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Constelaciones familiares: ¿qué enseñanzas deja la serie Mi otra yo?

Mi otra yo es una serie furor en Netflix, que multiplicó las consultas de consteladores familiares. La consteladora y coach de autoconocimiento Laly Fernández reflexiona sobre las enseñanzas que deja la serie.


Mi otra yo es uno de los últimos éxitos de Netflix.

Mi otra yo es uno de los últimos éxitos de Netflix. - Créditos: Netflix.



Mi otra yo es una serie turca emitida por Netflix que es furor: en julio estrenó su segunda temporada bajo el mensaje del trailer: "Nuestro objetivo es llegar al fondo de nuestros problemas, nuestras preocupaciones y miedos y las espirales que nos atormentan".

Quizá ya sepas que esta serie escrita por Nuran Evren Şit se basa en el origen espiritual de las enfermedades, los problemas y las situaciones que vivimos a diario, generalmente de modo repetitivo. 

En la primera temporada pudimos apreciar como la toma de consciencia de lo que ha sucedido en el pasado, la reconciliación de lo que fue y el dar lugar a los secretos no dichos obraron milagros en la vida de sus tres protagonistas. 

Fue justamente la primera temporada la que despertó la curiosidad por las constelaciones familiares y creo que duplicó y hasta triplicó la consulta de muchos de nosotros, los consteladores. Sin embargo, muchas personas asistían queriendo saber qué era lo que había ocurrido en el pasado, qué habían hecho sus ancestros que hoy ellos se encontraban viviendo las situaciones que vivían…

Es decir, asistían a la consulta buscando culpables y queriendo que por arte de magia sus problemas desaparecieran. Esto está muy lejos de la verdadera filosofía que sostiene las constelaciones familiares y el mensaje que nos transmite Mi otra yo. Es decir, volvemos a quedarnos en la superficie sin mirar lo profundo del mensaje: Reconocer, honrar, integrar, agradecer, hacer lugar, liberar. 

Y la segunda temporada continuó con el impulso de la primera, por eso me sentí tentada a compartir el mensaje que trae detrás de la atrapante historia de estas tres amigas y de lo que pareciera ser magia cuando asisten a las sesiones con "el señor Zaman".

En la primera temporada de Mi otra yo vemos la vida de personas comunes y corrientes, como vos y yo, que creemos que caminamos por la vida con nuestro libre albedrío pero sin embargo, podemos estar atrapadas en las redes del pasado, lo que condiciona el presente, la salud, el bienestar, el éxito y la concreción de nuestra misión en la vida. 

Mirar con amor lo que se oculta detrás de patrones familiares, reconocer lo que hubo sin juicios ni críticas y aceptar lo que nos toca vivir sin querer cambiarlo nos ayuda a empatizar con los otros y a poner compasión por los demás y amor por uno mismo.

En síntesis, podemos vivir creyendo que tenemos la razón y que estamos en manos de la suerte o del destino; o  podemos optar por descubrirnos tal como somos y tal como ha sido nuestra historia, cosa que nos hará libres. 

 

La primera temporada nos regaló una pincelada de las implicancias sistémicas, de las fidelidades inconscientes, los desórdenes que se producen por amor ciego y los secretos no dichos y como impactan en nuestra vida. 

Esta segunda temporada profundizó más en dos temas principales: 

Mi otra yo, ya está disponible en Netflix.

"El señor Zaman", constelador en Mi otra yo. - Créditos: Netflix.

- Primero, en el impacto emocional de la recaída de una enfermedad tras haberlo probado “todo”. En este caso concreto, la recaída en el cáncer y de cómo lo vive la protagonista en su dolor y el miedo en relación a la vida y la muerte, y no saber qué más hacer para sanar.

- El segundo aspecto nos muestra la dificultad de integrar las herramientas complementarias como las Constelaciones Familiares en el ámbito de la medicina. A través de esta temporada descubrimos las dificultades y la división que siente la protagonista, que es médico, cuando intenta combinar las Constelaciones con su profesión. 

El dilema profesional y los conflictos que subyacen en la integración de herramientas complementarias abre un debate a través de la serie del cual no estamos exentos muchos de los que nos dedicamos a la terapia. 

 

Mi otra yo nos deja con una reflexión final: ¿existe un camino diferente en cualquier circunstancia?

La temporada culmina con una pregunta sobre cómo podemos encontrar un espacio donde se integren la salud física, mental y espiritual, dejando abierta una reflexión sobre la coexistencia y colaboración entre diferentes enfoques de la salud. Así como también el inicio de un viaje de estas tres amigas hacia un lugar donde pareciera que esta integración es posible. 

Una historia atrapante que toca el alma, cuya trama de vida de cada protagonista permite ampliar la mirada y sentirnos identificadas con sus desafíos, con mucho impacto emocional por su invitación a mirar dentro de cada una de nosotras. 

Si todavía no la viste, preparate algo rico junto con unas carilinas por las dudas, y disponete a una maratónica serie que te sacudirá las fibras y te inspirará a que comiences a tomar acción por tu vida y tu sanación a niveles muy profundos.  

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