Aires liberadores: Vondelpark, Amsterdam
Los tiempos del flower power todavía se perciben en este espacio muy popular en las décadas del 60 y 70, donde muchas cosas están permitidas
21 de octubre de 2012
En la capital de los canales, las casas flotantes y las bicicletas, Vondelpark es donde se concentra la naturaleza de la ciudad. Cada día, este parque invita tanto a los holandeses como a sus visitantes a hacer deporte, disfrutar del arte y, como descanso urbano, a relajarse sobre el pasto para mirar el cielo a cualquier hora, porque no tiene horario de cierre.
Es el mayor respiro de aire fresco en el centro de Ámsterdam y es el parque más famoso del país con 47 hectáreas y estilo inglés. Originalmente se llamó Nieuwe Park, pero cuando en 1867 se colocó una estatua del poeta holandés Joost van den Vondel, la gente comenzó a llamarlo Vondelpark y así quedó rebautizado.
Declarado monumento nacional en 1996 por su valor cultural e histórico, está escoltado por la plaza central (Leidseplein) y tres importantes edificios a una corta distancia: los museos Nacional (Rijksmuseum), de Arte Moderno (Stedelijk) y el mayor centro de arte dedicado a Van Gogh. A su vez alberga interesantes lugares para visitar, como el edificio renacentista donde había funcionado, hasta comienzos de este año, el Museo del Cine, que mudó sus exhibiciones a una nueva casa en Ljpromenade 1. También, el teatro a cielo abierto donde cada noche de verano se ofrecen espectáculos gratuitos.
Su máxima popularidad llegó en las décadas del 60 y 70, cuando los hippies lo convirtieron en su punto de reunión y en el símbolo del todo se puede y casi todo se permite . A pesar de los años, el espíritu liberador de la época flower power todavía se percibe en el ambiente. Desde 2008 y en sintonía con la fama permisiva de la ciudad, una ley propuso despenalizar el sexo libre cuando el sol baja y lejos de las zonas de juego para niños, lo que causó un gran debate. Finalmente hoy su práctica es aceptada, pero restringida al jardín de las rosas o lo que se conoce como la zona de cruising.
Alejados de este sector y para la hora de comer son imperdibles: el edificio modernista de pisos circulares ?t Blauwe Theehuis, donde un café cuesta 2 euros; Vértigo, un bar que tiene unas recomendables medialunas rellenas a 5 euros, y Groot Melkhuis, donde se puede pedir la deliciosa ciabatta fresca con nueces, queso brie y miel.
Un sitio curioso y de interés arquitectónico para no dejar de ver es Zevenlandenhuizen, las casas de los siete países. En la calle Roemer Visscherstraat, estas construcciones de 1894 -obra del holandés Tjeerd Kuipers- se alinean una junto a otra y simbolizan las arquitecturas de Francia, Alemania, Rusia, Italia, Inglaterra, España y los Países Bajos. Cada una lleva una placa que identifica el país que representa, por lo que facilita distinguirlas.
De nuevo hacia la parte sur, para agregar ejercicio al recorrido hay un puesto donde se alquilan patines. Es una buena opción para perderse por los senderos e ir en busca de tres maravillas: la legendaria estatua de Joost van den Vondel realizada por Louis Royer en 1867; Mama Baranka , una escultura que el artista nacido en Curaçao Nelson Carrilho realizó como símbolo de la lucha contra el racismo, y por último, una de las atracciones para los amantes del cubismo, el trabajo realizado en hormigón blanco que Pablo Picasso donó a Ámsterdam en 1965 conocido como The Fish , un pez con boca de embudo, aletas como alas y garras de ave.
Vondelpark convocó siempre a las multitudes, pero en especial el 30 de abril de cada año es el escenario de la celebración más importante que cambia de color el paisaje para teñirlo todo de naranja. El día de la reina es una fiesta nacional en cada rincón de este reino, para conmemorar el nacimiento de la reina Juliana, madre de la actual reina Beatriz I. Por supuesto, el parque no queda afuera de los festejos y los mercados que se organizan allí son los más visitados.
Datos útiles
Recomendado
Un gran plan es tirar una lona junto a la escultura de Picasso (The Fish), disfrutar de un picnic de lujo y escuchar las expresiones de la gente que se encuentra con esta obra. También, beber algo en ‘t Blauwe Theehuis, cuya construcción es increíble y el ambiente acompaña.
Cómo llegar
Con la línea 1 del tranvía, hasta cualquiera de las paradas de Overtoom, y con las líneas 2, 3, 5 o 12, hasta van Baerlestraat. También se llega en autobús urbano; líneas 353 (hasta Overtoom) o 145, 170, 172 y N72, hasta Valeriusplein.