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Mujeres que eligen no ser madres: ¿cómo soltar los mandatos patriarcales?

Parece una obviedad, pero durante mucho tiempo, las mujeres no nos habilitábamos esta conversación: ¿queremos ser madres o no? Cortar con la presión social y romper con el mandato de la maternidad como único proyecto de vida posible es una tendencia que crece.


no-quiero-ser-madre.jpg - Créditos: Getty Images



En los últimos días, el tema volvió a ser tendencia: gracias a una entrevista que dio Jennifer Aniston en la revista Allure, la actriz se sinceró con respecto a todas las presiones sociales, cuestionamientos y especulaciones que vivió acerca de su deseo (o no) de convertirse en madre. "El escrutinio que ponemos sobre las mujeres es absurdo e inquietante. Que Dios perdone a la mujer que tiene éxito y no tiene un hijo"- expresó Jenn en la edición de diciembre de la revista especializada en belleza. Pero no hace falta ser Jennifer Aniston ni vivir en Hollywood para sentirlo en carne propia: ¿cuántas de nosotras o de nuestras amigas lo vivimos?

Hoy son muchas las mujeres que eligen la no-maternidad, movidas por la firme convicción de una realización personal, que no está ligada al deseo de maternidad. Algunas celebrities, como Renée Zellweger, Kim Cattrall, Cameron Díaz, Margot Robbie y Oprah Winfrey, son algunas de las tantas que -en diversas declaraciones- han manifestado no priorizar la maternidad como elección de vida y así, instalar el tema de conversación en la opinión pública y derribar algunos prejuicios y mandatos. 

Pero para llegar a la afirmación “no quiero ser madre”, antes seguramente existió una pregunta previa: “¿realmente quiero serlo?”. Hoy quizás parece una obviedad, pero por mucho tiempo las mujeres no nos habilitábamos esta conversación. Se daba por hecho que, a determinada edad -alrededor de los treinta años-, la mujer debía ser madre y, si no lo era, tenía que dar explicaciones (¿a quién?). Pedazo de mandato que el patriarcado nos tiró encima por siglos. “Antes era una obligación casarse y tener hijos. Las mujeres hoy se hacen una pregunta existencial que puede cambiar radicalmente sus vidas: ¿qué es la maternidad? Se habla de mandatos sociales y familiares, esto es: estás de novia y te preguntan cuándo te vas a casar, te casás y te preguntan cuándo vas a tener un hijo, tenés un hijo y te preguntan cuándo vas a tener el otro. Esa estructura, ese mandato tan arraigado, está cambiando” - dice Mónica Soraci, periodista y autora del libro “¿Hijos? No, gracias. Cuando las mujeres deciden no ser madres.”

Cortar con la presión social y romper con el mandato de la maternidad como único proyecto de vida posible es una tendencia que crece, sobre todo en las generaciones de mujeres más jóvenes que, al menos, se cuestionan los antiguos roles instituidos por la sociedad como casi obligatorios. Hoy sabemos que hemos recorrido un largo camino y que hoy está más legitimada esa elección. Aunque todavía falta, ya que, así como una mujer no tiene que explicar por qué quiere ser madre, ninguna debería tener que argumentar si no quiere serlo.

El instinto maternal no existe

Hoy, como mujeres, somos capaces de revisar el encuentro con nuestro deseo genuino, y no con el deseo de los demás. Esto es: tu mamá y tu papá que quieren que les des nietos, tus hermanos que te piden sobrinos, tus amigas que van de un embarazo a otro y te preguntan para cuándo vos… 

Nos vendieron lo del instinto maternal como algo que traíamos en el chip de ser mujer, cuando se trata de un mito, una construcción social. Con todo ese bagaje encima, se hacía bastante arduo y hasta culposo romper con el estereotipo "Susanita" y ser honestas con nosotras mismas. También es un proceso para muchas mujeres asumir que la maternidad no es para ellas y, una vez que descubren que no quieren ser madres, logran amigarse con esa idea y decirlo a viva voz y con certeza. Es una forma de sacarse la mochila del "deber ser" y empezar a ser más libres. “Hoy las mujeres se atreven a decir no, la verdad es que no es para mí la maternidad. También sucede que a veces la postergan por sus carreras, pero a lo mejor llega un momento en que ya pasó el tren y está bien dejarlo así, sin la maternidad” - apunta Soraci. Es un camino posible y digno de ser recorrido armónicamente, sin cargo de consciencia y con mucha libertad.

"Yo no quiero ser madre... pero mi pareja sí"

En cuanto a la honestidad, también debería incluir el momento de blanquear la decisión con la propia pareja, si es que la hay. Si uno está en pareja, la decisión de tener o no tener hijos puede formar una brecha insalvable porque, si uno de los componentes de la pareja no quiere tener hijos y el otro sí, no hay posibilidad de congeniar, de llegar a un consenso”, agrega Mónica. A raíz de esto, muchas parejas terminan disolviéndose.

En cambio, si el deseo es compartido y ambos están de acuerdo en no tener hijos, quizás es porque quieren disfrutar de la vida en pareja, quieren viajar, no quieren atarse a un bebé, a mamaderas, pañales, a colegios. Y hoy lo dicen abiertamente porque este mundo cambió. Con estos nuevos paradigmas, también se reconfiguran las relaciones de pareja en las cuales se pone sobre la mesa la posibilidad de una vida sin hijos. Con esto no estamos renegando de la maternidad, sino que simplemente estamos abriendo una nueva puerta que hace no mucho tiempo atrás era imposible de habilitar.

Por otro lado, también puede suceder que, muchas veces, no aparece la pareja en los años más fértiles y hoy la mujer se permite esa posibilidad con más libertad y menos ansiedad puesta ahí. Como una postura más relajada en cuanto a que si la maternidad tiene que ser, será. Pero que si no llega, también es un camino posible y de plenitud. Es decir, la idea de disfrute y completitud sin estar atada indefectiblemente a la llegada de los hijos. 

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La generación NoMo (No Mother)

A la tribu de mujeres que alzan la voz por la no-maternidad también se las llama la "generación NoMo (No Mother). Se trata de un movimiento que reclama “el respeto de una sociedad instalada en la absurda creencia de que una mujer debe dar a la luz al menos una vez en su vida”, según palabras de la asociación británica Gateway Women, abanderada de la causa.

Existen innumerables motivos por los cuales una mujer puede decidir no ser madre. Y todos son tan válidos y personales como mujeres hay en el mundo. Están quienes prefieren viajar, estudiar y enfocarse en el desarrollo profesional. Otras que quizás lo elijan por la situación económica, porque no quieren resignar su propia libertad o un estilo de vida particular.

También existen planteos más existenciales y de sustentabilidad con respecto a nuestro planeta, tales como preguntarse para qué traer más personas a este mundo superpoblado que está lleno de injusticias, de colapso de los recursos naturales, cambio climático, consumismo extremo y contaminación.

Sea por la razón que sea, el corrimiento interesante es que la elección de maternidad ya no está impuesta en el estereotipo femenino y que la mujer puede gozar de su femineidad aun si decide no ser madre. Ser mujer y madre no es un binomio indisoluble, sino una de las tantas condiciones de las que puede hacer uso una mujer sobre su propio cuerpo. Es una elección maravillosa, como así también puede ser maravillosa una vida elegida sin hijos. “El paradigma se cayó, es como si se hubiera abierto un crisol de oportunidades para la vida sin hijos, sea de a dos o de a uno para disfrutarla plenamente, son decisiones importantes que cambian la vida para siempre, pero que se atreven a decidir lo que antes no se podía porque antes no estaba “permitido” desoír esos mandatos ancestrales” - concluye Soraci.

La clave: dejar de suponer

En estos nuevos aires de cambio, una clave podría ser el tercer acuerdo tolteca: “No supongas”, del que habla Don Miguel Ruiz en su libro “Los Cuatro Acuerdos”. Esto quiere decir: no deberíamos suponer que toda mujer quiere ser madre, no lo demos por sentado. Hagamos crecer nuestra empatía hacia nuevas formas de pensamiento, de elecciones y de vida que no impongan la maternidad como único y hegemónico estilo de vida. Si queremos avanzar un paso más, deberíamos ser las mismas mujeres las primeras en dejar de preguntarnos entre nosotras "¿para cuándo el bebé?" o "¿por qué no querés ser madre?".

Experta consultada: Mónica Soraci. Periodista y autora de “¿Hijos? No, gracias. Cuando las mujeres deciden no ser madres”. 

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