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El lado B de Lima: 5 experiencias poco conocidas para amantes de la aventura

Nadar con lobos marino, bicicletear por la ciudad, montar caballos de paso peruano, visitar ruinas preincaicas y deslumbrarte con las joyas del colonialismo: cómo sucumbir ante Lima, más allá de sus manjares.


Lima siempre fue una ciudad de paso a otros destinos o un lugar para hacer turismo gastronómico puntualmente, pero en los últimos años se impuso como un punto atractivo en sí mismo.

Lima siempre fue una ciudad de paso a otros destinos o un lugar para hacer turismo gastronómico puntualmente, pero en los últimos años se impuso como un punto atractivo en sí mismo. - Créditos: Gentileza LUGARES



Cuando alguien dice Lima se nos hace agua la boca. Y con justa razón, porque tiene una de las mejores gastronomías del mundo. Pero no es ese el único atractivo para viajar a la capital de Perú. También es un destino que ofrece actividades en contacto con la naturaleza y paseos con gran valor cultural -historia, arte, arqueología y arquitectura-. 

En la mismísima ciudad y en sus alrededores, te recomendamos 5 planes, que no son restaurantes increíbles -que los hay, ¡los hay!- para que conozcas el otro lado de Lima. 

1. Nadar con lobos marinos 

El Puerto del Callao, a 15 km del centro de Lima, es el punto de partida para una aventura única: nadar con lobos marinos en las Islas Palomino.

Las Islas Palomino se encuentran en un área de Reserva Natural con protección de la fauna marina. Gentileza Promperú

Las Islas Palomino se encuentran en un área de Reserva Natural con protección de la fauna marina. Gentileza Promperú - Créditos: Gentileza Promperú

Durante media hora navegamos por el Pacífico hasta la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, donde habitan más de 5.000 lobos marinos.

Es un paseo tranquilo y movido a la vez. Somos la única embarcación en la zona, las olas están agitadas y los chillidos de los animales rebotan en la piedra gigante que forma una isla donde toman sol entre chapuzón y chapuzón. 

La comitiva lista y ansiosa por zambullirse en el Pacífico.

La comitiva lista y ansiosa por zambullirse en el Pacífico. - Créditos: Gentileza Promperú/ José Aguilar

Ahora nos toca a nosotros ir al agua. Con trajes de neoprene y chalecos, a punto de saltar de la lancha, nos aclaran que el mar está frío, que al principio puede impactarnos la temperatura, pero que demos tiempo a acostumbrarnos. Vale la pena el aviso: nos congelamos, se nos paraliza el cuerpo y sentimos que el corazón va a dejar de latir. Pero tenían razón, unos minutos después nuestros enteritos retienen agua que tomó el calor corporal y ya podemos movernos con naturalidad para recibir a los lobitos, curiosos y cariñosos, que se acercan entre aleteos a darnos la bienvenida.

El guardafauna marina controla que los lobitos no sean molestados por la visita de los nadadores, quienes son recibidos con alegría y ganas de jugar.

El guardafauna marina controla que los lobitos no sean molestados por la visita de los nadadores, quienes son recibidos con alegría y ganas de jugar.  - Créditos: Gentileza Promperú/ José Aguilar

Está prohibido tocar a los animales, pero eso no significa que no se pueda entrar en contacto con ellos. Hay que dejar que nos toquen a nosotros. Nos alientan a subir los pies y flotar. Esa es la señal para que se acerquen a olernos los dedos, a hacer cosquillas con los bigotes y a morder. Aunque lo hacen con ternura y no corremos ningún peligro, sentir los colmillos contra la piel es intimidante, hasta que entramos en confianza.  

En la Reserva viven 5.000 lobos marinos.

En la Reserva viven 5.000 lobos marinos. - Créditos: Gentileza Promperú

Nadar con lobos marinos es una experiencia que se practica en pocos lugares –uno de ellos está en Argentina: Puerto Madryn- y da la gran oportunidad de un encuentro con fauna silvestre.

2. Pedalear por los barrios

Explorar Lima en bicicleta es una manera divertida y saludable de conocer la ciudad. Hay varios tours disponibles que te llevan por los barrios más emblemáticos, como Miraflores y Barranco

El camino costero es ideal para una bicicleateada.

El camino costero es ideal para una bicicleateada. - Créditos: Gentileza Promperú

Además de que son zonas interesantes para recorrer desde esta perspectiva dinámica, la ruta te lleva por la costanera y es un placer pedalear con el viento del mar en la cara.

Si bien el tránsito urbano es realmente muy caótico en Lima, las ciclovías están muy bien ubicadas y dan la posibilidad de circular de una manera segura.

El mar en Lima es plomizo e intenso. Es la única capital latinoamericana que cuenta con costa marina.

El mar en Lima es plomizo e intenso. Es la única capital latinoamericana que cuenta con costa marina.

En Miraflores están los hoteles, los restaurantes y los negocios, es la zona más turística y moderna. Al lado, hacia el sur, está Barranco: pura bohemia e historia. 

Era el lugar donde las clases altas tenían sus casas de veraneo a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Hoy se conservan esas grandes mansiones que están intercaladas con casas viejas pintadas de colores y con grandes murales de street art en sus fachadas.

Barranco tiene cierto estilo similar a Palermo Viejo.

Barranco tiene cierto estilo similar a Palermo Viejo.

En los tours, vale dejar las bicis en algunas escalas obligadas como cruzar el viejo puente de los suspiros a pie -hay que hacerlo conteniendo la respiración para que se cumplan los deseos- o pasear en alguna feria artesanal. También para un refrigerio bien local: un vasito de chicha morada.

 

La plaza principal de Barranco.

La plaza principal de Barranco. - Créditos: Carola Birgin

3. Montar un caballo de paso peruano

Se dice que son los caballos de andar más suave del mundo. Y basta dar una vuelta sobre su lomo para notar la diferencia. Es que los caballos de paso peruano aprendieron a avanzar sin generar saltos.

¿Cómo? Mueven juntas las dos patas de un mismo lado, posibilitando cuatro apoyos consecutivos. El resultado es un desplazamiento armónico y sin rebotes.

La Hacienda Los Ficus era una casa de fin de semana familiar y desde hace poco abre las puertas al público.

La Hacienda Los Ficus era una casa de fin de semana familiar y desde hace poco abre las puertas al público. - Créditos: Gentileza Promperú

Fue una técnica que durante el virreinato se les enseñó a algunos caballos para garantizar de la comodidad de los jinetes durante largos trayectos.

Este saber adquirido se transmitió de generación en generación hasta consolidar una nueva raza: la de los caballos de paso peruano.

A los caballos de paso peruano se los llama los embajadores silenciosos de Perú.

A los caballos de paso peruano se los llama los embajadores silenciosos de Perú.

Para conocerlos, se puede ir a pasar un día en la Hacienda Los ficus, ubicada en el valle de Lurín -15 minutos al sur de la ciudad de Lima-, donde se crían caballos peruanos campeones.

Además de compartir un rico almuerzo, te llevan a recorrer las caballerizas, te cuentan la historia y las características de esta raza, te ofrecen un show tradicional en el que los "chalanes y amazonas" con trajes típicos dan muestra de las habilidades a las que se debe su fama internacional. Lo mejor: después te invitan a cabalgar para comprobar con tus propios sentidos todo lo que escuchaste y viste.

 

El espectáculo folclórico es de una gran belleza y destreza.

El espectáculo folclórico es de una gran belleza y destreza. - Créditos: Carola Birgin

4. Pisar el pasado en medio del presente

Lima está construida sobre santuarios, por eso la ciudad está repleta de pirámides, centros de interpretación y vestigios arqueológicos que son una maravilla. Como sucede en Roma, donde la contemporaneidad convive con las huellas de un pasado muy lejano, en la capital peruana es posible encontrar huacas –así se llaman estos centros ceremoniales- por doquier, hay 350.

La Huaca Pucllana de la época preincaica está en Miraflores, rodeada por una moderna geografía urbana. Es un lugar impresionante que con un gran valor científico. Allí se encontraron antiquísimos elementos, e incluso restos de mujeres sacrificadas, que nos permiten conocer una cultura.

Cuenta con una inmensa pirámide central de forma trapezoidal. Está construida con ladrillos de adobe engarzados, piezas huecas para evitar derrumbes en caso de sismo.

Se realizaron cuidadosas excavaciones científicas en la Huaca Pucllana y los hallazgos se exhiben en un museo que está ahí mismo.

Se realizaron cuidadosas excavaciones científicas en la Huaca Pucllana y los hallazgos se exhiben en un museo que está ahí mismo. - Créditos: Carola Birgin

La huaca se puede visitar tanto de día –cuando es posible subir a la pirámide- como durante la noche, una tentadora oportunidad de cenar, muy rico, en su restaurante, con vista a las ruinas.  

También en otros puntos de la ciudad encontrás tesoros arqueológicos y, en las afueras, a una hora en auto desde Lima, está Pachacamac y su museo.

Pacha significa tierra y Camac se refiere a temblor. Este Dios, con un solo movimiento de su cabeza, agitaba el suelo, era el principal oráculo y a él se le suplicaba estabilidad. Es un santuario que a lo largo de 450 hectáreas recorre el llano desértico, el valle fértil y el mar con diversos templos que fueron mantenidos y restaurados.

Piezas del museo de Pachacamac.

Piezas del museo de Pachacamac. - Créditos: Gentileza Promperú/ Karina Mendoza

Es parte de lo que se llamó el Qhapaq Ñan -o Camino Principal Andino-, una ruta de peregrinaje por lo que actualmente es Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Esta red funcionó para los incas como vía de difusión del culto a Pachacamac. Un dato curioso: los peregrinos no podían comer sal ni ajo durante un año para poder acceder a los santuarios.

Los domingos, las ruinas se pueden recorrer en bicicleta. Se retiran ahí mismo y es un servicio gratuito.

 

5. Revivir el colonialismo en sus joyas

Visitar el centro de Lima es seguir el rastro vigente del colonialismo.

Pasear por la Plaza Mayor, donde se encuentran la Catedral de Lima y el Palacio de Gobierno, entrar en la Iglesia de San Francisco, famosa por sus catacumbas, conocer el Convento de Santo Domingo y honrar a Santa Rosa, deslumbrarte con la Casa Aliaga... son solo algunos de los imperdibles de una inmersión en el capítulo "hispánico" de la historia peruana.

Los típicos balcones de Lima: esos cerramientos que sobresalen y parecen cajitas de madera labrada, son construcciones que se realizaron tanto en la época virreinal como en la República.

Los típicos balcones de Lima: esos cerramientos que sobresalen y parecen cajitas de madera labrada, son construcciones que se realizaron tanto en la época virreinal como en la República. - Créditos: Gentileza Lugares/ Cecilia Luthufyan

En la Catedral de Lima, reconstruida tres veces desde su inauguración en 1535, es un emblema de la ciudad. Un ostentoso mausoleo de plata, oro y bronce guarda los restos del conquistador español: Francisco Pizarro. Incluso hay una catacumba donde está su cráneo, el que golpearon violentamente sus opositores hasta quitarle la vida, en 1541.

El altar mayor de la Catedral de Lima es de plata y oro. Tiene capillas barrocas con maderas de Nicaragua y Paraná.

El altar mayor de la Catedral de Lima es de plata y oro. Tiene capillas barrocas con maderas de Nicaragua y Paraná.  - Créditos: Carola Birgin

La Casa de Aliaga es una mansión construida en 1536 que aún está en manos de los herederos del propietario original y se usa como vivienda, pero es tan grande que unos cuantos ambientes se abren a las visitas turísticas y están puestos tal como eran en aquel entonces.

El Convento de Santo Domingo rinde homenaje a tres importantes santos de la orden: Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías.  

En el Convento, los retratos de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías, se exponen junto a una vitrina que contiene una reconstrucción realizada con impresión 3 D de cada uno de sus rostros.

En el Convento, los retratos de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y San Juan Macías, se exponen junto a una vitrina que contiene una reconstrucción realizada con impresión 3 D de cada uno de sus rostros. - Créditos: Carola Birgin

Los dominicos son la congregación más antigua de Perú, los primeros católicos peruanos fueron bautizados por ellos. Aquí se formaban, vivían y practicaban sus servicios. El edificio conserva su diseño original, con el claustro cuadrado, con altares en las esquinas y azulejos de 1606 en las paredes, de motivos botánicos. Tiene el campanario más alto de Lima y desde ahí es posible apreciar toda la ciudad ¡y su caos!

 

 

Lima, con su smog y su tránsito enloquecido, desde el campanario del Convento.

Lima, con su smog y su tránsito enloquecido, desde el campanario del Convento. - Créditos: Carola Birgin

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Carola Birgin

Carola Birgin Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UBA, ejerce el periodismo desde 1997 y trabaja en LN desde 2009. Fue Secretaria de Redacción de la revista OHLALÁ!, Editora del Suplemento Moda Belleza y hoy es editora digital del grupo de revistas.


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