Son 22 kilómetros de la ruta provincial 6, que corren entre dos accesos ruteros. Uno, el de la ruta provincial 24, proviene de General Rodríguez y el Acceso Oeste, que flanquea esa localidad bonaerense. El otro es el de la ruta 200 que desemboca en la 6 desde Marcos Paz. El tramo permanece -sin la prometida autopista- con baches y rugosidades, pero lleva hasta destinos de fin de semana y paradores parrilleros.
El camino más corto desde Buenos Aires es por la Autopista del Oeste, con desvío en General Rodríguez, para seguir por el llamado Camino del Lechero. Al llegar a la ruta 6, a doscientos metros a la derecha está la parrilla El Ladrillo.
Es un modesto comedor de campo atendido por Ernesto y Gabriela Ulvedal (02323-436113) que ofrece almuerzos a 7,90 pesos, bebidas y postres aparte, pero que además de las dos empanadas fritas por comensal brinda sabrosos escabeches de pato, vizcacha y pollo.
Esos entremeses se completan con cueros y patitas de cerdo y verduras preparadas. La mesa de ensaladas se ataca a la hora de la parrillada, cuyas achuras y carnes llegan escalonadas e incluyen pollo y lechón.
Por el aire o a caballo
Si desde allí se toma la ruta 6 en dirección sur, a cinco kilómetros está el acceso del entrecortado pavimento a Plomer, un pequeño pueblo que hace años sentenció el cierre de su ramal ferroviario. Poco antes, en la estancia San Antonio, los fines de semana funciona una escuela de parapente y cerca del casco acampan escolares atraídos por una granja educativa.
La anfitriona, Eloísa González Alzaga, también da hospedaje y ofrece días de campo y cabalgatas (reserva por el 0220-4901010 y el 4803-2251).
Siempre en dirección sur, tres kilómetros y medio más adelante y a la izquierda, está el Club de Campo Los Ombúes. Una extensión de 47 hectáreas parquizadas y arboladas para su diseño de 9 hoyos de dos salidas y un putting green frente al Club House de terraza elevada, donde una confitería-restaurante domina los fairways y también la piscina.
Los que se alberguen en alguno de los ocho dormies independientes pagan 90 pesos por sábado y domingo con todas las comidas (asados y platos caseros), desayuno y dos meriendas, y las actividades incluidas en la tarifa: golf, voley, fútbol 5, tenis, caballos y bicicletas.
Otros entretenimientos y un nuevo parque de juegos para chicos se suman a un circuito de caminos abovedados y hasta una pequeña laguna (reservar por el 4567-2220 y el 15-4940-2525).
La rosada está en Las Heras
Muy cerca se pasa frente al acceso a Villars, otro pueblo que quedó sin tren. Luego la ruta 6 trepa al puente que supera las vías y continúa dejando a la derecha lo que en otros tiempos fue la laguna que pertenecía a una estancia jesuítica.
Finalmente, por ese camino se llega al acceso de la ruta 200, que marcha hacia Las Heras y Navarro, su laguna y sus comedores de campo. Pocos metros más adelante la 6 trepa a un puente que, al bajarlo, da con la interrumpida ruta 200, que llega desde Merlo.
También está allí el rancho criollo La Rosada (ex restaurante de campo La Frontera). El cambio de firma de la parrilla propicia un menú por 10 pesos con empanadas fritas y un abundante plato de fiambres como entrada antes de la parrillada, el pollo al disco o al ajillo.
Los que comen a la carta pagan la porción del lechón al asador 4 pesos. Junto al quincho suele estar -con atavíos gauchos- Ramón Farías, un cordobés de Río Ceballos que hace años recaló en Villars.
Por sólo 2 pesos brinda un paseo en sus pingos y hasta podría vender sus últimos tesoros: un par de patacones de plata y una guitarra de 1918 en la que -asegura- rasgueó un compañero de Gardel.
Francisco N. Juárez