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Camino a Vancouver, por ríos y bosques




En junio emprendimos con Luisa un viaje al oeste de Estados Unidos y Canadá. Nuestro primer destino fue San Francisco, ciudad que me trae muchos recuerdos porque mi abuela materna vivía allí. El antiguo edificio donde estaba el departamento de la abuela -frente a la Casa Haas-Lilienthal, mansión victoriana hoy convertida en museo- sigue igual. Lo mismo que el colegio al que fui durante dos meses cuando tenía 10 años. Sólo que ahora todos los carteles acerca de las actividades escolares están en inglés y chino, reflejando su diversidad cultural. Para hacer nuestros recorridos urbanos viajamos en el histórico cable car. Visitamos Fisherman's Wharf, el barrio de pescadores con sus característicos puestos de pescados y mariscos, donde comimos al aire libre la langosta más rica que recuerdo.
En auto alquilado partimos por la costa hacia el Norte. Admirando los acantilados, la amplitud de las playas y el azul del Pacífico pasamos por tres pequeñas ciudades de particular encanto: la victoriana Ferndale, Eureka y Trinidad. Seguimos nuestra ruta por los sinuosos caminos de los Redwoods: los parques nacionales de la costa californiana con sus imponentes sequoias.
También los ríos que nacen en las montañas y desembocan en el Pacífico. Uno es el Rogue. Al llegar a Gold Beach, una visita al museo nos decidió a desviarnos de la costa para visitar Agness. Un paraje a la orilla del río, creado en 1897 como pionera estafeta postal desde donde se repartía en bote la correspondencia y las encomiendas a los pocos pobladores del lugar. Nos impresionó la belleza del entorno y decidimos alojarnos en una confortable cabaña. Pasamos la noche arrullados por el rumor del agua y al día siguiente remontamos el Rogue en una balsa desde donde pudimos apreciar el panorama en todo su esplendor.
Envíe sus relatos de viaje, fotos, consultas, sugerencias y búsquedas de compañeros de ruta al Suplemento Turismo, diario la nacion, vía e-mail a LNturismo@lanacion.com.ar. Para una óptima recepción y publicación del material, los textos deben ser de unos 3000 caracteres y las fotos, de hasta 3 MB
Al día siguiente seguimos hacia Portland, capital del estado de Oregon. Imperdible para los amantes de los libros es la librería Powell's, asombrosa por la cantidad y variedad de sus títulos.
Camino a nuestro próximo destino, Seattle, en medio del paisaje siempre verde vimos surgir un enorme macizo nevado: el Rainier. Decidimos entonces alojarnos en las afueras de Tacoma para visitar el parque nacional donde se encuentra esta montaña de casi 5000 metros, cubierta de nieve y glaciares, de la que bajan cursos de agua que forman cascadas y cañones.
En Port Angeles tomamos el ferry que nos llevó a Canadá. Más precisamente a Victoria, en la isla de Vancouver, bautizada así en honor al navegante británico George Vancouver, que exploró la zona en el siglo XVIII. Victoria es la capital de British Columbia. Una ciudad muy bella, con tradicionales edificios de estilo inglés entre los que se destacan el Parlamento y el lujoso hotel Empress construido en 1905. Una mención especial merecen los jardines, no sólo los célebres Butchart Gardens, sino todos los que llenan de color cada rincón. Y la cordialidad de sus habitantes.
Victoria tiene también su pintoresco barrio de pescadores, donde se respira un ambiente festivo. Son varias manzanas de casas flotantes pintadas de colores. Algunas se usan como viviendas permanentes y en otras funcionan puestos de comida. Después de almorzar un delicioso salmón tomamos un taxi-lancha que en pocos minutos nos llevó de vuelta al centro de la ciudad.
Desde el puerto de Nanaimo partimos nuevamente en ferry hacia la ciudad de Vancouver. Nos alojamos en Surrey, a 30 minutos del centro. El viaje en skytrain nos permitió ver desde lo alto las localidades suburbanas, con sus barrios arbolados de casas bajas.
En la pasarela del Canada Place un circuito de placas rememora momentos fundantes de la historia de Canadá. Una historia atravesada por las dificultades que implica el multiculturalismo. Como ellos mismos señalan, no fue fácil, pero en 1988 una ley estableció el marco para la unidad con respeto a la diversidad de este país donde hoy conviven pueblos originarios, descendientes de los colonizadores británicos y franceses e inmigrantes más recientes de distintos países. El resultado es un país que no sólo despierta admiración por sus bellezas naturales.
Por Martín R. Weil
¡No se pierdan!

Tras los pasos de Jane Austen

Quien se interese por la literatura y los viajes, sin duda sabrá disfrutar la combinación de ambos. Este mes se rememora con un famoso festival a la divertida Jane Austen en Bath, Inglaterra.
En homenaje a sus historias fui siguiendo su pasos por Inglaterra, comencé por Bath, en Somerset, a dos horas en tren desde Londres. Al salir de la estación del tren me conecté con la naturaleza. El río Avon cruza por debajo de majestuosos puentes y desniveles, y la ciudad lo mira desde arriba.
La abadía data de 1443, de espaldas al río y frente a los baños romanos, que se mantienen visitados por turistas. Al atravesar su centro comercial mi primer stop, el centro en conmemoración a Jane Austen, un sitio con un salón de té en su último piso, organizado para mostrar la historia de su vida, donde todo está ambientado en el siglo XVIII. Sus primeros años de vida, la historia familiar, sus lugares de residencia y sus inocentes comienzos en la escritura.
Otro lugar para conocer es el Royal Crescent. Una edificación interminable del estilo terraced house o viviendas pareadas. Del siglo XVIII construidas en forma de medio círculo situado frente a un parque que invita a caminarlo y alejarse lo más posible para apreciarlo en su totalidad.
El recorrido sigue por Steventon, donde nació Jane, y que nada tiene de turístico. Un barrio típico inglés en el condado de Hampshire con algunas casas modernas y caminos de tierra en medio de la campiña. Recomiendo visitar el lugar aunque sea para escaparse del ajetreo de la ciudad.
La última parada de este tour fue Winchester. Lugar donde pasó sus últimos días y falleció a los 41 años. Aquí hay mucha historia, además de la de Jane. Dice ser una de las zonas más caras de Inglaterra para vivir. Su hermosa catedral data del siglo XI y allí yacen sus restos.
Romina Trusch

Compañeros de ruta

Europa. Busco compañeras de viaje, entre 55 y 60 años, gasoleras, que les guste la aventura y con buena onda, para recorrer Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Salida 16 de septiembre. Mabel. silhasped@hotmail.com

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por Redacción OHLALÁ!


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