
Hay épocas más propicias que otras -debido a las condiciones climáticas- para visitar los parques nacionales. Algunos de ellos, con buen tiempo de aliado, sirven para realizar trekking y cabalgatas. La soberbia caída de las aguas de las cataratas convierte al Parque Nacional Iguazú en uno de los mejores espectáculos que ofrece la naturaleza en nuestro país. Lo mejor es aprovechar el invierno, cuando no hace tanto calor como en otras estaciones y el caudal de agua generalmente es mayor.
El Palmar hace sombra
Más al Sur, El Palmar, en Entre Ríos, ofrece vastas extensiones de palmeras yatay y una densa selva en galería, en la zona cercana al río Uruguay, por la que se organizan caminatas guiadas. Una visita en el invierno cuenta con la ventaja de que la molestia de los insectos disminuye; además, la temperatura es propicia para las excursiones.
El Parque Nacional Pre-Delta, a 4 kilómetros de la ciudad de Diamante, se caracteriza por los bosquecillos de timbo, ceibo o sauce criollo, los bañados y lagunas. Desde cardenales hasta patos, incluyendo cigüeñas y garzas son habituales inquilinos de estas tierras. Para visitarlo es conveniente evitar la época de creciente del río, que normalmente se produce entre noviembre y mayo.
En el nordeste de Formosa se extiende el Parque Nacional Río Pilcomayo, cubierto en su mayor extensión por las sabanas con palmares, donde las temperaturas en verano llegan hasta los 40ºC. Es conveniente recorrerlo entre marzo y noviembre. Entre otros, el carpincho, el tapir y el mono aullador pueden constituirse en curiosos anfitriones.
También es recomendable aprovechar el invierno para visitar los parques de zonas más al Norte, como el Parque Nacional Calilegua, en Jujuy, ya que en el verano las temperaturas son muy elevadas y llueve mucho. La selva de montaña es su característica distintiva.
En Salta, casi en el límite con Bolivia, asoma el Parque Nacional Baritú, ideal para observar animales. El yaguareté, el lobito de río y el perezoso despiertan curiosidad.
Los amantes de la observación de aves encontrarán un lugar ideal en el Parque Nacional El Rey, 80 kilómetros al este de la capital, fundamentalmente de mayo a noviembre. Por senderos con diferentes grados de dificultad pueden realizarse caminatas o paseos, dentro de un entorno de selva de yungas.
Las Quijadas se ponen rojizas
El Parque Nacional Sierra de las Quijadas, en el noroeste de San Luis, tiene también lo suyo con un anfiteatro natural rodeado por paredones rojizos.
En el Parque Nacional Talampaya, en La Rioja, se aprecia una importante riqueza arqueológica. El Monje, el Castillo o el Submarino, entre otras formaciones rocosas, se alzan en medio de la aridez del paisaje.
Los parques de la Patagonia se inscriben en la nómina de estos exponentes de la naturaleza, con la cuota de esplendor que ofrece la nieve que los cubre en algunos casos.
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