Un extenso campo de aviación y primer country de pilotos que ya tiene ocho residencias con avioneta en la puerta está sobre la ruta provincial número 6 y el arroyo La Choza, de General Rodríguez, a 50 minutos de Buenos Aires por el Acceso Oeste, un viaducto que completará su construcción para septiembre próximo.Para entonces se habrá agilizado la llegada a la pista de 2000 metros flanqueada por 25 hangares que cobijan más de 70 avionetas y un pequeño museo aeronáutico.
Se trata de la EAA Argentina, capítulo 722 de la Experimental Aeronaves Asociación, la sede local entre las 1150 filiales y con 200.000 asociados que en el mundo cumplen los postulados de la entidad: estimular la construcción de avionetas con las propias manos.
Aterrizar junto al quincho
La entrada es libre a lo que fue una estancia que -partida en dos- dejó colindantes y sin división visible la pista y hangares del Aéreo Country Club, un emprendimiento con 350 lotes para amantes de la aviación.
La visita conviene aprovecharla para almorzar en el clubhouse, un quincho donde suelen servirse buenos asados y hasta excelentes pucheros a precios económicos.
A la vista está el constante movimiento de los aviones y hasta se puede tener la fortuna de deleitarse con los entrenamientos de dos asociados de la EAA que componen el equipo argentino de acrobacia aérea en competencias internacionales: Mario Della Rossa y Jorge Manrique.
Toneles, looping, picadas y tirabuzones suman emocionantes maniobras de rigor milimétrico ensayadas para competencias, y que a esos efectos se controlan para afinar los puntajes por lograr en los torneos.
La sobremesa se puede completar con un paseo por la zona de hangares, donde también funcionan snacks donde los chicos suelen hacer sus almuerzos de fast-food.
Lo ideal es conocer a Ildefonso D. Durana, un piloto activo de 73 años -ex FA- y con más de 10.000 horas de vuelo desde los Fokker en adelante -pasando por olvidados DL-DL autóctonos- y que preside la EAA local. Por su puesto, Durana tiene residencia en el country y es el factótum del lugar.
Entre veteranos e iniciales
Resulta el mejor anfitrión para visitar el minimuseo aeronáutico, donde se conservan avionetas de construcción doméstica y hasta una reconstrucción de un Speedfire, el caza que utilizó la Real Fuerza Aérea en la Segunda Guerra Mundial y aparato protagonista de proezas conducidas, por ejemplo, por Douglas Bader, el famoso piloto sin piernas que batió en más de cien combates a sus pares alemanes.
Los visitantes pueden acceder a un vuelo de bautismo por 20 pesos o establecer contrataciones para trayectos mayores y traslados a lugares turísticos.
Durana es un fervoroso de la construcción doméstica de la avioneta propia y la asociación brinda asesoramiento para entusiasmar a los pilotos. Lo hace desde Aviación Sport, el anuario de la entidad, y con volantes publicitarios donde se asegura que los interesados pueden ellos mismos "construir un excelente avión con sólo 3500 pesos", quizá refiriéndose a ultralivianos monoplaza.
Se llega por el Acceso Oeste hasta la ruta provincial número 6, que se toma hacia Etcheverry por 11 kilómetros. La entrada está a la derecha del camino. Los pilotos de otras zonas que quieran aterrizar en el lugar deben usar las coordenadas S 34 40 48 W 59 02 04.
Francisco N. Juárez