Mi hija cumple 15 y esto aprendí planeando el festejo

La planificación detallada es la clave para evitar gastos innecesarios, el pago de sobreprecios, y para lograr, que sea el festejo que la cumpleañera esperaba.

por

Luciana Osacar

18 de julio de 2022 • 00:12

Cómo preparar un cumpleaños de 15 sin estresarte de más - Créditos: Getty

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Hace poco me pidieron que seleccionara temas para escribir sobre la mujer y las finanzas, o sobre las finanzas y el empoderamiento femenino. Seleccioné diez temas, diez problemáticas que entonces me parecían interesantes. Después de todo, el propósito de @mama.contadora era transmitir mis conocimientos como profesional en un lenguaje menos técnico, y mechar con contenido vinculado a la maternidad –desde mi experiencia como mamá de tres hijos- y a esta profesión que amo y odio en partes iguales.

Me pregunté, entonces, por qué no abordar cuestiones más habituales, esas que nos plantean desafíos en nuestra cotidianidad, las que todo el mundo sabe que existen y que solemos pasar por arriba o que, por considerarlas intrascendentes, no nos detenemos a analizar en toda su dimensión.

Por eso, cuando llegó el cumpleaños de 15 de mi hija Lola, sin desconocer el hecho de que suelo ser bastante expeditiva en estos asuntos (las malas lenguas dirían que soy poco hábil y bastante torpe para las manualidades), y que Lola no es de esas chicas que haría su entrada con un lento de los Guns N' Roses, tengo que admitir que me puse un poco nerviosa.

Mis consejos como mamá y como contadora, entonces, acerca de cómo enfrentar de la mejor manera un cumpleaños de 15:

Consenso: si el cumple no es sorpresa, te aconsejo que todo esté consensuado con la cumpleañera. Es su noche, en definitiva, y lo único que importa es su felicidad.
Presupuesto general: es importante sentarse a armar un presupuesto, proyectarlo, conocer de antemano qué parte de nuestros ingresos vamos a destinar al evento y en qué vamos a invertirlos.
Invitados: está claro que no es lo mismo realizar un cumpleaños para diez personas que para cien. Por lo tanto, hay que definir con bastante aproximación el número de asistentes, agruparlos por rango de edades, saber en qué horario asistirán y ayudar a evitar gastos de más, esos conocidos como “por las dudas”.
Fondo de reserva: planificarlo con tiempo es la clave para descubrir su posible destino en el contexto del evento, aquellas esferas o situaciones apremiantes que demandarían una atención y un desembolso inmediato. Por eso, y a efectos de que nuestra economía no camine por la cuerda floja llegado el momento, es indispensable que todos los meses destinemos un porcentaje de nuestros ingresos a un fondo de esta naturaleza.
Pedir varios presupuestos: un evento de esta importancia, tan tradicional, abarca ciertos condimentos, actividades extras, números de artistas que lo hacen aún más especial para la agasajada. Si uno se sube en ese tren este empieza a andar cada vez más rápido y, de pronto, nos encontramos buscando precio de malabares, trapecistas que bajen la torta desde el techo, de la cual brotará una bandada de palomas blancas.

Quizás exagere un poco, pero la realidad es que el cotillón es sólo el comienzo de un camino que muchas veces no se sabe adónde puede terminar. De ahí la importancia de disponer de presupuestos —cuantos más, mejor—, con el fin de elegir el que se adapte a nuestras posibilidades.
Tareas: seguramente va a haber muchas personas que quieran colaborar con la organización. Permitamos que ayuden, cada uno con sus aptitudes y experiencias.

En síntesis, la planificación es la clave para evitar gastos innecesarios, el pago de sobreprecios, y para lograr, a fin de cuentas, que sea la noche tan esperada por la cumpleañera.

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