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Broadway en la nieve

Walter Soares presenta un show exuberante en el Hotel Aries, con más de 28 números

14 de julio de 2006

LAS LEÑAS.- Kábala, el espectáculo que Walter Soares presenta en Las Leñas, es una impecable fusión de teatro y music-hall. Es una sucesión de cuadros sin un concepto general ni argumento, pero unidos por una estética que combina muy bien la inocencia con el erotismo y la provocación. Soares y compañía hacen una excelente selección de situaciones y saben cómo usufructuar al máximo el gesto y la mímica en cada uno de estos desopilantes personajes que representan.

Se presentan en escena más de 28 números y 60 cambios de ropa para los cinco integrantes del show. Los actores despliegan una gran variedad de idiomas e idiosincrasias, entre bailes árabes, rusos, flamencos, tonada centroamericana, ópera italiana y cumbia bailantera. "Yo mismo diseñé cada número. He viajado tanto durante mi vida que siento que he vivido distintas vidas en los diversos lugares del mundo que visité. Tengo tan incorporados algunos modismos de las distintas culturas e idiomas que creo que en cierto punto eso atrapa a mi público y lo impacta cuando realizo las mímicas y los playbacks en mi espectáculo", comenta Walter.

El show atrapa al público tanto por su impacto visual como por el juego permanente que se genera en la sala. La compañía teatral interactúa continuamente con los espectadores, a quienes convoca a subir al escenario y hasta a bailar.

Hay un contraste escénico chocante que genera sensaciones fuertes. En el comienzo del show aparece el salón iluminado con una luz azul, seguida por pequeños círculos que generan un efecto de cielo estrellado. Luego aparecen cinco personas vestidas de negro con brillos, enfundadas en conjuntos elastizados que remiten a aliens, cantando una melodía incomprensible. Un elemento a destacar es la calidad del maquillaje que llevan los personajes. Las gigantescas pestañas fortalecen tanto el drama como la comicidad.

La elección de la música y el contenido de las letras es un rasgo fundamental para que el espectáculo funcione. "Mi idea es que el público pase por distintos estados de ánimo de un número a otro, me gusta que tengan un equilibro y puedan reírse, pero también emocionarse con algunos contenidos. Ponemos desde Gladys "La bomba tucumana", un monólogo de sexo con Alexandra Rampolla, hasta óperas y música melódica", remata Soares.