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 • HISTORICO

Airbnb vs. hoteleros: la guerra por los turistas

Mientras la plataforma digital que conecta viajeros con dueños de propiedades crece de manera desmesurada, el sector hotelero, vecinos e inquilinos reclaman por leyes que regulen la actividad de los alquileres temporarios a viajeros




Nadie duda de que Airbnb, la plataforma digital que conecta turistas con dueños que buscan alquilar sus viviendas de manera temporaria, revolucionó la manera de viajar: ya la usaron más de 160 millones de personas en el mundo.
La propuesta de Airbnb nació en 2008 en San Francisco con la idea de recibir visitantes en una habitación de la propia casa del dueño, dentro del auge de la economía colaborativa vía Internet, que se basa en el intercambio, en un mercado alternativo, que promueve los micro-emprendimientos y donde las dos partes ganan.
En este caso, los viajeros, por alojarse en un departamento con todo lo necesario para disfrutar unos días casi como un local y con tarifas que suelen ser mucho más accesibles que las de un hotel, y los propietarios, que aprovechan para generar ingresos extra alquilando sus viviendas.
Pronto se sumaron a la plataforma alquileres de propiedades completas (no compartidas), grandes casas e incluso mansiones y también anfitriones que ofrecen muchas viviendas.
Pero con este desmesurado crecimiento de Airbnb, que generó un mercado turístico paralelo con presencia en 200 países, donde se ofrecen tres millones de alojamientos, también hay perdedores. Esta claro que quedó muy lejos del trueque casi solidario de recibir un huésped en la piecita del fondo de casa. Airbnb factura cifras millonarias.
Se volvió un terrible dolor de cabeza para los hoteleros de la Argentina y del mundo, en pie de guerra contra la puntocom (y otras plataformas, aunque menos populares) que se convirtió en un rival sin precedentes que juega en desigualdad de condiciones. También para los vecinos, que se quejan de que sus edificios se volvieron más inseguros y mutaron en una suerte de hoteles con extranjeros que entran y salen como “Pancho por su casa”.
Además, reclama el mercado inmobiliario porque se trasladan viviendas que se usaban para habitarlas de manera permanente al sector turístico, lo que provoca que baje la oferta y suban los precios a los residentes que necesitan alquilar viviendas a largo plazo.
Los números son exponenciales y justifican el reclamo: “En la ciudad de Buenos Aires, las plazas informales ofrecidas por Airbnb, entre otras plataformas similares, casi ya alcanzan a las plazas formales de la hotelería, que ahora cuenta con unas 65.000”, comenta con resignación Graciela Fresno, presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra). El mismo fenómeno se replica en todo el país, pero tiene más repercusión en las grandes ciudades.
En la Argentina, sólo en Airbnb se ofrecen 22.000 alojamientos (la mitad en Buenos Aires), que en promedio reciben entre 3 y 4 personas por propiedad. Entre 2015 y 2016 la cantidad de alojamientos disponibles en la Argentina en la plataforma creció vertiginosamente en un 67%. El año pasado más de 338 se alojaron por medio de Airbnb en el país, según datos suministrados por la puntocom.
“Hoy tener un hotel en la Argentina no es negocio, es una actividad deficitaria. En el país hay muchos hoteles que van a pérdida o apenas llegan al punto de equilibrio”.

Diferentes reglas de juego

Los cañones de los hoteleros apuntan contra la competencia desleal frente a los alquileres informales. En la ciudad de Buenos Aires está vigente la ley 4632 que rige los alquileres temporarios a turistas, pero con muy baja incidencia y poco acatamiento.
“En nuestra opinión hace falta un mayor impulso para el cumplimiento de la ley. Es esencial que el Estado asuma el protagonismo en este tema, aplicando políticas publicas similares a las que ya se están instrumentando en Nueva York y Barcelona entre otras ciudades para que las plataformas digitales ofrezcan solamente propiedades que están registradas con el fin de dotar de reglas claras y equitativas para quienes proveen servicios de alojamiento. Venimos peleando desde hace tiempo por una regulación, porque Airbnb es una plataforma que funciona como agencia y no paga impuestos. Además por la enorme cantidad de viviendas que trabajan de manera informal, sin cumplir con las mismas obligaciones y normativas que se le piden a la hotelería formal”, agrega Fresno, que detalla dos clases de oferta de alquiler ilegal. Los edificios enteros que se construyen con el fin de ser alquilados a turistas y cada unidad tiene distintos propietarios.
“Ese edificio tiene que regirse por las mismas normas que un hotel. Tienen que estar habilitado como hotel, como apart o como lo que sea, independientemente que tenga uno o muchos propietarios, porque ejerce actividad igual a la de un hotel”, aporta.
La otra situación es cuando los departamentos son aislados, en diferentes edificios repartidos por la ciudad. “La reglamentación debería ser distinta, pero tiene que tener una reglamentación, aunque sea unas disposiciones mínimas”, concluye Fresno.
Las largas listas de impuestos que pagan los hoteles, alcanzan al 40% de la tarifa que cobran e incluye IVA, impuesto a las ganancias, ganancia mínima presunta, impuesto al cheque, ingresos brutos. Cargas sociales, aplicación de convenio colectivo de trabajo, todos los impuestos municipales y locales y servicios, por los que se paga más por ser una actividad comercial. Además, derechos de autor e intelectuales por tener televisión en las habitaciones del hotel.
Los anfitriones argentinos que quieren estar dentro de la ley no saben muy bien ni a quién facturarle por los servicios que brindan, según se puede leer en el foro de anfitriones de Airbnb.
Alberto Abad, titular de la AFIP, anunció hace un mes la intención de cobrarles un impuesto a las plataformas digitales que operan en el país, pero por ahora, según informaron desde el organismo encargado de la recaudación tributaria, no hay novedades sobre el tema.
Desde Airbnb, que desde hace unas semanas cuenta con una oficina en el país, se muestran dispuestos a negociar con las autoridades por el pago de impuestos.
“Estamos en constante diálogo con las autoridades locales y abiertos a conversar. Esto incluye impulsar acuerdos para la recolección de impuestos. Estamos fortaleciendo nuestra operación local y nos interesa crecer en la Argentina”, dice Leila Suwwan, Public Affairs Manager para América Latina de Airbnb.
En relación con los impuestos explica: “A nivel global, Airbnb ha firmado cerca de 275 acuerdos impositivos en Europa, Estados Unidos, Canadá y América latina y ha remitido más de 250 millones de dólares en impuestos. Estamos trabajando para alcanzar acuerdos similares en la Argentina y esperamos poder concretarlos muy pronto.”
En la ciudad de Buenos Aires, la legislatura intentó regular por ley el alquiler temporario a turistas. En 2014 se sancionó por ley 4632 el Registro de Propiedades de Alquiler Temporario Turístico.
La ley, demasiado flexible, por cierto, sugiere de manera voluntaria la inscripción al registro cuando se pongan en alquiler tres o menos propiedades con fines turísticos a corto plazo.
Es obligatorio, recién para dueños con cuatro o más propiedades en locación.
Desde el Ente de Turismo de la ciudad de Buenos Aires, la autoridad que se encarga de los registros de propiedades y de que se cumpla la ley, informaron que sólo hay 183 registros de alquiler temporario y 286 expedientes en trámite. Un número bajísimo en relación con los 11.000 anfitriones que tiene solamente Airbnb en la ciudad.
Está claro, que la ley, tal como fue sancionada, está lejos de darles un marco de legalidad serio a los alquileres temporarios a turistas.
Desde el organismo porteño adelantaron que están trabajando en la modificación del decreto de reglamentación 227/2014, para que se adapte a la comercialización por medio de las nuevas plataformas digitales y sobre todo para que garantice la seguridad jurídica de los turistas, modificaciones que esperan tener antes de fin de año.
También buscan incorporar la exigencia de medidas de seguridad como matafuegos y disyuntores y otras normas que se aplicaron en otras ciudades del mundo.
Hay muy buenos ejemplos para imitar, como el de Nueva York, Barcelona y hasta Ciudad de México.

Tips para alquilar

? El proceso para alquilar en las web de alojamiento temporario es sencillo. Es conveniente asegurarse de que la operación se haga en la web oficial de la plataforma elegida y no seguir vínculos que direccionan a otras páginas engañosas para evitar estafas.
? La comunicación con el propietario se debe seguir siempre por medio de la plataforma, así como los pagos con tarjeta. No acordarlos por afuera.
? Recordar que las casas que se alquilan no cuentan con servicio de mucama (hay que hacer la limpieza) a menos que se gestione aparte. Tampoco incluyen desayuno.
? Es prudente leer con detenimiento la ubicación y características edilicias. Si, por ejemplo, se trata de un edificio con ascensor (en París son habituales los cuarto piso por escalera), si el departamento cuenta con aire acondicionado, electrodomésticos, etcétera.
? Obviamente no hay conserje, botones que se ocupen del equipaje, room service ni atención las 24 horas. Fundamental, acordar con el dueño el horario de llegada para que entregue las llaves y el de partida.

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