
Los tipos son así: una vez que te olvidaste de su existencia, aparecen. El de la fiesta (ese que no me acuerdo ni qué cara tenía) me mandó un texto ayer a la tarde presentándose como "el amigo de Juan Manuel", el marido de mi prima. Contesté enseguida y llamó directamente. Punto para el señor. Viaje de trabajo, complicaciones varias, "te iba a llamar antes pero se me fueron pasando los días". (¡Las semanas!).
-¿Tomamos algo mañana después del laburo?
-Dale.
-¿Te busco y vemos dónde?
Así que hoy me busca. Me vine con clásico look "día de oficina con programa a la noche" que vendría a ser dos o tres escalones por encima de lo habitual sin pasarse a la obviedad absoluta de "me produje toda porque te veía". Digamos que un equilibrio entre lo cuidado y lo casual. Me río sola porque no debe haber un solo hombre que note la diferencia.
La onda frío polar no contribuye. A veces envidio a esas minas que van por la calle con mini de jean, medias gruesas y botas de caña alta con un polerón y camperita de cuero todas cancheras. Yo simplemente no lo resisto. Se ve que mi hipotiroidismo me hace sumamente intolerante al frío. No me puedo escapar del tapadote, la bufanda y las capas de abrigo. Glamour cero. En definitiva, en invierno tal vez se trate para algunas de estar linda de los hombros para arriba: brushing hecho esta mañana, make up cuidado y ya. Me divierte el programa de sentarme a charlar con alguien nuevo, conocer a una persona y salir de la rutina. Un poco de compañía masculina, ¿no? Casi le pregunto cómo nos íbamos a reconocer pero supongo que un auto con balizas en la puerta de la agencia será indicio suficiente.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
