
¡Hola!, ¿cómo amanecieron hoy? Estos días han sido de muchas corridas y trámites, por eso los temas de los últimos post. ¿Vieron? Tantas veces por nuestro afán de compartir y de sentir la compañía del otro, contamos sólo los bajones, ¡habiendo tantas cosas lindas!
Sucede que cuando nuestra energía está baja, vemos el vaso mitad vacío. Así que me disculpo por haberlas convertido en "orejas" de unos días agitados.
Por lo que estuve leyéndolas durante esta semana, me doy cuenta de que está bueno empezar a poner en marcha algunas herramientas para sentirnos mejor.
Estos días soleados ayudan, es natural que con el comienzo del calorcito una se despierte de mejor humor y tenga más energía durante el día. ¿Sienten eso?
Sin embargo, la oficina puede chuparte hasta la última gota de ánimo. No es casual; son espacios donde la mayoría está estresada, se queja y está detrás de lo urgente en vez de lo importante.
Ayer hablaba con una chica que hizo el curso conmigo, y me preguntaba algún tip para remontar una jornada laboral agotadora.
Y entonces le pasé un truco que tengo, y que será nuestra primera herramienta práctica: caminar conscientemente.
CAMINAR AL 100%
¿Cómo se aplica? Con la excusa de irte al quiosco, salí a tomar un poco de aire fresco. En general, el cansancio nos empuja hacia la inercia de seguir trabajando, ¡grave error! Cortá un rato. No bien estés en la calle y hagas unos pasos, detenete. Y observá cómo estás pisando. Fijate de que ambas plantas tengan en mismo peso. ¿Te parece ridículo, sentís que te están mirando? Nada de eso, priorízate hoy. Y ahí arrancá la caminata, ¿alguna vez te fijaste cómo caminabas?, ¿el recorrido que hace tu pie hasta apoyarse totalmente en el piso? Caminá al 100%, no dejes que tu mente se vaya a los pendientes que te esperan en el escritorio, sólo caminá: observando el movimiento de las piernas, cómo trabajan las rodillas. Meté panza y estirá la columna. Y mientras das cada paso con consciencia, entonces llevá la atención a la respiración. A cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales. Sentí que con cada bocanada de aire, podés crecer más y más. Si vienen pensamientos, volvé a las pisadas, a la respiración. Y cuando llegues al quiosco comprate algo rico, ¡eso nunca falla! Sólo por hoy decile chau al chocoarroz, ja. Y repetí hasta llegar de nuevo a la oficina.
Contame cómo te fue, si te es fácil o difícil. Estoy on line.
Abrazo.
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