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A la caza de la mejor térmica en un planeador

En Cañuelas, un vuelo de bautismo relajado y silencioso en aeronaves sin motor que se suben a las masas de aire ascendentes y llegan hasta los 1200 metros




Como cazadores al acecho de sus presas, en el Club de Planeadores Cañuelas parece que todos quieren dar con una térmica. Así se llama a las masas de aire ascendentes que pueden elevar estas aeronaves a cientos de metros, sin necesidad de motor.
Estamos en la antesala de un vuelo de bautismo en un planeador biplaza ASK-13 para vuelos de instrucción. Y nuestro objetivo será salir a cazar una térmica. Una vez instalados en la butaca delantera, de cara a la nariz del planeador y con las piernas extendidas, el piloto ajusta el cinturón de seguridad, similar a un arnés, y finalmente cierra la cabina. La prueba comienza con un remolque. Un avión remonta al planeador con una cuerda hasta alcanzar los 500 metros. Después la cuerda se desprende, el avión remolcador regresa a tierra y el planeador queda librado a su suerte, regido pura y exclusivamente por las fuerzas invisibles de la física..., y las habilidades del piloto. Inmediatamente el silencio se apodera del paisaje, desgarrado por el silbido del viento que se filtra por las ventanillas. Los primeros minutos de vuelo sirven para aclimatarse a la extraña sensación de volar sin las vibraciones y los ruidos de un motor, más allá de algunas turbulencias y otras inestabilidades del aire.
"En condiciones meteorológicas apropiadas, un planeador puede volar cientos de kilómetros por varias horas valiéndose exclusivamente de los factores naturales", explica el piloto e instructor Daniel Chattás, empresario de tecnología informática que vuela en estos planeadores desde 2003 y es instructor desde 2011.
Así continúa el vuelo de reconocimiento, tranquilo y solitario, hasta que uno de los relojes del tablero indica que el planeador empezó a ganar altura. ¡Por fin hemos ingresado a una térmica! Lentamente comienza el ascenso, poco a poco, siempre en círculos y dentro de esa masa de aire que funciona como elevador del planeador.

También vertiginoso

Para más datos, el planeador está construido de madera, tela y metal; mide 16,20 metros de punta a punta de las alas; pesa 294 kilogramos, y puede alcanzar una velocidad de 200 kilómetros por hora.
Según Chattás, los vuelos de bautismo duran entre 15 y 40 minutos, según las condiciones meteorológicas, aunque los récords de permanencia en el aire ya superan la barrera de un día. En la cordillera de los Andes, por ejemplo, se han batido récords mundiales que superan los 3000 kilómetros de distancia.
En cualquier caso, el vuelo de bautismo se adapta al gusto de cada uno. Están quienes quieren disfrutar de un vuelo tranquilo y silencioso, contemplar el paisaje, mientras otros buscan un vuelo a pura adrenalina, sentir la velocidad, el vacío o el vértigo. La idea es que sea algo placentero y que cada uno elija el vuelo que quiera experimentar. Según las regulaciones de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), la edad mínima para un alumno piloto es de 15 años y 9 meses, aunque puede comenzar a recibir instrucción 90 días antes de llegar a esa edad.
Como por un ascensor, en pocos minutos las térmicas nos llevan de los 500 metros iniciales a los 1200. A partir de entonces comenzamos a descender cada vez más rápido. Y cuando el silbido del aire se hace sentir con mayor fuerza, un golpe de puño eleva la punta de la nave hacia el cielo y quedamos boca abajo, en un loop de 360 grados que permite ver el mundo viceversa. Entonces sí, emprendemos el último descenso, suavemente, hasta completar el carreteo final en tierra firme, con la sensación de haber conquistado una verdadera proeza.
"El vuelo en planeador es una de las expresiones más puras del vuelo. Algunos la experimentan desde el nacimiento, otros de adultos, pero invariablemente quienes descubren esta afinidad difícilmente la abandonan", se despide Chattas. Y sabe de qué habla.

Datos útiles

Tarifas. Club de Planeadores Cañuelas
Ruta 3, km 72,5. (02226) 4-31460 o 15 5508-4288.
Los vuelos de bautismo cuestan 750 pesos y se realizan los sábados, domingos y feriados. El curso de piloto tiene una matrícula de 5000 pesos que se toma a cuenta de la inscripción al club y cada vuelo de instrucción tiene un costo de 450 pesos. El curso consta de 40 vuelos, aproximadamente, hasta que el alumno está en condiciones de volar solo. El Club de Planeadores Cañuelas tiene 78 años y cuenta con aproximadamente 45 socios activos. La Argentina es uno de los dos países de América con mayor desarrollo de vuelo en planeador. www.planeadorescanuelas.com.ar
Otros clubes. Club de Planeadores La Plata. Calles 137 y 84; (0221) 4977809. www.planeadoreslaplata.com.ar. Club de Planeadores Albatros. Ruta 7, km 100, San Andrés de Giles; (02325) 443557. www.albatros.org.ar Federación Argentina de Vuelo de Vela (Favav). Entidad que agrupa y representa a los 50 clubes de planeadores del país. Informes; 4862-3123. Más datos: www.favav.com.ar

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por Redacción OHLALÁ!


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