
Día Mundial de la Vitamina D: beneficios, precauciones y la importancia de cuidar la piel
Cuidar la piel también es cuidar la salud. En el Día Mundial de la Vitamina D, una experta explica cómo cuidarse y evitar los riesgos.
2 de noviembre de 2025

Día Mundial de la Vitamina D: beneficios, precauciones y la importancia de cuidar la piel - Créditos: Getty
Cada 2 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Vitamina D, una fecha que busca generar conciencia sobre el impacto de esta vitamina —y hormona— en la salud integral. Su papel es esencial para fortalecer los huesos, modular el sistema inmunológico y mantener el equilibrio general del organismo.
“La vitamina D se obtiene principalmente a través de tres vías: la exposición solar, algunos alimentos y los suplementos. Como es liposoluble, se almacena en el hígado y el tejido graso, funcionando como una verdadera reserva metabólica”, explica Leisa Molinari (M.N. 116.628), médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs.
Aún existe debate respecto a los niveles óptimos de 25OHD: “Mientras algunos expertos consideran suficiente superar los 20 ng/mL, otras organizaciones recomiendan valores por encima de 30 ng/mL —e incluso de 50 ng/mL— para aprovechar beneficios adicionales en inmunidad y prevención de enfermedades crónicas”.
En adultos y personas mayores, se aconseja una ingesta de 600 a 800 UI diarias, que puede alcanzarse con alimentos como pescados grasos —por ejemplo, 100 g de atún aportan unas 600 UI— o leche fortificada —100 a 150 UI por vaso—. “A partir de los 70 años, los requerimientos aumentan a 800–1000 UI por día, por lo que la suplementación suele ser necesaria para mantener niveles adecuados”, señala la especialista.
Equilibrio entre sol y protección

El verdadero desafío está en equilibrar la síntesis natural de vitamina D con la protección frente a los rayos ultravioleta (UV), - Créditos: Getty
El verdadero desafío está en equilibrar la síntesis natural de vitamina D con la protección frente a los rayos ultravioleta (UV), clasificados por la OMS como carcinógenos y responsables de la mayoría de los cánceres de piel, incluidos los melanomas. Aunque la radiación UVB es la que activa la síntesis de vitamina D, también es la más dañina, especialmente alrededor del mediodía. Por eso, si se busca aprovechar el sol, lo más recomendable son exposiciones breves y seguras en horas intermedias del día (media mañana o media tarde), siempre con el rostro protegido.
Más allá de las quemaduras visibles, la exposición solar crónica y repetida, incluso en pequeñas dosis diarias, es responsable del daño actínico acumulativo que con el tiempo se traduce en envejecimiento cutáneo y cáncer de piel. De ahí la importancia del uso constante de protector solar, que permite disfrutar del sol sin comprometer la salud cutánea.
La evidencia demuestra que el protector solar no reduce de manera significativa los niveles de vitamina D, y que una exposición incidental de pocos minutos (por ejemplo, al caminar o trasladarse) es suficiente para mantener la síntesis cutánea. Se recomienda proteger especialmente las zonas donde los melanomas son más frecuentes —dorso en hombres y piernas en mujeres—, y evitar la exposición prolongada sin fotoprotección.
En personas con melasma, fotodermatosis o antecedentes de cáncer de piel, incluso una exposición breve puede ser contraproducente. En estos casos, la suplementación oral representa la alternativa más segura y eficaz para sostener niveles adecuados sin reactivar lesiones ni agravar el daño solar previo.
La vitamina D es indispensable, pero su obtención debe ser segura y responsable. La combinación ideal incluye alimentación equilibrada, protección solar diaria y suplementación individualizada cuando sea necesario. En este Día Mundial, recordemos que cuidar la piel es tan importante como cuidar los huesos y el sistema inmunológico: la prevención se construye con gestos simples y consistentes, evitando tanto el exceso de sol como el exceso de confianza.
Mitos y verdades sobre el protector solar

Es fundamental aplicar protector solar todos los días, sin importar el clima, y reaplicarlo cada dos horas para asegurar su efectividad. - Créditos: Canva
Uno de los mitos más comunes es que el protector solar reduce los niveles de vitamina D. Según Molinari, “la evidencia demuestra que el protector solar no reduce de manera significativa los niveles de vitamina D, y que una exposición incidental de pocos minutos (por ejemplo, al caminar o trasladarse) es suficiente para mantener la síntesis cutánea”. Además, destaca que es importante proteger especialmente las zonas donde los melanomas son más frecuentes —el dorso en hombres y las piernas en mujeres—, y evitar la exposición prolongada sin fotoprotección.
En personas con melasma, fotodermatosis o antecedentes de cáncer de piel, incluso una exposición breve puede ser contraproducente. “En estos casos, la suplementación oral representa la alternativa más segura y eficaz para sostener niveles adecuados sin reactivar lesiones ni agravar el daño solar previo”.

La suplementación oral es una gran alternativa - Créditos: Getty
“La vitamina D es indispensable, pero su obtención debe ser segura y responsable. La combinación ideal incluye alimentación equilibrada, protección solar diaria y suplementación individualizada cuando sea necesario”, resume la dermatóloga.
En este Día Mundial, el mensaje es claro: cuidar la piel es tan importante como cuidar los huesos y el sistema inmunológico. La prevención se construye con gestos simples y consistentes, evitando tanto el exceso de sol como el exceso de confianza.

Belén Sanagua Es periodista, locutora y estudió la Licenciatura en Comunicación Audiovisual. Se desempeña como subeditora de la web editando moda y beauty aunque, además, escribe para otras secciones.
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