Alaska, para quedar helado

Fue grande mi sorpresa al descubrir un territorio muy diverso, donde esa imagen helada existe, pero solo en una de sus regiones, la norte, conocida como El Bush o Círculo Polar Artico. En las otras, el panorama es totalmente diferente, predominando los parques nacionales y estatales, que en el verano se los ve verde, cubiertos de pinos, cedros y arbustos con flores de colores, lagos de aguas azules y verdes, ideales para acampar o hacer trekking y kayaking.

Casi todas las guías de turismo dividen el Estado de Alaska en cuatro regiones:

El Denali es el lugar soñado para los amantes de la naturaleza, donde se puede acampar, alquilar cabañas o alojarse en hoteles. Aquí se puede practicar el senderismo, la navegación y la pesca en el paisaje más majestuoso y virgen de América del Norte. No sólo se vive rodeado de cedros, abetos y pinos, sino que es muy frecuente cruzarse con alces, caribus y ¡osos! En esta zona está la importante ciudad de Fairbanks, la segunda de Alaska por el tamaño, fue construida por los mineros a orillas del río Chena, a principios de siglo durante la fiebre del oro. Los durísimos inviernos de Fairbanks registran temperaturas de hasta 45 ºC bajo cero, oscuridad y penu mbra casi todo el día, con nieblas heladas.

En Barrow el sol sale el 10 de mayo y no se pone por tres meses, pero se observa lo que se conoce como el sol de medianoche. Un punto de interés en esta zona es el oleoducto (the pipeline) que une la ciudad de Prudhoe Bay al Norte con Valdez al Sur por medio de 800 millas (1280 kilómetros)de tubos especialmente preparados con revestimientos que impiden el congelamiento y apoyados en sostenes a más de dos metros de altura para que los osos, alces y caribus puedan pasar debajo.

Estas cuatro regiones me dieron otra imagen de Alaska, un territorio lleno de contrastes. Desde los durísimos inviernos del interior y Norte hasta los veranos templados del centro-sur y sudoeste (en Anchorage, la temperatura media de julio y agosto es de 18º C). Desde la tundra árida del Norte hasta los bosques húmedos y llenos de vida vegetal y animal de los Parques Nacionales del interior y Sur.

Quizá la historia explique otro contraste en sus habitantes. Alaska fue inicialmente territorio de nativos: esquimales, athapaskanos, aleutianos y tlingits, que cruzaron desde Asia cuando este continente estaba unido a América por los hielos del estrecho de Bering.

Luego fue ocupada por los rusos, que trajeron toda su cultura -aún se ven iglesias ortodoxas y samovares en algunas ciudades-. Los rusos explotaron exhaustivamente el comercio de pieles de nutrias, zorros, lobos y focas, usando la mano de obra nativa. Luego comenzó la caza de ballenas y salmones hasta que, en 1867, Estados Unidos compró todo el territorio a los rusos en 7.200.000 dólares.

Desde entonces, el territorio se pobló de cazadores que vinieron en busca de pieles y en 1900, la fiebre del oro atrajo a miles de aventureros que se acercaron a los nativos. De esta parte de la historia provienen los caracteres duros -típicos de las zonas de frontera- que se encuentran en parte de la población.

Pero en los últimos años surgió el turismo como una nueva fuente de recursos para Alaska. Esto trajo aparejado el desarrollo de una gran infraestructura en rutas, aeropuertos, zonas de recreación, alojamientos y servicios del mejor nivel. Muchas personas trabajan en este rubro y por supuesto son amables y con gran sentido de colaboración, aún con los poquísimos visitantes de habla castellana.

A los que quieran jugar con la imaginación les sugiero este territorio. Es desbordante de bellezas naturales y da la posibilidad de convivir con la naturaleza -e incluso con sus animales-, de realizar actividades deportivas diversas, como camping, trekking, avistamiento de aves marinas y ballenas, navegación y pesca (es el paraíso de la pesca del salmón y el halibut).

Todo, con las facilidades del primer mundo y la amabilidad informal de una población estilo muy country, uniformados con jeans azules y camisas escocesas.

Jorge Brusca

Para evitar abrazos no deseados, seguir estas recomendaciones:

La aurora boreal es un fenómeno que se observa en el cielo con máxima intensidad en las cercanías del Polo Norte. Si en las noches despejadas de invierno se ven estrellas, existe una alta probabilidad de poderpresenciar ese fenómeno.

El cielo se cubre con pinceladas luminosas, verdes , rojas , naranjas, que pueden tomar distintas formas. La explicación científica es que el sol arroja constantemente vientos solares, en los que viajan gran cantidad de electrones. La aurora boreal es la interacción de estos vientos con la ionosfera de la Tierra.

Básicamente, es un proceso de descarga eléctrica a gran altitud que ocurre en el espacio. Los diversos colores se deben a que al interactuar estos vientos con átomos de oxígeno y nitrógeno emiten energía en diversas longitudes de onda que determinan los distintos colores: verde del oxígeno; rojo, azul y púrpura del nitrógeno, etcétera.