Anguila, la pequeña vecina británica de Sint Maarten
A media hora en lancha desde la isla franco-holandesa, un destino mucho menos frecuentado, pero con suficientes encantos para elegirlo
9 de marzo de 2014
THE VALLEY.– El restaurante Smokey’s At The Cove es una simple casita de madera pintada en distintos colores, probablemente no de acuerdo con un cuidado criterio estético, sino por la disponibilidad de materiales en el momento de la obra. Una barra semivacía, unas pocas mesas desparejas, una publicidad de cerveza Carib como decoración. Pero así está bien, no necesita más que unas buenas ventanas para que sus comensales se sientan como en el mejor lugar del Caribe: ahí afuera, después de unos metros de arena fina y clara, el mar turquesa convence al más escéptico de que el paraíso también es una posibilidad.
Smokey’s tiene el privilegio de ser la única construcción con vista a la pequeña, pero magnífica playa The Cove, en la también estrecha isla de Anguila. Pero no es un privilegio caro, al menos en lo que respecta a la carta del restaurante, especializado en sopa de legumbres, pollo jerk, Johnny cake y otras delicias caribeñas a buen precio. Por una vez, exclusivo no es sinónimo de prohibitivo.
En toda su sencillez, Smokey’s representa bien a Anguila. Territorio británico del Caribe, es una isla alargada (como una anguila, claro), con 26 kilómetros y 5 kilómetros en su parte más ancha. Y plana, con su máxima altura en un monte de menos de setenta metros. Queda muy cerca, hacia el norte, de la franco-holandesa Saint Martin-Sint Maarten. De hecho, en cuanto a turismo, Anguila suele ser una excursión por el día para quienes vacacionan en Saint Martin, a 30 minutos de lancha.
Pero esta isla da para más que unas pocas horas de tour si se quiere disfrutar realmente de sus playas despojadas, de su sorprendente hotelería y de una parsimonia aún mayor que la de otros relajados vecinos. Porque se necesita tiempo para descubrir y aprovechar sitios como Smokey’s donde, a diferencia de lo que ocurre en otras islas, conviven por igual locales con turistas. Sobre todo a la noche, cuando hay música en vivo.
Uno de los músicos frecuentes en Smokey’s se llama Omari Banx. Cantante y guitarrista, es hijo de una leyenda local, Bankie Banx, probablemente el músico más importante de la isla. Bankie ha sido llamado el Bob Marley de Anguila, pero la verdad es que su mezcla de reggae con folk rock le debe también mucho a otro Bob con el que tocó y grabó en más de una oportunidad: Dylan.
Con dreadlocks, barba blanca e infaltable sombrero de cowboy, Bankie organiza todos los años, desde los 90, el festival de música Moonsplash, por el que han pasado pesos pesados del reggae jamaiquino como Gregory Isaacs, Marcia Griffiths, Bunny Wailer y Tarrus Riley.
Los conciertos tienen lugar en el escenario junto a The Dune Preserve, un rústico bar sobre la espectacular playa de Rendezvous Bay. Más allá de los días de festival, The Dune Preserve es un lugar a visitar, un verdadero, aunque inesperado, highlight caribeño. En su actual versión (hubo anteriores, arrasadas por distintos huracanes) es una dinámica construcción con maderas de antiguos barcos y botes que parecen más apiladas que ensambladas, entre las palmeras. Allí se puede escuchar muy buena música y tomar y comer algo ligero todos los días. Por la noche, el propio Banx suele amenizar con la guitarra, mientras su perro Gipsy lo espera echado, con paciencia anguileña, junto a un escenario más bajito que él. Toda una experiencia, el Dune Preserve. Sólo hay que tener cuidado a la hora de retirarse porque la marea puede subir hasta el pie de la escalera del ingreso por la playa.
Reggae en las dunas
Curiosamente, The Dune Preserve sólo cuenta con un único y absolutamente contrastante vecino en Rendezvous Bay: CuisinArt, un resort cinco estrellas, de inspiración mediterránea, que también tiene su historia.
El hotel, inaugurado en 1999, es propiedad del neoyorquino Leandro Rizzuto, dueño de los electrodomésticos CuisinArt (de hecho, todas las villas están equipadas con sus cocinas y secadores de pelo). En los últimos años, Rizzuto incorporó a su propiedad el campo de golf vecino, anteriormente de Robert F.X. Sillerman (entre otras cosas, coproductor ejecutivo de la puesta de Mel Brooks Los productores). Diseñada por el australiano Greg Norman, la cancha de 18 hoyos y su nuevo clubhouse merecen figurar en cualquier ranking de los greens con mejor vista del Caribe. No por nada amigos de Sillerman como Dan Brown (autor de El Código Da Vinci) y Simon Fuller (el irritable jurado de American Idol) tienen a su nombre millonarias propiedades junto al campo.
Aunque no necesitaría mucho más que la espectacular playa Rendezvous y sus discretas villas blanco-Mikonos sobre la arena, CuisinArt cuenta, además, con un lujoso spa y con una curiosa y promocionada huerta hidropónica, en la que se utilizan soluciones minerales en vez de suelo agrícola para el desarrollo de los vegetales (que luego se preparan en los restaurantes del resort).
Lo que podría ser una mínima nota al pie de página en el brochure de este hotel es en realidad un dato fundamental sobre Anguila: si allí se aplica la hidroponía es porque la arenosa isla, sin agua dulce (no hay ríos, pero sí lagunas saladas), es perfectamente inadecuada para el cultivo. Y esa característica justamente marcó el destino de Anguila en tanto colonia británica.
Como en otras antillas, aquí también se pretendió desarrollar un sistema de plantaciones trabajadas por esclavos secuestrados en África. Pero en este caso el negocio no resultó debido a la pobreza del suelo y los terratenientes pronto migraron a otras colonias y a Europa, liberando de hecho a los esclavos, que permanecieron en Anguila y se establecieron mayormente como pescadores, dueños de sus propios destinos y sin tampoco un control británico tan firme. Esto, aseguran los mismos anguilense, marca una diferencia en el carácter de la población local con otros descendientes de africanos caribeños en, por ejemplo, Barbados o Jamaica.
Los primeros pobladores de la pequeña Anguila habrían llegado desde el norte de América del Sur. Luego de supuestos descubrimientos de franceses y holandeses, los ingleses la tomarían en el siglo XVII, para administrarla junto con Saint Kitts y Nevis. Sólo en 1980, Anguila pasó a independizarse a medias, como una... dependencia autónoma.
Hoy, Anguila cuenta unos 8000 habitantes, que incluyen hasta inmigrantes chinos al frente de tiendas de conveniencia, mayoritariamente instalados en la capital, The Valley o El Valle. La ciudad es un disperso caserío que no se esfuerza por complacer a turistas en plan de compras ni en safari fotográfico. Las 33 playas de la isla se hacen cargo de todo lo que haga falta.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión a Saint Martin/Sint Maarten. Copa vuela regularmente de Buenos Aires y de Córdoba a la isla franco-holandesa, con conexión en Panamá. Tarifas, desde 1385 dólares (impuestos incluidos). En Saint Martin hay un servicio de lanchas con varias salidas cada media hora o 45 minutos hacia Anguila, entre las 7.30 y las 18. El último shuttle desde Anguila hacia Saint Martin sale a las 19. El pasaje ida y vuelta cuesta 30 dólares y el viaje (que dependiendo de las olas puede llegar a ser bastante movido) lleva entre 25 minutos y media hora.
Moonsplash
La nueva edición del Moonsplash, el festival musical más importante de Anguila y uno de los principales eventos de reggae del Caribe, tendrá lugar entre este jueves y el sábado.
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