Perry Mason: quién es Marialy Rivas, la directora chilena que se sumó al equipo de HBO Max

Desde tu aproach como directora, ¿cómo es sumarte a una serie en su segunda temporada y en donde te haces cargo de solo dos episodios?

Creo que el gran desafío es que acá entré a una serie que, al tratarse de la segunda temporada, ya tiene una estética definida. Y lo que uno tiene que lograr, es trabajar dentro de esa estética pero dándole una vuelta -poniéndole el toque personal- para que ese episodio tenga algo tuyo.

Ese es un desafío grande, pero también el que se enfrentan todos los directores que se meten a trabajar con una serie. ¡Claro! A menos que te metas con un episodio piloto -que este no es el caso, porque se trataba de una segunda temporada- en donde ahí sí un poco establecés el estilo.

El desafío quedó súper claro, pero... ¿sentís que también hay oportunidades en esto de sumarte a una serie que ya estaba on going?

La verdad que tanto los showrunners como los productores de esta serie son muy generosos. Estaban muy abiertos a las ideas sobre el guion. Ojo, podría no ser el caso y por eso me parece importante contártelo... podrían haberme dicho: "Oye, tus ideas muy bonitas pero guardatelas para otra cosa". Sin embargo, fueron súper abiertos y le gustaban las ideas que yo les fui proponiendo. Eso implicó cambiar escenas, inventar escenas... ¡hasta sacar escenas! Así que fue un trabajo súper colaborativo -sobre todo en el cinco porque el ocho, que es final de temporada, uno ya va más al hueso- desde la historia, desde los dilemas éticos que atraviesan los personajes en ese capítulo y cómo logramos profundizarlo. Yo fui proponiendo cosas y las adoptaron. Por ejemplo, el club lésbico underground en un momento estuvo pero después lo sacaron y yo les dije: "Me parece que es súper importante mantenerlo. Qué tal si hacemos esta escena así y asá..." y ellos "Dale, vamos". El opening en el estadio, no era originalmente en el estadio y yo les dije: "Oye, ¿por qué no conectamos este allanamiento que le hacen a los chicos y lo conectamos con que vayan al estadio", y les encantó eso.

Todo el equipo es muy colaborativo y está, siempre, trabajando para que sea la mejor versión del capítulo y de la serie. Así que están muy abiertos a las ideas, son muy generosos y fue súper creativo el trabajo.

¿Viste la primera temporada antes de sumarte al proyecto? ¿Cuáles fueron tus impresiones desde la perspectiva de una directora?

Amo el género, me encanta el noir. Algo que adquirí por mi esposa -argentina, por cierto- a quien le encanta el noir y es alguien que lee muchísimos libros de detectives. Ella fue quien me introdujo al cine negro, y eso me gustó mucho. Pero también me gusta este personaje, Perry Mason, que tiene tanta complejidad ¿no? Y eso es algo de la genialidad de los productores, que compran esta serie que existía en los años 50 y 60 que para la cultura americana fue muy importante ¡todos la miraban! Este abogado que resolvía casos, cada capítulo era un caso diferente.

Yo conocía la serie porque el protagonista, Raymond Burr, era un actor closeteado. Él fue muy pero muy famoso, y tuvo una relación con un hombre por muchísimos años y nunca pudo salir del closet. Murió sin hacerlo. Así que conocía la serie original, y me encantó el giro que le dieron a la primera temporada de contar la historia de origen. Me gustaba ese personaje masculino -con toda su oscuridad- con ese nivel de complejidad.

En todo esto que me contás, ¿qué sentís que -desde la dirección- define a Perry Mason?

Es súper curioso porque es un conjunto de cosas. Él siempre está enfrentado a un dilema ético moral, tiene que entender cómo reaccionar ante eso; todo esto viene dado por los guiones y por el tipo de personaje. Es un personaje complejo, es un personaje sensible que, cuando uno lo dirige, tiene que buscarles las capas perrymensionanas. Por ejemplo, Matthew [Rhys] es mucho más livianito, mucho más chistoso que Perry... quien es chistoso, pero es más oscuro.

Creo que por eso es tan hermoso el trabajo en el cine, ¿no? Porque es muy colaborativo. Es tan importante la chaqueta o el gorro que selecciona la vestuarista, así como la luz que le da el fotógrafo y la expresión que pone el actor y los guiones.

Sabés que cuando me ofrecieron charlar con vos, me dijeron "la directora mujer y chilena". Y es algo que -como periodista- me llama la atención porque en algún punto me tengo que preguntar por qué destacamos estas dos cosas que, en la vereda opuesta, no la destacamos en los directores varones. ¿Qué te pasa a vos con esto?

Siento que todavía nos vemos en la necesidad de destacarlo porque, todavía, es una excepción. Creo que en el momento en que se transforme en una regla, se va a dejar de destacar. Pero por ahora, tenemos que destacarlo para que deje de ser una excepción.

Esto es algo que solo se va a lograr a partir de la visibilidad. "¡Ah! Hay directoras que trabajan con ese género y les queda bien, ¡genial!". Entonces se abre y abre el espacio... y este es el trabajo que los movimientos feministas vienen haciendo desde hace años. Así que uno va corriendo las fronteras, un poquito... y un poquito más. 

Así que te digo, es directora mujer, latina y lesbiana. Todas esas cosas sí son diferentes, porque cuando uno enfrenta las historias... el decir "Hagamos este club underground lésbico", era súper importante para mí. Yo soy una mujer lesbiana y quería retratar lo difícil o lo lindo, que hay una comunidad. Cuando Bella entra a ese club, entiende que no está sola y que hay una comunidad que está ahí para ella. Entonces, quizá, si era un hombre heterosexual... no hubiese empujado por hacer ese club.