
A toda San Pablo le llega su Camburi
Sólo a 160 kilómetros del ruido paulista, una tranquila y recomendable playa llama la atención..., pero por su bajo perfil
23 de diciembre de 2007

CAMBURI.- La sociedad debería reconocer el esforzado y positivo aporte de los surfers del mundo. ¿Cómo se conocerían algunas de las más lindas playas del planeta si no fuera por la permanente exploración de estos pioneros en busca de nuevas olas?
La historia se repite más o menos así: la avanzada surfer descubre una playa hasta el momento ignorada por todos. La toma, la hace propia. Su interés y presencia justifican las primeras inversiones en la infraestructura básica, en pequeños restaurantes y posadas con onda (mucha madera, colores vivos, decoración del sudeste asiático...). El resto del planeta se entera y quiere conocer el lugar también, que no tarda en ponerse de moda. Y para cuando el círculo se cierra, claro, los primeros surfers se convirtieron en prósperos empresarios locales o están surfeando en algún otro lado.
En cuestión de playas, los surfers son líderes de opinión, sin duda. En Hawai, Australia, Costa Rica, Perú y también en Brasil. En el litoral paulista, por ejemplo.
Aunque con la abundancia de playas idílicas que tiene Brasil, las más discretas cercanas a San Pablo no necesariamente figuran entre las prioridades de los turistas. Sin embargo, hay algunas sorpresas interesantes a poco más de cien kilómetros de la megacapital financiera. Y con una gran, gran ventaja para los argentinos: el vuelo Buenos Aires-San Pablo, de sólo dos horas y media y con muchísimas frecuencias semanales, puede resultar notoriamente más económico que el de otros destinos brasileños, con ofertas por 200 dólares o menos, impuestos incluidos.
Los surfistas justamente pusieron en el mapa cool playas como Maresias y Camburi (o Cambury), del litoral norte paulista, en el municipio de São Sebastião. Maresias, de hecho, ya es algo así como la capital surf de este circuito formado por unas treinta playas. Camburi y su pequeña vecina Camburizinho, en cambio, se mantienen un poco menos explotadas.
Tránsito pesado
Para llegar desde San Pablo son tres horas en auto por una ruta que, ya cerca del mar, hace equilibrio alrededor de las montañas de la Mata Atlántica, saludando, cada tanto, a alguna cachoeira (cascada), para sumar espectacularidad al asunto. En micro (desde la estación Tietê, por menos de 30 reales) el viaje es de cuatro a cinco horas, aunque en fechas clave el alocado tránsito paulista puede estirar la travesía hasta medio día, por lo que vale la pena elegir el momento.
Si bien Camburi todavía parece estar en vías de desarrollo turístico, no hay que olvidar que queda muy cerca de un monstruo urbano de diez millones de personas. Por bajo que sea el perfil del balneario, en un fin de semana de verano los paulistas colmarán fácilmente su capacidad. No obstante, entre semana, o ligeramente fuera de la temporada alta, el panorama es infinitamente más relajado y recomendable.
Pueblo de pescadores (otro clásico elemento de la mitología playera), Camburi comenzó a ser destino de peregrinación surfer en la década del 70. Luego, la nueva ruta costera entre Santos y Río de Janeiro llevó a más veraneantes. Pero nunca llegó a atraer al turismo masivo del litoral sur paulista ni al extranjero de la no tan lejana Río. "Es muy raro ver argentinos por acá", confirma Fernando, que es precisamente porteño, pero residente local desde hace tres años. Es mozo en un restaurante y tiene un puesto en la muy escueta feria de artesanías de Camburi. "Nunca regresé a Buenos Aires -confiesa-. Una vez lo intenté, pero llegué a Puerto Iguazú y pegué la vuelta..."
Una avenida principal
Como sus vecinas, Camburi es una playa de un par de kilómetros de finísima arena con un verde morro en cada extremo. Hay casas, aparts y posadas sobre la misma arena, pero no construcciones de más de dos pisos por lo que el entorno sigue siendo relativamente natural.
La pintoresca Estrada de Camburi es la avenida (así le dicen) principal. Sin pavimentar, allí están los buenos restaurantes, varios hoteles con pileta, las tiendas de souvenirs de diseño, el cibercafé y el quiosco de revistas mejor surtido en muchos kilómetros. Serán tres o cuatro cuadras básicamente desiertas hasta los días de invasión paulista, cuando se llenan de 4x4 y coches importados. Para comer pruebe la pizza de Ticura (Estrada do Cambury 710) y la carta fusión de Tiê (al 696). Se gastan de 30 a 50 reales por persona, aunque los restaurantes también suelen ofrecer por 12 o 14 reales el clásico plato feito (básico de carne, pollo o pescado, con arroz, porotos, farofa y ensalada).
A la izquierda, mirando al mar, sigue Camburizinho, una miniplaya que funciona como un anexo más familiar de Camburi, desde la que se llega atravesando un también pequeño canal.
Y eso es todo, de verdad. Camburi es una invitación constante a no hacer mucho más que surfear (o mirar gente surfeando mientras se bebe un coco gelado , por 3 reales, o se come un vasito de choclo, por 2,5). Pero si, así y todo, hay ganas, por ejemplo, de caminar, se puede emprender una buena excursión de dos kilómetros hacia la derecha (mirando al mar) hasta Praia da Baleia y de dos kilómetros más hasta Barra do Sahy, otras dos playas similares con más surf, más restaurantes, más artesanías y más cocos.
Hacia la izquierda, siempre con el Atlántico de frente, la opción es ir en auto o subirse a un colectivo siguiendo de largo Boissucanga para llegar a Maresias, que está a unos siete kilómetros de espectacular ruta montañosa y selvática, y que es una pequeña ciudad balnearia. En cualquier caso, el viajero que valore esa sensación de tener una playa privada (sin necesidad de invertir fortunas) pronto extrañará y querrá tomar el colectivo de vuelta a Camburi. Como Fernando.
Datos útiles
Cómo llegar
- El pasaje Buenos Aires-San Pablo, ida y vuelta, con impuestos, cuesta desde 200 dólares. En micro se debe tomar el servicio hasta la estación Tietê (27 reales) y desde allí, la línea Litoranea hasta Camburi (30 reales; pedir al chofer que se detenga en la Estrada de Cambury, la segunda parada del pueblo).
Dónde dormir
- Camburi cuenta con una amplia oferta de alojamiento, desde discretas pousadas (paquetes de 400 reales por seis noches) hasta casas en alquiler (400 dólares por día). En este link encontrará unas cuantas opciones: www.camburi.com.br
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