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Arraial d´Ajuda: donde el bikini es la vestimenta oficial

En estas playas cercanas a Porto Seguro, los tics de la vida urbana se van al fondo del mar




ARRAIAL D´AJUDA (El Mercurio, Santiago, Chile).-- Joel es chileno, pero se pasea por Arraial d´Ajuda como si fuera un brasileño más. Viste shorts, polera y hawaianas todos los días, cuando va a la playa usa una zunga, se tira sobre la arena sin toalla, saluda con un alegre bom dia en su portugués con un dejo de acento chileno a quien se le cruce por delante, todo el pueblo lo conoce y adoptó la misma cara sonriente de muchos bahianos, mezcla de relax y felicidad.
Como él hay muchos, la mayoría hippies de los años 70, que dejaron ciudades como París, Sao Paulo, Buenos Aires o Milán para mezclarse con los nativos de este tranquilo, aunque ya no tanto, pueblo inmediatamente al sur de Porto Seguro, fundado por los jesuitas en el siglo XVI, poco después de la llegada de los portugueses a Brasil.
Antes de los hippies, Arraial no era más que una caleta de pescadores y el santuario de Nossa Senhora d´Ajuda. El santuario se mantiene y las procesiones del 15 de agosto en su honor hasta el lugar, también.
De hecho, Arraial significa encuentro de romerías. Pero las romerías hace ya un tiempo dejaron de ser exclusivas de los devotos de la Virgen y dieron paso a una creciente peregrinación de jóvenes mochileros, ejecutivos cansados del ritmo agitado de la ciudad y familias ávidas de buenas playas donde pasar sus vacaciones.
Esta imparable migración fue dando forma al Arraial de hoy. Desde la balsa que atraviesa el río Buranhém y que une el pueblo con Porto Seguro, hacia el Sur se fue llenando de posadas, hoteles y restaurantes. Primero fueron unas pequeñas barracas a la orilla del mar y una que otra posada alrededor de la iglesia de Nossa Senhora d´Ajuda en lo alto de una colina. Después, agencias de turismo y restaurantes más sofisticados en la estrada do Mucugê (la que lleva a la playa del mismo nombre). Finalmente, la construcción de resorts con todo tipo de actividades y un espectacular parque acuático.

Justo equilibrio

Visto así, es mucho más masivo que Trancoso, su vecino sofisticado y tranquilo donde se van a refugiar estrellas de la televisión y el cine. Pero, a la vez, está a años luz del movimiento permanente que tiene Porto Seguro, donde llegan hordas de estudiantes en viaje de estudio, programas de vacaciones para adultos mayores y grupos que vienen con todas las vacaciones organizadas, que esperan que los lleven de una playa a otra a bordo de un ómnibus con aire acondicionado.
Arraial combina en dosis casi perfectas lo mundano con lo rústico, lo agitado con lo relajado, lo chic con lo sencillo, lo masivo con lo exclusivo y, sobre todo, lo cosmopolita con lo nativo. Un ejemplo de esta exquisita mezcla son los niños. Pueden ser hijos de franceses con argentinos, pero hablan un portugués perfecto y se encaraman a los cocoteros o salen a mariscar erizos igual o mejor que el hijo de un pescador bahiano.
"Se nota enseguida cuando llega un chileno o un argentino al pueblo. Son los únicos que van a la playa vestidos y con bolsos. Con razón están preocupados de si les van a robar o no --se burla Joel--. Aquí andan en bikini y pareo, nada más." Circular así es por lejos la mejor opción. Al final, el bolsito y la ropa se transforman en una molestia y uno no sabe qué hacer con ellos cuando llega al Recife de Fora, una barrera de coral de 17 kilómetros de largo frente a Porto Seguro.
Este es uno de los paseos más masivos que se puede hacer desde Arraial. La experiencia vale la pena, aunque sea para navegar un poco en velero. Unas cinco embarcaciones esperan el punto de bajamar para llegar al arrecife, mientras los pasajeros se van preparando con zapatillas de lona --indispensables para caminar por los corales-- y snorkels para intentar ver peces de colores en la laguna que se forma en el centro del arrecife.
La estada es corta, mientras dura la bajamar, pero suficiente para que la gente chapotee en el agua, la agite bastante como para no poder ver nada más, se saque varias fotos y reciba buenas dosis de rayos ultravioleta. Al parecer, el paseo cumplió con las expectativas, porque grandes y chicos van con la sonrisa dibujada en la cara y se pelean por comprar la remera del arrecife, para que no quede ninguna duda de que ellos estuvieron ahí.

Juegos en el agua

El parque acuático es otro de los puntos más concurridos de Arraial. Hasta el lugar se desplazan ómnibus repletos de entusiastas bañistas provenientes de Porto Seguro. A las 10 de la mañana en punto, cuando abre el parque, la gente ya hace fila para entrar. La idea es aprovechar al máximo el día, porque a las 3 de la tarde casi todo el parque está en sombra.
Hay una gran piscina con olas, posibilidad de hacer kayak en el mar, voley en el agua y canopy. Pero la principal atracción son los toboganes. La primera vez que uno sube la escalera, el pecho se aprieta y la respiración se acelera; al deslizarse la sensación es indescriptible, como si se fuera a salir el corazón por la boca.
La mejor forma de tomarle el pulso a Arraial es hacer como los locales: caminar. Caminar sin cesar, del pueblo a la playa, de una playa a otra, por las calles, por la caleta de pescadores, en la noche para salir a comer.
Nunca apurado, siempre a ritmo lento, paseando, observando cada detalle. Es la única manera de darse cuenta de que en medio de la plaza de Arraial hay un cementerio --como el de la Recoleta--, que en la ladera que hay justo debajo de la iglesia emana agua que dicen es bendita y que los nativos beben de ella para sanar sus males.
También es posible ver cómo João, un pescador, le agradece a Lemanja, la diosa del mar, por la buena pesca que tuvo durante el día.

Datos útiles

Cómo llegar

En avión US$ 556

Hasta Porto Seguro, de ida y vuelta, con tasas e impuestos.

Alojamiento

Las posadas cobran alrededor de 150 reales la noche, para dos personas, según los servicios que ofrecen.
Un paquete de 7 días, cuesta desde 630 dólares. Incluye aéreo, traslados y alojamiento.

Traslados

El taxi desde el aeropuerto de Porto Seguro hasta Arraial d´Ajuda cobra 80 reales.

Paseos

La entrada al parque acuático cuesta 36 reales. Ir a la Ilha dos Aquários sale 20 reales. La excursión al Recife de Fora cuesta 30 reales.
El recorrido en ultraliviano desde la playa de Taípe sale 50 reales. Una excursión de buceo cuesta desde 80 reales con equipo incluido.

En Internet

www.arraial-dajuda.com.br , wwww.arraialdajuda.com

M. Soledad Holley

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