
Aspen: frente de temporada
El complejo de esquí más famoso de Estados Unidos comienza el invierno con nieve en polvo, servicios de primer nivel, el glamour de siempre y, sorpresa, con tarifas disponibles
16 de noviembre de 2008

ASPEN.- Cuando está lejos de su casa en Aspen, Christie dice que vive en Colorado. Si le piden más especificaciones, admite que vive en la montaña. Pero confiesa que, en lo posible, evita mencionar que vive en Aspen.
"Porque entonces tengo que explicar que no vivo en una casa de 10 millones de dólares ni tengo una limu ni conozco a Brad Pitt –suspira Christie, de 26 años, mechones fucsia en el pelo rubión, empleada de un negocio de ropa de esquí–. Y que Aspen es como cualquier otro pueblo típico de Estados Unidos, con su iglesia, supermercados o departamento de bomberos."
Bueno, lo de típico es relativo. El famosísimo centro de esquí de Colorado, que por estos días arranca su esperada temporada de invierno, sigue siendo el destino preferido de una larga lista de estrellas de Hollywood, entre ellos Michael Douglas, Antonio Banderas, Goldie Hawn, Jack Nicholson o Kevin Costner (que incluso se casó aquí, en su rancho, como le gusta llamar al actor a la espectacular propiedad que tiene sobre un lago).
Y si usted no es ni Mariah Carey ni Roman Abramovich, no está emparentado con los Kennedy, no tiene un perro tamaño pocket o un tapado de piel hasta el suelo, mejor evite las calles de Aspen durante las semanas de Navidad y Año Nuevo. Del 22 de diciembre al 5 enero, los precios de este encantador pueblito victoriano se disparan a las nubes, y ni las tiendas de Prada, Gucci o Fendi se salvan de la fiebre de compras. Además, encontrar alojamiento es toda una odisea: el lujoso hotel Little Nell, por ejemplo, tiene una lista de espera para esas fechas de... siete años.
Pero tanto brillo, elegancia y sofisticación pueden llegar a opacar una de las características más notables de Aspen: nada menos que sus pistas, que han hecho del complejo uno de los mejores centros de esquí del mundo.
Lo que se llama Aspen es, en rigor, la unión de cuatro montañas: Aspen, Aspen Highlands, Buttermilk y Snowmass. En total son 2114 hectáreas esquiables, con alturas de entre 2400 y 3700 metros, 336 pistas marcadas, pendientes ilimitadas y la nieve más fresca que se pueda imaginar (en gran parte, dicen los que saben, gracias a la escasa humedad ambiente).
Las montañas están todas relativamente cerca (Snowmass es la más alejada, a 14 km de la ciudad), pero moverse de una a otra no es problema. Durante todo el día hay un servicio de shuttles gratuitos que las conecta, además de corralitos en la base de cada cerro para dejar los esquíes y no tener que cargarlos (basta avisar adónde irá uno a esquiar al día siguiente para encontrar las tablas en la montaña correspondiente, con puntualidad suiza).
Aunque la nieve en polvo –o champagne, un término acuñado en estos pagos– es común a las cuatro montañas, cada una de ellas tiene, por otro lado, su estilo propio.
1) Aspen, o Ajax para los locales, tiene la ventaja de estar en pleno centro del pueblo, por lo cual se llega a pie. No tiene pistas verdes, y sí muchas Black Diamond y Double Diamond (entre tanto glamour..., ¿cómo podían llamarse, si no, las pistas que comúnmente se denominan negras?). Parece increíble, pero hasta 2001, los snowboarders tenían el acceso prohibido a esta montaña.
2) Aspen Highlands, con sus bajadas larguísimas hasta la base, es la preferida de los locales. Y también es célebre por ofrecer una de las experiencias más radicales de Aspen, el Highland Bowl, que consiste en una caminata de 30 minutos, cuesta arriba y esquíes al hombro, para luego lanzarse por una pendientes de hasta 45° y nieve sin pisar. Su otro sello distintivo son las majestuosas vistas de los Maroon Bells, los picos más fotografiados de Estados Unidos.
3) Buttermilk es la montaña para principiantes, pero a la vez es sede de uno de los encuentros deportivos más extremos del invierno, los ESPN Winter X Games. Un dato: cuando terminan los juegos, a fines de enero, el terreno con obstáculos queda libre para esquiadores y snowboarders, que además pueden derrochar adrenalina en los saltos de su legendario snowpark.
4) Snowmass tiene cuatro veces el tamaño de Aspen –no por nada algunos le dicen snowmassive– y pistas para satisfacer todos los niveles de esquí. La villa está hecha a nuevo y es un complejo en sí mismo, con hoteles, restaurantes, boutiques y hasta un centro acuático. La idea es que Snowmass se complemente con Aspen, por lo cual el resort ya se promociona como Aspen Snowmass. Entre las novedades del lugar se destaca el Treehouse, una guardería y escuela de esquí con salas interactivas para chicos de todas las edades. La casita tuvo una inversión de nada menos que 17 millones de dólares.
Aun en las épocas más concurridas –y teniendo en cuenta que a Aspen llegan cerca de un millón y medio de personas por temporada–, las colas en los medios jamás superan los cinco minutos.
Antes de subir a la silla no está de más tomarse una taza de café o sidra caliente, bienvenidas inyecciones de calor que se ofrecen gratis en toda la montaña.
Para los mortales...
Dentro de ese cuento fantástico que es Aspen, existen resquicios para pasar unas vacaciones de película, pero con precios para aquellos que van a ver películas y no que las protagonizan. Hay que darle un poco de crédito a Christie cuando dice que la gente normal también puede venir y vivir en esta espléndida villa, la misma que alguna vez supo ser un próspero asentamiento minero.
Por ejemplo, ya se sabe que lo más aconsejable es no llegar en Navidad. La temporada de nieve es larga, desde fines de noviembre hasta mediados de abril, y con excepción de esas tres semanas locas de fin de año (además de la última semana de enero, cuando están los Winter X Games) se puede conseguir alojamiento por tarifas más que razonables.
Otro detalle para tener en cuenta es que si el turista llega directamente a la ventanilla, puede pagar 87 dólares por día en medios de elevación, mientras que si compra los pases a través de agencias u operadores antes de viajar se ahorra hasta el 50% (es decir, no mucho más caro que esquiar en Bariloche).
A la hora de comer, Aspen tiene más de 100 restaurantes, desde el renombrado Montagna o el muy de moda Matsuhisa (del mismo dueño de Nobu) hasta clásicos como The Tavern, Bonnie’s o Sun Deck, donde por 10 dólares –el precio de una hamburguesa o una ensalada Caesar– se puede paliar el hambre.
Pero lo que sería un pecado no saber es que la mayoría de los restaurantes tienen su bar menu, ofreciendo en la barra los mismos platos que el menú ordinario, pero a mucho menor precio.
El museo de Arte de Aspen, en tanto, es gratis los viernes (el resto de la semana, con el pase de esquí se obtiene un 50% de descuento en la entrada). Porque además de ser un distinguido resort de esquí en invierno y una meca de deportes de montaña en verano, Aspen es un reconocido centro cultural, famoso por sus festivales, escuela de música, galerías de arte, conciertos y decenas de eventos mundialmente aclamados.
Ahora existe una última opción para viajar lowcost a Aspen y encima hacer negocio: unirse a la legión de argentinos que cada temporada viene a trabajar aquí –de instructores, mozos, choferes, botones de hotel– y, en su tiempo libre, disfruta de la mejor nieve con la que se pueda soñar. Y también, por qué no, a ver si en una de esas secruzan con Catherine Zeta-Jones o Luis Miguel o Brad Pitt. Quién sabe.
Datos útiles
Como llegar
- American Airlines vuela al aeropuerto de Eagle, a 130 km de Aspen (con conexiones desde Miami, Nueva York o Dallas), a partir de US$ 1665 (con impuestos). Informes: www.aa.com/espanol ; 4318-1111 o 0800-444-8425.
Donde dormir
- Hotel Jerome. Declarado Monumento Histórico Nacional, tiene 92 habitaciones, gimnasio, dos restaurantes y pileta climatizada. En baja hay habitaciones a partir de US$ 215 (en base doble, por persona, con desayuno). En alta, desde 550. reservations@hjerome.com
- St Regis Resort. Es famoso por su exclusivo spa, el Remède, que tiene sala de oxígeno saborizado, jacuzzi con cascadas, masajes para parejas y salones de relax con champagne, bombones y tes. Hay habitaciones dobles a partir de US$885, con desayuno. www.stregisaspen.com
- Entre las opciones económicas hay paquetes para la Early Season (25 de noviembre a 12 de diciembre) que incluyen, por ejemplo:
- Siete noches de alojamiento en un condominio categoría estándar (Woodridge) para 4 pasajeros (2 dormitorios, 2 baños, living con chimenea, cocina), además de seis días de medios, por US$ 508,50 por persona (más impuestos hoteleros).
- Siete noches de alojamiento en hotel moderado (Wildwood Lodge) para dos personas (la habitación doble incluye desayuno), más seis días de medios, por US$ 627 por persona (más impuestos hoteleros). Más info, en www.aspensnowmass.com
Donde comer
- Explore Bookselleres and Bistro. En 221 East Main St., esta librería de pisos pulidos de madera y mullidos sillones de cuero también tiene su restaurante, un íntimo bistro de estilo victoriano con cocina vegetariana (tan rica que los amantes de la carne también la disfrutarán).
- The Cigar Bar: es el único para fumadores. Con mucho humo, claro, luz tenue y cortinas de terciopelo, parece salido de un film de Humphrey Bogart.
- Club Nine: para almorzar, está en el corazón de Aspen Highlands, aunque a la noche se puede subir en snowcat. La especialidad es la raclette.
- Lynn Britt Cabin: también está enclavado en la montaña, esta vez en Snowmass, y el precio promedio del plato (como risotto con pato, por ejemplo), es de US$ 20. Esta temporada, Snowmass inaugura cuatro nuevos restaurantes, uno de ellos en la montaña (Sam’s Smokehouse) y tres en la base: Sweet Life, Liquid Sky y Junk (que, pese al nombre, es vegetariano y muy sano).
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