precepto e imitan a sus padres, es necesario que los adultos reflexionemos constantemente sobre qué patrones mentales y creencias estamos transmitiendo en relación con esto. Nadie nace discriminando: a estas conductas las aprenden de los adultos.

  • La equidad de géneros. Desde pequeños los niños deben estar familiarizados y acostumbrados a cumplir roles diversos, sin encasillarlos según su género. Para un niño las tareas del hogar pueden ser fascinantes y entretenidas y para una niña lo mismo puede suceder con la carpintería o la mecánica de autos. Los estereotipos de género no solo son algo totalmente falto de sentido, sino que pueden truncar los sueños o la vocación de muchos niños y niñas y limitar su libre expresión. Es importante hablar de esto y actuar en consecuencia.

  • Igualdad de derechos. Debemos conversar con los chicos acerca de la igualdad de derechos que todos los seres humanos tenemos, en los más diversos ámbitos, independientemente de nuestra orientación sexual, sexo o género. Sucede que estamos demasiado atravesados por nuestros sistemas de creencias y esto nos condiciona. ¿Cuántos hombres conocen ustedes que sean maestros jardineros, parteros o niñeros? Es probable que muchos hombres ni lo piensen como vocación, aunque amen ese tipo de profesiones o trabajar con niños. Lo mismo puede suceder con una mujer que quiera ser dirigente de un club de fútbol o piloto de fórmula 1.

Mientras mejor sea la información que se comparta acerca de la sexualidad y la afectividad, más plena será la vida sexual de estas niñeces, adolescencias y futuros adultos.

 

Fuentes consultadas:

Roxana Anahi Timo, médica, Health Coach. IG: @dra.anahitimo

Verónica Veneroso, psicóloga, profesora de psicología

Alejandro Viedma, psicólogo, escritor. IG: @aleviedmapsi

Rosana Abregú, licenciada en Educación. Educadora en sexualidad, especialista en ESI. Co-responsable de @sinergia.esi

Leticia Prego, psicóloga. Educadoras en Sexualidad, especialista en ESI. Co-esponsable de @sinergia.esi

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