
USHUAIA.- Poblada de historias y de leyendas, pero deshabitada, albergó a yamanas, corsarios, presos militares, expedicionarios, científicos y náufragos agonizantes, pero se mantiene inalterada. La Isla de los Estados, conocida por los marinos como la "isla fantasma", por las nubes casi permanentes que la cubren, descansa, acunada en su mito, en el mar austral, lejos del hombre.
La isla es, en realidad, la última aparición en superficie de la cordillera de los Andes, que emerge 24 kilómetros al este del extremo oriental de Tierra del Fuego, separada por el turbulento estrecho Le Maire, donde el agua bulle por el choque de dos titanes: la corriente marina que baja de las Malvinas, y los vientos desenfrenados provenientes de la Antártida.
Visitar la Isla de los Estados es uno de los placeres que pocos navegantes y aventureros se pueden dar. Este territorio, que con los islotes adyacentes ocupa 8400 hectáreas, fue declarado Reserva Ecológica, Histórica y Turística de Tierra del Fuego, a la que sólo es posible acceder por gentileza de la Armada, que mantiene un destacamento en Puerto Parry, habitado por cuatro hombres a los que relevan cada 45 días, o contratando una excursión con la empresa Antarpply SA.
Esta empresa explota el destino en el marco de un plan piloto de uso turístico y científico, mientras técnicos de la gobernación fueguina terminan el plan de manejo del sitio. La alternativa es alquilar un velero y correr con todos los gastos de la logística y la navegación.
Paseos a pie
Esta muestra gratis del paraíso en la tierra tiene 65 kilómetros de largo y un ancho variable de 16 kilómetros en el sector más vasto y 500 metros en el más angosto, donde es posible atravesarla a pie uniendo Puerto Cook, por la costa norte, con bahía Vancouver, en el sur, a campo traviesa, luego de atravesar los restos del cementerio de la penitenciaría que funcionó allí hasta 1902. De la construcción sólo quedan los pilotes de madera enterrados en la playa.
El 6 de diciembre de 1902, cuando los presos iban a ser trasladados a la Cárcel de Ushuaia, que estaba en construcción, se desató un motín que terminó con dos guardias muertos, otros tres heridos, y 51 presos fugados en dos barcos balleneros, rompiendo la idea del presidio inexpugnable que idearon las autoridades de la época.
Es que las nubes cubren el cielo de la Isla de los Estados 248 días al año. Allí llueve 2965,6 milímetros anuales, seis veces más que la media en Ushuaia. Por esta razón, este territorio escarpado, donde las montañas caen a pique desde los 800 metros de altura y el mar tiene profundidades abisales, está cubierta de un bosque siempre verde de guindos y canelos, que albergan especies autóctonas de arbustos frutales, como el maitén y el michay, además de helechos, flores silvestres y turberas.
Todo para ver
Un sinnúmero de atractivos concentra esta pequeña isla de unos 520 kilómetros cuadrados, cuyo descubrimiento se le adjudica a la expedición holandesa comandada por el francés Jacques Le Maire y Williem Schouten, que llegaron al lugar en enero de 1616 a bordo del barco Concordia.
Sin embargo, los aborígenes fueguinos, como los yamanas, denominaban a la isla Chuanisin, que se traduce como "tierra de abundancia", mucho antes de la llegada de los europeos. Pero también los haush, que poblaban la actual península Mitre, se referían a la Isla de los Estados como jaius o "lugar de origen", mientras que los shelk´nams la identificaban como koin harri o "cordillera de las raíces", según publicó Carlos Vairo en su libro La Isla de los Estados y el Faro del Fin del Mundo.
Recorrer la isla de los Estados es como navegar por las páginas épicas de la historia. Allí se suceden imágenes míticas como el faro del Fin del Mundo que inspiró a Julio Verne, los cementerios de San Juan de Salvamento y Puerto Cook, los restos de la destilería de grasa de pingüino y lobo marino montada por el ex dueño del territorio, Luis Piedra Buena, en bahía Crossley, el recientemente restaurado faro de la isla Observatorio y el destacamento naval de Puerto Parry compiten por la despampanante belleza natural del paisaje por atraer la atención del visitante.
La expedición que la empresa Antarpply realiza a la Isla de los Estados, a bordo del barco Ushuaia, parte del puerto de la capital fueguina y luego de navegar durante unas diez horas el canal de Beagle, desembarcan en zodiacs para visitar el fondeadero de San Juan del Salvamento, la isla Observatorio y al día siguiente visitan Puerto Cook, el fiordo Hoppner, para iniciar el regreso con escala en bahía Thetis y Buen Suceso, en la costa oriental de Tierra del Fuego.
Colonias de leones marinos, pingüineras multitudinarias, glaciares sobrevolados por cóndores, cascadas que desaguan en el mar, petreles gigantes son estímulos permanentes, mientras se circunnavega la isla.
Sin embargo, no todos los atributos de esta isla perdida en el Atlántico sur son visibles. La energía de sus antiguos moradores desde yamanas, hasta corsarios y presos, y la exuberante belleza del paisaje casi prístino, la convierten en un reducto de enorme atractivo turístico por ahora prohibido a los grupos masivos y operadores independientes.
Silvio Bocchicchio
Fotos de Marcelo Gurruchaga, del libro Isla de los Estados
Fotos de Marcelo Gurruchaga, del libro Isla de los Estados
El faro de Julio Verne
El 18 de abril de 1884 una escuadra al mando del Comodoro Augusto Laserre llegó a la Isla de los Estados con la misión de construir un faro, un cuartel de prefectura y un penal militar.
De este modo, el 25 de mayo de 1884 se inauguró el faro de San Juan de Salvamento, que guió a navegantes y expedicionarios que se aventuraban a la Antártida y el Cabo de Hornos, uno de los pasos más bravos del mundo, junto al cabo de las Tormentas, en Sudáfrica.
Durante una década fue la única luz que brillaba en el mar al sur del Río de la Plata. El Faro del Fin del Mundo, que retrató Julio Verne, funcionó hasta el 1° de octubre de 1902 en que fue reemplazado por el Faro de Año Nuevo ubicado en la isla Observatorio, un islote extrañamente plano y de superficie redonda situado justo enfrente de la isla de los Estados.
Rescate en la Antártida
Allí funcionó una estación de observación magnética con instalaciones meteorológicas, en la que recalaron las expediciones del sueco Otto Nordenskjöld y la corbeta Uruguay que viajó a la Antártida a rescatarlos, tras permanecer dos inviernos seguidos en el continente helado.
Cinco meses después de haber construido el Faro de San Juan de Salvamento, Laserre continuó su marcha hacia la costa sur de Tierra del Fuego y fundó a Ushuaia, el 12 de octubre de 1884.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión $ 620
Hasta Ushuaia de ida y vuelta, con tasas e impuestos.
Crucero
Excursión en crucero por persona US$ 700 (cinco días, incluye pensión completa sin bebidas y cabina a compartir) en el barco MV Ushuaia.
Empresa Antarpply Expeditions SAE mail: info@antarpply.com
Web: www.antarpply.com / En Buenos Aires: 4930-9131.
Empresa Antarpply Expeditions SAE mail: info@antarpply.com
Web: www.antarpply.com / En Buenos Aires: 4930-9131.
Dónde alojarse
El único modo de estar allí es a bordo del barco MV Ushuaia.
Tiene una promoción de cinco días. Viaje de cinco días de duración con partida y arribo en el puerto de Ushuaia.
Incluye, navegación del canal de Beagle; recorrido por la costa norte de Isla de los Estados con desembarco en zodiacs, en pingüineras y loberías, avistaje de aves, visita a la isla Observatorio y del Faro del Fin del Mundo.
Cuidados
El turismo en la Isla de los Estados es un plan piloto hasta tanto finalice el plan de manejo del lugar.
Isla de los estados fue declarada Reserva Provincial Ecológica, Histórica y Turística.
Condiciones: itinerario sujeto a las condiciones meteorológicas.
Lo que hay que saber
La Isla de los Estados es un destino único y conviene llegar sabiendo algunas cosas, como por ejemplo la temperatura y la velocidad de los vientos.
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