

Ellas sirven un plato caliente de comida, ofrecen una bebida fresca y brindan una manta para mitigar el frío. También alivian, complacen y a veces malcrían a los pasajeros.
Para el Instituto Nacional de Aviación Civil son tripulantes de cabina de pasajeros (TCP); para las aerolíneas, auxiliares de a bordo y para los turistas, las azafatas.
Sin embargo, cuando se las llama así, ponen la misma cara de disgusto que los coiffeurs cuando se les dice peluqueros. "Nuestro trabajo no sólo consiste en dar y retirar bandejas, sino sobre todo ocuparnos de la seguridad de los pasajeros", aclara Florencia Temperley, TCP de Southern Winds (SW) desde 1998.
De hecho, las primeras azafatas eran enfermeras y el 17 de diciembre último la profesión cumplió cien años, al recordarse el avión de Carolina del Sur que por primera vez en la historia levantó vuelo con una de ellas en su tripulación.
Actividad todo terreno
Es cierto, no sólo son caras bonitas que ofrecen carne o pollo en inglés y español. Se les prohíbe medicar, pero para estar donde están, deben saber practicar una resucitación cardiopulmonar, manejar un tensiómetro, brindar oxígeno, operar luces de bengala, salvar a un ahogado, disuadir a un pasajero violento y hasta poder nadar en situaciones adversas.
A veces les toca transportar órganos que salvarán la vida de una persona. Otras, atender un preso que viaja junto al fuselaje. Muchas veces, disuadir a un turista alegre para que resigne el próximo vaso de vino por un café.
Comen paradas, hacen equilibrio, calientan mamaderas a toda hora y encuentran soluciones para los casos más inverosímiles. "Mi experiencia más triste fue durante un vuelo a Lima --recuerda Fernanda Oliden, ahora comisario de a bordo en Aerolíneas Argentinas (AA)--. Una mujer subió al avión con un bebe de 10 meses que no paraba de llorar. Yo tenía entonces una hija de la misma edad y enseguida intuí que pasaba algo raro. Y era así: la mamá de ese bebe se estaba muriendo de cáncer y le habían pedido a alguien que lo llevara a Perú. Lo primero que hice fue ir a llorar al baño y cuando logré componerme, volví, lo abracé y lo acuné hasta que se durmió."
"La experiencia de vida influye mucho en el desempeño de los tripulantes de cabina --ejemplifica Jorge Nogueira, jefe de Capacitación de Tripulación de Cabina de AA--. Dentro de un avión pasan muchas cosas, pero las estadísticas dicen que el 33% de las personas tiene dificultades para viajar y la mayoría de sus complicaciones es por fobia al vuelo, falta de oxígeno y, sobre todo, por estrés."
Por otra parte, desde hace unos años, los TCP de todas las aerolíneas del país (desde fines de los ochenta, también varones) reciben entrenamiento en CRM (Crew Resourse Managment), una materia en la que se habla de la cadena de errores.
Hoy día ya no importa la cultura general de un tripulante, sino que conozca al dedillo todos los rincones del avión donde opera y que pase holgadamente una evaluación de aptitud psicofísica.
Tanto en AA como en Southern Winds y otras empresas de cabotaje, todos los TCP deben tomar anualmente cursos de recapacitación. Conversan con médicos, se plantean casos hipotéticos para ver cómo actuar durante emergencias, se tiran de toboganes, resucitan enfermos y vuelven a arrojar bengalas.
Además, por supuesto, perfeccionan su inglés, toman cursos con un maestro sommelier y repasan cómo se oxigena el vino tinto, dónde se pone el pan y otras técnicas de servicio. El legendario mito de la belleza, por su parte, sigue siendo importante aunque con variantes dentro de cada empresa.
Si toma un vuelo de Iberia, por ejemplo, la edad avanzada de las auxiliares lo tomará por sorpresa. En la Argentina, todas se jubilan a los 50 años, con opción a un lustro de gracia. Mientras SW desestima la altura y da mucha importancia a la juventud, el encanto y la simpatía de sus aspirantes, AA quiere mujeres que midan al menos 1,60 m y hombres que superen el metro setenta.
Cuidados especiales
Habrá notado que al llegar a destino, mientras usted es una piltrafa, las auxiliares que lo atendieron están tan rozagantes como cuando lo recibieron. Pero deben verse bien a reglamento. En SW les envían periódicos memoranda, para recordarles, por ejemplo, que sólo pueden usar dos anillos, deben pintarse las uñas de un color nacarado o natural y que cada oreja sólo llevará un aro. Ahí no concluye todo. Además de proveerles dos uniformes completos todos los años (el 5 de enero estrenan un refinado diseño español, en negro y celeste), AA les regala 12 pares de medias por año. Si todavía no lo pensó, cuando toquemos el tema de las bonificaciones en pasajes, seguramente sentirá que ha errado su profesión: al año de ingresar en la empresa, AA les regala pasajes de cabotaje gratuitos a cada TCP, su cónyuge e hijos; el 2° año, pasajes regionales y al 3°, internacionales. En SW, bastan 6 meses de pertenencia a la compañía para alzarse con pasajes para toda la familia (padres incluidos). Todos esos beneficios, sin duda, los pagan con su inestimable trabajo.
Dónde, cómo y cuándo graduarse
Aunque existen escuelas privadas, el Centro de Instrucción de Aeronavegación, que depende del Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina, es el único organismo nacional que brinda la licencia de tripulante de cabina de pasajeros. Los hombres ya ocupan el 50% de las vacantes en los cursos de capacitación. Carlos Copello, jefe del Departamento de Gestión Académica, explica que durante el ciclo 2004 ese organismo dictará tres cursos sobre el tema:
-Del 15-3 al 22-8 (se repite el 3-7 al 2-8), un curso diario (inscripción $ 40, matrícula $ 70 y 3 cuotas de $ 190)
-El 6-3 comienza un curso anual sólo los sábados (inscripción $ 10, matrícula $ 70 y 9 cuotas de $ 70)
-El 22-3 comienza un curso diario durante 12 semanas ($ 450).
Puede consultarse la Web www.inac.edu.ar o solicitar informes por el 4629-8898 Int. 106. Las clases se imparten en Eva Perón 2200, ciudad de Morón, Bs. As.
Los requisitos para presentarse como auxiliar de abordo en Aerolíneas Argentinas son: ser argentino nativo o naturalizado, vivir en un radio de 30 km de la Cap. Fed., nivel intermedio de inglés, estatura 1,60 m (mujeres) y 1,70 (hombres), tener licencia de TCP (no excluyente), certificado psicofisiológico vigente y saber nadar. En las demás aerolíneas los requisitos y el entrenamiento son similares.
Mónica Martin
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